7. Pobre, pobre incauto.

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Luego de que Connor me arruinara mi momeno de felicidad, decido burlarme.

Voy a desquitarme, de eso estoy segura. ¿Cómo? No tengo ni idea, pero algo ya se me va a ocurrir... espero.

Mis amigas miran con los ojos muy abiertos la foto en la que prácticamente dice que cobro barato.

Al menos si me va a poner como prostituta, por lo menos una que cobre caro ¿no?

Respiro ondo tratando de tranquilizarme, no debo pensar con enojo porque hago pendejadas cuando estoy molesta.

Soy capaz de hacer cosas impulsivas gracias a mi ira, además que no pienso bien.

Debo tranquilizarme.

—¿Qué vas a hacer? —me pregunta Emma—Por el poco tiempo que te conozco, deduzco que no te quedarás de brazos cruzados y responderás.

—Así es, ya me vengaré. Pero ahora debo ser más inteligente que él.

Observo todo el sitio, buscando a ese castaño de ojos azules que me había jugado una mala broma.

Al recorrer lentanente con la mirada el lugar, encuntro finalmente a Connor haciendo la fila para ir por su almuerzo.

Me levanto de la silla y cuando menos me doy cuenta, ya estoy a unos pocos metros de Samuels.

—Oye, Connor —lo llamo, este se da vuelta y sigo caminando hacia él.

—¿Quieres más publicidad para tu negocio? —me pregunta alzando las cejas junto a una tonta sonrisa.

Yo río—Pensé que eres más listo. ¿En serio? Tu broma es tan mala que ni me molesta, es más, me da pena ajena.

A Connor automáticamente la sonrisa se le borra—¿Así? ¿Y puedes hacerlo mejor?

—Yo puedo ser mejor que ti en muchas cosas. El fútbol americano por ejemplo, ¿Recuerdas? Te gané y como juego mejor que tú, no me dejas entrar al equipo. Seguro que soy mejor también que tú en las bromas, o mejor dicho: en todo —remarco el todo y este alza una ceja.

—Que buen ego que tienes —rueda los ojos Connor.

—Ah, no sabía que se le llama "ego" a la pura verdad.

—Puras mentiras, te dejé ganar —contradice el chico de ojos azules.

—¿Sabes? Ahora eso no importa, haré mi propio equipo de fútbol americano y demostraré ser mejor capitana que tú —lo desafío.

El río—Suerte con eso querida, ¿Piensas que el director va a permitir algo así? —pregunta aún riendo.

Pobre, pobre incauto.

Subestima mis grandes dotes de chantaje.

—Creo que no tomás en cuenta mi perseverancia, pero ya lo verás con tus propios ojos.

El vuelve a soltar una carcajada—Cariño, el director no va a dejarte hacer tu propio equipo femenino de fútbol americano es muy machista y tú una pobre ingenua.

Ingenuo es Connor.

Ay querido, si supieras que amenacé al director con unas fotos sin usar peluca, y si no me dejaba hacer el equipo mostraba esas fotos de él en versión pelón...

¿Le digo lo del director?

¿Si o no?

Naaah, voy a esperar un poco.

—Ya lo veremos Samuels —con eso me voy.

Camino con seguridad estos pocos metros que separan de la fila de la cafeteria de la mesa donde están Hannah y Emma.

—¿Le dijiste sobre el equipo? —me pregunta Hannah.

—No, —niego—quiero que piense que ganó por un tiempo, que crea que ganó la batalla.

—¿Y cómo se lo piensas decir? —me pregunta Emma.

—Tampoco es algo de suma importancia que lo sepa, ya se va a enterar y creo que será dentro de muy poco.

Espero que la chica del periódico haga su aparición en poco tiempo junto a la noticia del equipo femenino de fútbol americano que yo creé.

—Seguro que estás esperando a que Michelle publique el periódico en dónde dice la nueva noticia del equipo femenino ¿verdad? —pregunta Hannah.

—Así es, espero con ansias esa nota. Emma, ¿tu creés que saldrá hoy? —le pregunto a una Emma distraída y lo único que obtengo de esa chica es un silencio—¿Emma?

—Está en Aleclandia. Ahora lo está acosando con la mirada —dice Hannah diverida mientras pasa su mano por delante de Emma y ella no se inmuta, miro hacia donde está observando Emma.

Es un chico bastante guapo, hay que aceptarlo, espero que pueda fijarse en Emma.

La chica acosadora mira a su crush con fascinación, como si fuera la cosa más bella que hay en el universo, juro que puedo ver corazones en sus brillantes ojos marrones.

El platónico de mi amiga es bastante lindo. Alec se ve como una persona simpática, atenta, precavida, alegre y divertido. Ahora se encuentra riendo con sus amigos.

Cuándo se levantó para ir a hacer la fila, se puede notar su estatura alta, no tanto como Connor, pero es alto. En su rostro podía notarse cierta inocencia. Sus ojos grandes y redondos hace que su mirada azulada contenga cierta calidez en ella. Su brillante cabellera rubia se ve suave. Sus labios carnosos y gruesos son capaz de derretir a mi amiga.

Emma se ve embobada, ¿y quién no lo estaría? Es un chico bastante guapo y se ve buena persona.

Pero en mi opinión, no sería mi tipo, se ve como esos chicos que son dulces como la miel y cursi como los protagonistas de una película romántica.

Ideal para una soñadora como lo es Emma.

—Creo que le gusta en serio —decreto sin dejar de mirarla.

—Está así desde hace un buen tiempo. Un largo tiempo —oigo a Hannah que mira a Emma.

En serio, esto asusta, creo que no parpadea y se dedica a observar al chico como si fuera la octava maravilla del mundo.

Unos papeles caen en nuestra mesa, haciendo a un lado el tema "Emma acosa a Alec" y me dedico a leerlos.

El periódico escolar.

Sonrío.

Guerra de capitanes (GDC) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora