Capítulo 11: Vuelvo a ti (I)

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30.09.2017 Laura

Después que Carlos me sorprendiera apareciendo a las once de la mañana y no a la una, abandoné el chalé de Majadahonda con la excusa del trabajo no sin antes tener un rifirrafe con él.

C: No me acabo de creer este motivo – me comentó mientras recogía el bolso de la mesa del comedor.

L: No te lo creas – respondí con indiferencia.

C: Llevas rara desde el martes, ¿Se puede saber por qué? Y no me digas que ha sido el libro, no me lo trago.

L: No te lo tragues. Y no estoy extraña. Da gracias que todavía no he explotado con todas las letras.

C: ¿Te piensas que soy tonto? – lo miré incrédula – Ya sé que hoy cantas con David, ¿eh? ¿Cuándo pensabas decírmelo?

L: ¿Acaso te he visto? Lo sé desde ayer por la tarde. Resulta que ayer por la tarde alguien se largó.

C: No es posible.

L: Lo que tú digas. Nos vemos luego.

Y sin más, me marché. Me había enfadado, él también, pero me daba absolutamente igual. Yo iba a cantar con David, iba a gozar de Vuelvo a ti y listos. Ahí acababa mi actuación. Me fui al supermercado y a almorzar con mi amiga Ro, es decir, mi Gisela madrileña, en un restaurante de las afueras.

L: Tengo mucho a contarte.

Ro: Ponme al día ya – abrí la boca – Espera, ¿Pido vino para llorar las penas o no hace falta?

L: Tú misma. La que beberá serás tú.

Ro: Me espero, no vaya a ser que necesite un trago de vodka – me reí ligeramente – No te veo desde hace una semana así que va.

L: Resumiendo, me he acostado con David, estoy hasta el moño de la humanidad y los haters y esta noche canto con mi ex en el Palacio de los Deportes una canción que me trae demasiados recuerdos. Ah y acabo de tener mi primera discusión en siete meses con Carlos. Si es que la podemos llamar discusión, claro.

Ro: Camarero – con un chasqueo de dedos llamó su atención – Un chupito, por favor – pidió sedienta. Se lo trajo al instante. Iba a servirme otro a mí y negué con cortesía. No iba a beber a escasas horas de subirme a un escenario. Antes de que pudiera percatarme, ya había vaciado el vaso – A ver, vamos de menos a más. Tema Carlos, era evidente que algún día acabaríais peleando, demasiado bien ibais. Tema humanidad y haters, ¿Qué pensabas? ¿Qué te harían la ola? Has dividido España, pero los que te conocemos sabemos que lo de David lo escribiste en un mal momento.

L: Ya – murmuré encogiéndome de hombros.

Ro: Y vamos a lo importante... David. ¿Cantas con él? ¿Por qué? ¿Os acostasteis?

L: El lunes me fui a Barna porque estaba harta de estar por aquí. "Casualmente" se presentó ahí también.

Ro: ¿Lo habías citado?

L: No, pero me conoce demasiado. En fin, después del desastre del café, estuvimos hablando y una cosa llevó a la otra y bueno... ya sabes – relaté con vergüenza – Ayer nos volvimos a ver en la fiesta de Adrián y como Carlos me dejó al mando y sola con los críos, al final quedamos con Ella y el peque y a la hora de despedirnos me besó. Sabe lo del libro, se lo ha leído y no está enfadado. Canto con él porque habló con Universal y creen que es buena idea. Lo que no me gusta es que estará la florero.

Ro: Normal, si solo va a menear el culo. La tienen que sacar en actos multitudinarios.

L: Y bueno, esta ha sido mi semana. Ah y me derrumbé enfrente de él ayer porque llegó un punto en el que ya no supe qué rumbo tomar.

Dejemos el pensar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora