21. Jodidamente roto

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Holaaaa!!

Primero quiero decirles: perdón si estuve subiendo con poco frecuencia, me gustaría actualizar más seguido y poder actualizar un dia en concreto. El colegio hace que esto se vuelva algo difícil, tercer año me está costando y eso que voy el primer trimestre (falta acabar este y pasar dos mas) y debo decir que me están haciendo el culo con tantas pruebas desaprobadas (sobre todo matemática 😐), voy a tratar de actualizar los domingos, les aviso esto por si me ven actualizar otros días y demás. Eso es todo, disfruten.

ASHLEY.

—Ciento cincuenta elefantes se balanceaban sobre la teta de tu hermana —canto mientras observo la oscuridad de aquel lugar sombrío en donde estaba con Connor.

—¡Basta! ¡Hace dos horas que estás con esa canción taladrandome los oídos! —exclama el rubio ya artandose de la canción y de mi.

—¿Sugieres algo mejor que hacer? Yo te hubiese dicho en seguir buscando mi casa, pero no tenemos combustible y ni loca camino con esta oscuridad por la calle.

—Estarías conmigo, no te pasaría nada —dice Connor.

—¿Y con eso debo sentirme más segura? —inquiero—No es un consuelo.

Connor rueda los ojos—Entonces debemos quedarnos aquí.

—No queda otra —digo y el silencio inunda pero decido romperlo—¡Me canto el asiento trasero!

—¡No vale! ¡Es mi auto!

—Caballerosidad con las damas —digo sonriendo.

Soy un poco caradura con esa frase, porque siempre digo que por ser mujer no hace falta que te abran la puerta o que paguen la cena o cosas así, pero me resigno a dormir en un lugar incómodo con la palanca de cambio en mi trasero.

—¿Dónde hay damas? —pregunta Connor de forma burlona.

—Idiota, —digo—pero el asiento trasero es mío.

—Es injusto, ¿por qué debo ser yo quién duerma incómodo?

Resoplo—Bien, nos turnaremos. Primero duermo atrás yo.

──────────

—¡Deja de tocar la maldita bocina! —le grito al ojiazul.

Resulta que al gracioso de Connor, cuando quise apoyar mi cabeza en el asiento para poder dormir, toca bocina.

Hace como media hora que está con esa cosa de mierda sonando y sonando sin parar.

—Es que... ¿eres idiota o te haces? —le pregunto mientras abro un ojo y miro que está por tocar de vuelta esa cosa del demonio—Tocas de nuevo esa bocina de mierda y juro que voy a cortarte la mano pajera.

Con eso se calló y sonreí interiormente mientras me acomodo para dormir, pero lamentablemente pasaba el tiempo y yo no tenía sueño.

Suspiro, ¿por qué me cuesta dormir ahora?

Debe ser la incomodidad que me brindaba el asiento pequeño del coche ya que tenía que hacerme más chiquita (más de lo que soy) para poder entrar, sumenle el hecho de que no puedo casi ni moverme. Sinceramente si yo estoy incómoda, no me imagino al pobre de Connor que está durmiendo en el asiento del conductor.

Me levanto y me siento en el asiento trasero, asomo la cabeza para ver los asientos de adelante, veo a Connor mover su cabeza reiteradas veces de un lado a otro como si tuviera alguna pesadilla. Por un momento me asusté por las caras que hacía mientras soñaba.

Una vez que lo había examinado, intento de nuevo volver a dormir pero un grito me hizo sobresaltar.

—¡Clary!

Rápidamente vuelvo a levantarme y observo a Connor que está con los ojos cerrados con una rápida respiración.

Se que es un idiota, pero no puedo verlo sufrir.

Me paso al asiento del copiloto y en seguida sacudo a Connor para que despierte de ese horrible sueño.

Lo sacudo y le hablo pero él al parecer no despierta aún y sigue con sus pesadillas, intento reiteradas veces hacerlo despertar hasta que por fin lo consigo.

Al despertar y al abrir sus lindos ojos azules, lo primero que ven es a mi. Cuando fijo mi vista en sus ojos me doy cuenta de que algunas lágrimas van cayendo en su rostro, como una cascada. Su mirada en estos momentos refleja temor, tristeza y vulnerabilidad.

Con sus ojos cristalizados me mira y no dice nada, me acerco a él y lo abrazo.

Él al principio se tensó ante mi abrazo, pero luego apoyó su cabeza contra mi hombro mientras lloraba en silencio.

No se que tipo de pesadillas tuvo, y no pido que me explique aquel sueño horrendo, lo único que quiero en este momento es que se tranquilice un poco y pueda ponerse mejor de lo que se encientra ahora.

—Ey, todo estará bien ¿si? —digo mientras me separo y deposito un pequeño beso en su mejilla—Estoy aquí, puede que no sea la mejor compañía para ti en estos momentos de mierda, pero si voy a estar a tu lado.

Connor intenta regular su respiración para poder contestarme.

—No pensé que diría esto pero, eres la mejor compañía en estos momentos de mierda.

Me vuelve a abrazar y yo le correspondo sin pensarlo.

Detrás de ese chico arrogante, machista e idiota se esconde un chico sensible, vulnerable y roto.

Jodidamente roto por lo visto.

Guerra de capitanes (GDC) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora