6 | Tormento

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Chloe Andersson

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Chloe Andersson

Suspiro al recostar mi cuerpo en aquella comoda cama de mi nueva habitación.
Estaba tan cansada, fue un día muy agotador.

Nunca se me pasó por la cabeza que cuidar bebés sería tan agotador, no me quejo en lo absoluto, pero siempre tenía que tener un ojo puesto Alice, quien a pesar de no caminar estuvo bastante inquieta hoy, queriendo mi atención.

Ni siquiera me permitía ayudar a María con el almuerzo porque comenzaba a llorar.

Estoy a punto de quedarme dormida cuando unos golpes en la puerta me hacen querer asesinar a quien se encuentre detrás de ella.

– ¿Si? - mi voz sale somnolienta mientras me quiero volver a acomodar en la cama.

Sábanas de seda... Una puta fantasía.

– Soy yo. - la voz de mi jefe hace que me incorpore y olvide por un instante mis ganas de dormir.

– Adelante.

La puerta de mi habitación se abre y tras ella aparece Andrew, su ropa de la oficina desarreglada, ya no trae la corbata.

– Chloe, ¿podemos hablar? Lamento interrumpir a estas horas.

– Si, dime, de igual manera no tenía sueño. - miento descaradamente, cuando en realidad me estoy muriendo por pegarle una patada, sacarlo de la habitación y dormir.

Él se sienta en el borde de la cama, justo a mi lado.

– Sucede que me surgió un viaje de negocios, el cual no puedo postergar, lamento pedirte esto en tu primer día pero me preguntaba si podrías viajar.

– ¿Cuando es?

No es que tenga que hacer mucho estos días pero mañana debo de llevarle sus medicamentos a mi padre, a quien no veo hace una semana.

– Dentro de dos días.

– Genial. - sonrío complacida.

El asiente y está por levantarse pero lo tomo de la mano, ahora que es mi jefe debo de pedirle permiso, o avisarle si debo de salir de la mansión que tiene.

– Debo de visitar a mi padre mañana ¿puedo salir en la tarde?

– Claro, esto no es una cárcel Chloe. - oculto una pequeña sonrisa a la vez que alejo mi mano de él.

– Llevo a Alice conmigo, para no dejarla con nadie, ¿Podría acompañarme Marco? Para que te sientas más seguro al respecto.

– Claro, no hay problema.

– Gracias.

– Buenas noches. - Comienza a caminar hacia la puerta y yo me recuesto nuevamente.

Ayuda Millonaria © ✓ [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora