silence ; fack au #O1

ten.

jack continuó insistiendo con que quería ver a su madre, mientras que finn seguía negando, era peligroso y el pequeño aún no estaba preparado.

— ¡que quiero ver a mi madre! — jack gritó con tristeza destellando de sus ojos, ya que no estaba acostumbrado a que finn le negase algo.

— que no jack, deja de insistir, lo hago para protegerte. — finn no se alteraba, ya que sabía que si se ponía a gritar o se ponía nervioso jack se pondría peor.

— ¡pues deja de protegerme y llévame a ver a mamá! — jack volvió a gritar y finn suspiró pesadamente, levantándose del sofá, siendo seguido por la atenta mirada del menor.

el mayor colocó al pequeño sobre su hombro, quien comenzó a gritar pidiendo que le bajase, obviamente, finn hizo caso omiso a las súplicas de jack.

finn echó a jack en la cama donde los dos dormirían durante esa semana, recibiendo una mirada de disgusto y frustración por parte de él pequeño.

— toma el pijama, póntelo y a dormir. — finn estaba siendo serio por primera vez en mucho tiempo y a jack eso no le gustaba, peor aún así le hacía caso.

jack hizo lo que se le pidió y se puso una gran sudadera de finn, la cual usaría de pijama y le quedaba por debajo de las rodillas.

el pequeño, mientras se estaba poniendo el pijama, logró ver un pequeño peluche detrás de una mesa, y rápidamente corrió a por él.

el peluche pertenecía a finn cuando era pequeño, ya que, como recientemente se dijo, esa era la antigua casa donde sus padres vivían.

— ¿has encontrado a leo? — preguntó finn riendo y mirando a jack observar el peluche con detenimiento, como si de un amuleto preciado se tratase.

— ¿leo? ¿este peluche se llama leo? — jack preguntó mirando a finn con incertidumbre, mientras que este asentía con una sonrisa.

— sí, es un león y se llama leo, de pequeño era bastante simple. — finn confesó soltando una suave carcajada.

— ¿yo soy simple? — el menor murmuró acurrucando el peluche contra su pecho.

— no, créeme que no. — finn contestó alborotando el pelo de jack y riendo levemente.

— ¿me lo puedo quedar? — murmuró el pequeño sin levantar su mirada, algo avergonzado por una razón que no entendía.

finn se lo pensó detenidamente, ya que ese pequeño peluche era su infancia, pero sabía que jack le daría más uso del que él le estaba dando durante ese tiempo.

— claro. — el mayor le cedió el peluche al pequeño, recibiendo un abrazo por parte de este, el cual finn no tardó en responder.

una vez que se separaron del abrazo ambos se tumbaron en la cama, y jack no tardó en acurrucarse en el pecho de finn, quien tapó a ambos con las sábanas y mantas.

— buenas noches jack. — susurró finn apagando la lámpara de noche, recibiendo un bostezo por parte de jack.

[...]

a la mañana siguiente jack despertó antes que finn, lo cual en el psiquiátrico no era ningún problema, pero en casa del mayor jack tenía mil y una cosas con las cuales hacerse daño o poder romper algo.

el pequeño se puso sus calcetines y bajó las escaleras hasta el salón, viendo a andy dormido en el sofá, cuya imagen le resultó graciosa.

jack comenzó a acariciar a andy, consiguiendo que el animal se despertase y comenzase a lamer la mano del menor, provocando una suave risa por parte de este.

lo malo fue cuando finn se levantó y jack no estaba con él, ya que al mayor se le empezaron a ocurrir cosas horribles que podrían estar pasando, como jack quedándose encerrado en el baño o tal vez agarrando un cuchillo de la cocina para hacer cualquier cosa.

— ¡jack! ¿dónde estás? — gritó finn colocando su camiseta del pijama y corriendo escaleras abajo.

— ¡estoy con andy! — gritó el pequeño con una sonrisa, y aquellas tres palabras provocaron un suspiro de liberación por parte de finn.

finn entró en el salón, admirando la imagen de jack acariciando su perro, hacía bastante tiempo que no veía a jack tan tranquilo por si solo.

— cuando te despiertes despiertame a mi también. — finn advirtió sentándose en el sofá, estirándose en este, viendo a jack asentir.

andy se bajó del sofá, haciendo que jack hiciese un puchero, viendo como el perro caminaba hacia donde su cuenco con comida se encontraba.

el pequeño se levantó del suelo, sentándose en el regazo de finn, quien algo somnoliento le comenzó a acariciar el pelo.

a finn la idea de pensar de que en algún momento no podría estar así con jack le mataba, pero casi siempre intentaba alejar esos pensamientos de su cabeza mientras se encontraba con el pequeño.

— tengo hambre. — susurró jack contra el pecho de finn y este asintió, tomándole en brazos y llevándolo hasta la cocina.

— vale, el problema es que no tengo zumo de naranja, así que no sé si quieres otra cosa para desayunar. — confesó finn colocando a jack en la encimera mientras ambos reían.

— galletas, quiero galletas. — dijo jack sonriendo, rodeando el cuello de finn con inocencia.

pero finn no escuchó a jack pedirle galletas, ya que estaba perdido en sus labios, los cuales aún estaban secos, pero para finn seguían siendo perfectos.

el mayor sabía que se arrepentiría de esto durante muchísimo tiempo, pero no le importó, y antes de que jack tomase conciencia tenía los labios de finn contra los suyos, jadeando levemente ante el contacto.

finn acunó el rostro de jack, acariciando su mejilla con el pulgar, tratando de mover sus labios lo más lento posible para que jack consiguiese seguirle, y para el pequeño no fue gran cosa.

tras unos segundos se separaron, y ambos tenían las mejillas teñidas de rojo y una gran sonrisa en sus labios.

— ¿recuerdas que te dije que no te podía besar? — preguntó finn en un suave susurro.

— s-sí. — susurró jack tartamudeando, aún acelerado por el beso.

— pues olvídalo. — finn le dedicó una sonrisa cálida y jack asintió levemente, jugando con sus dedos.

lo que ambos no sabían es que ese beso les haría más daño de lo que ellos mismos creían.

n/a: capítulo de mierda lo sé, pero es que quería actualizar hoy ya que el sábado no voy a poder y no me gusta dejarles tanto tiempo sin capítulo jé. <3