Flashback especial: Historia de un amor

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10.11.2014

Laura

Era lunes, llevaba un pesado día a mis espaldas y solo faltaba que me invitaran a una gala solidaria en el hotel Ritz para redondear la jornada. La invitación reposaba sobre la mesa del comedor desde hacía una semana. No quería ir. David iba a aparecer y no me apetecía cruzarme con él después de casi tres años. Por otro lado tampoco podía fallar a los anfitriones y menos a Gisela que viajaría expresamente desde Barcelona para estar ahí. Le envié un WhatsApp a Javi preguntándole por enésima vez si vendría ya que no había sido capaz de decidirse. Finalmente aceptó (supongo que para que no le diera más la tabarra). Me dirigí a mi estilista de confianza para la puesta a punto en temas de maquillaje y peluquería. Hacia las siete regresé a mi piso. Mi chico no tardó en llegar. Me sorprendió verlo con camisa y americana acostumbrada a sus camisetas.

-Estás muy guapo – le di un pico.

-Tú también aunque no creo que vayas a ir con tejanos y jersey.

-No, no, ahora me cambio.

-¿A qué hora empieza?

-Entre nueve y nueve y media.

-Bueno, tenemos tiempo.

Y lo aprovechamos con creces calentando el ambiente aunque en ese momento no vi a Javi, sino a David. Maldito rulos. ¿Por qué tenía que ir también? ¿No se daba cuenta que ahora yo tenía una relación normal y bonita? No, a nadie le importaba. Tras el alarde de pasión, me retoqué el pelo y el maquillaje y me enfundé en un vestido largo con la parte de arriba de tirantes blanca con decoraciones azules y la falda azul oscuro con una pequeña cola. Me subí a unos altos tacones negros y busqué una chaqueta en el armario que pudiera combinar ya que mi estilista de cabecera se había olvidado de ese detalle.

-Estás preciosa – susurró Javi levantándose del sofá donde estaba dando mimitos a Shirly.

-¿Vamos?

-Vamos. ¿Tengo que posar contigo en el photocall?

-Si no te apetece no lo hagas.

-De acuerdo.

-Conduce tú.

-Pues dame las llaves de tu coche que no tengo casi gasolina y me da pereza ir a repostar.

-Pues me da que ahora te tocará ir sí o sí porque yo también estoy en reserva y no pienso pagar así que saca la Visa que hoy me llenas tú el depósito – ironicé.

-Por hablar – se quejó.

-Por hablar.

Se rio levemente. Estaba acostumbrado a mis ironías y a mi seriedad. Demasiados años mano a mano. No se fotografió conmigo en el photocall. Saqué de donde pude una sonrisa y después de una multitud de flashes apuntándome, me acerqué a la prensa. Las preguntas fueron las de siempre: proyectos, mi relación con Javi, y David que 'no sé si sabes que tiene pareja y que está invitado esta noche también'.

-Sí bonita, sí lo sé – respondí con una sonrisa a la reportera.

-¿Ningún mensaje para darle?

-¿Yo? Ninguno.

De reojo observé que en ese instante era él quien estaba posando. Iba solo. El corazón me dio un vuelco inesperado. Me despedí de los periodistas con rapidez para no cruzármelo. Me agarré al brazo de Javi, presentamos nuestras invitaciones y nos unimos a la fiesta del gran salón. Un hilo musical sobrio, barra libre y comida.

-Que tostón – lo escuché musitar al cabo de unos minutos de dar vueltas y observar el ambiente.

-Sabías lo que había.

Dejemos el pensar atrásDonde viven las historias. Descúbrelo ahora