Capítulo 10: Todo ha cambiado

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Flashback

David 17.06.2011


"Separación confirmada, Elena en Miami, la niña conmigo, Laura soltera... la vida empieza a funcionar. Lástima que Universal esté en contra de esta ruptura. Ahora toca recuperarla de nuevo. Seguro que se lleva bien con Ella. Hoy será la primera toma de contacto. El programa que nos unió nos rejuntará hoy"

TVE había decidido grabar una gala especial con motivo del décimo aniversario de OT. Aunque el programa había empezado en octubre, era junio y se había fijado esa noche para emitirlo. Cantaríamos nuestro primer single y para redondear la gala, Mi música es tu voz. Los dieciséis estábamos confirmados y los nervios estaban a flor de piel.

Incapaz de viajar a Almería a dejar a mi niña o llamar a una canguro, me llevé la pequeña a los estudios. Iba con Ito, que enseguida se distrajo con un viejo conocido de realización. Con Ella en brazos hice una ronda rápida por el set. La vi a lo lejos. Estaba distinta. Llevaba el pelo largo, ondulado, un vestido negro corto y ajustado a su cuerpo, precioso y reía con Gisela y Rosa de alguna tontería mencionada por la catalana. Aunque noté que había cambiado en casi dos años que hacía que no me cruzaba con ella, seguía manteniendo su esencia, su dulzura, su inocencia y su belleza.

D: Al ataque Ella – le susurré a mi niña al oído. Era consciente que era pequeñita y no me comprendía. Apoyó la cabecita en mi hombro – Conquístala tú también.

Me acerqué sigilosamente a ellas. Gisela y Rosa me observaron antes y avisaron a Laura de mi presencia. Ambas soltaron un chillido de emoción al ver a Ella que enseguida pasó a los brazos de su tía de Granada. Campanilla me dio un abrazo y acarició los rizos de mi hija. La tercera del clan seguía en un ligero segundo plano, expectante, en silencio, observando callada los gestos de mi hija.

D: Hola Laura – murmuré – Me alegro de verte – para cortar la tensión que se había formado me acerqué a su cara y le di dos besos que resultaron fríos.

Rosa me devolvió a mi niña y se marchó con Gisela a maquillaje. La situación se volvió inverosímil cuando Ella extendió sus bracitos hacia Laura y ésta la acogió con gusto y una sonrisa.

L: Que simpática es tu niña, David – comentó sorprendida.

D: Salió al padre – ambos nos reímos, destensando el momento lentamente – ¿Cómo estás?

L: Bien, no puedo quejarme – no me pareció cien por cien creíble – ¿Tú? Vi lo de Elena, debe haber sido un chasco, ¿no? – me encogí de hombros – Por la peque digo.

D: Claro, ella es la que sale más perjudicada – le coloqué el vestidito correctamente. Nos dirigimos a una salita donde no había nadie y nos sentamos con Ella en el regazo de Laura – Pero estoy bien, ya sabes... todo lo que ocurrió y así...

L: Ya – sonrió con nostalgia – Se te ve todo un padrazo y me alegro por ello.

D: ¿Por qué eres tan comprensiva? – pregunté clavando mi mirada en la suya.

L: Porque a diferencia de antaño, esta vez no debes darme explicaciones sobre la ruptura y Ella es guapísima y encantadora. No te guardo rencor. Ambos sabíamos que seguir con aquello cuando tú ibas a tener una hija de otra mujer carecía de sentido. Además, no quiero más malos rollos con nadie. Te veo más maduro.

D: He aprendido de los errores. Un hijo te obliga a crecer. Si la familia la hubiese tenido contigo... – bajó la mirada hacia el suelo – Ahora quizá no estaríamos así – reconocí apesadumbrado.

Dejemos el pensar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora