Capítulo 20: Bajo el sol de Mallorca

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Laura 13.11.2017

Volver a casa había resultado satisfactorio. Mi madre y mi abuela me ayudaban con el embarazo. Esos primeros días estaban siendo duros. Las náuseas, los mareos y los vómitos no pasaban desapercibidos. Había decidido retirarme de la vida pública por motivos personales. De mientras, mi nuevo estado sería secreto, al menos hasta que no lo supiera el padre. Mallorca era vida, una terapia de desconexión ideal. Àngel, Gisela y Ro habían sido mis salvavidas y mi familia el último empujón para no abandonarme más y seguir con mi vida y la que habitaba en mi interior.

Las cosas con David marchaban mejor. Hablábamos cada día. A veces una llamada, a veces por WhatsApp... no nos explicábamos gran cosa pero sabía que al fin había roto con Universal y que estaba preparando su regreso, al menos esa era la última novedad que tenía de él. La pena era su ausencia en la próxima quedada con los compañeros. Le había insistido en que tenía que venir, que sin su presencia las quedadas no eran iguales pero él erre que erre que no podía, que tenía asuntos en la capital para resolver.

Eran las once de la mañana. Mi familia había salido a pasear y me habían dejado sola en casa. No me sentía del todo bien y por eso preferí descansar. Una llamada me sacó del ensimismamiento en el que estaba metida pensando en el futuro. Era Ro.

Ro: Pon la tele, rápido. David está hablando con los periodistas en el aeropuerto de Barajas – me espetó nada más descolgar.

L: Hola, ¿eh?

Ro: Hola, pero va, va. Que te lo pierdes.

Me dirigí al salón a toda prisa y enchufé la televisión. Sintonicé el canal que mi amiga me estaba diciendo por teléfono y escuché atentamente dando por finalizada la conversación con Rocío.

D: Sí, sí, al fin en España. Ha sido un mes y medio muy duro. Sin mi niña, mi familia...

-¿Soltero? – le preguntó una reportera jovencita. David soltó una risita nerviosa.

D: Con Rosanna no estoy ni voy a volver. Se acabaron esos bulos. Ahora lo que quiero es tranquilidad y recuperar lo que una vez alguien me quitó – abrí la boca como una tonta – En fin, creo que con esto aclaro todo lo relacionado durante este tiempo. No tengo nada que decir acerca de Laura porque así lo hemos acordado y si han salido fotos mías en compañía este mes, están todas retocadas.

-¿Sabes que Chenoa se ha retirado de la vida pública durante un tiempo? – cuestionó otro.

D: Lo sé y la apoyo. Le ha caído un buen marrón desde el concierto y no se lo merece. Si decidimos cantar fue porque queríamos revivir algo que en un pasado nos hizo felices.

-¿Por qué te besó?

D: Perdona, te equivocas. La besé yo porque me apetecía. No voy a dar más declaraciones.

Le agradecieron esa corta intervención y se hizo paso entre la multitud para dirigirse a otra parte del aeropuerto. Cortaron la conexión en ese instante. ¿Por qué no había ido hacia la salida?

"Quizá salga por otro lado"

Me agradó verlo hablar con los reporteros. A última hora pero había cumplido y eso era lo importante. Después de comer me fui a dar una vuelta por el paseo. La calma que me ofrece Mallorca no me la ofrece ningún otro lugar. Contemplar el mar, respirar aire puro, la brisa marinera... me transmite la paz que necesitaba en ese momento. Me senté en una terraza a tomarme una tila. A falta de café, ese era mi remedio.

D: Laurita!! Ya estoy en España!! – recibí el WhatsApp de David a las cinco de la tarde. Se me iluminó el rostro.

L: Ya lo sé. Te he visto en la tele. Gracias por cumplir.

Dejemos el pensar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora