Tanto la Gran Bretaña muggle como la mágica esta compuesta por cuatro naciones independientes : Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales, siendo un total de 229 850 km². En el lado muggle conviven personas de todas latitudes y culturas del planeta, ajenos completamente a su contraparte mágica, donde seres extraordinarios conforman una comunidad secreta.
Entre dichos seres, están los hombres lobos, que se caracterizan por su territorialidad. La manada mas grande era la de Fenrir Greyback, el alfa mas fuerte de todos y una especie de rey entre sus congéneres. Respetado y temido por igual, su reputación había traspasado las fronteras del Reino Unido. Un ser cruel y posesivo, quien gustaba de tener amantes jóvenes, que eran sustituidos al llegar a cierta edad. Dentro de su manada se consideraba un honor compartir su lecho aunque solo fuese un par de horas de alguna noche.
Sin embargo en el callejón Diagon vivían dos pelirrojos que no compartían esa opinión. Desde el día que Fenrir Greyback los había tomado como sus esclavos personales. Ellos sabían que cualquier cosa les podía pasar a merced de uno de los seres mas peligrosos de su mundo.
Una noche habían recibido la orden de prepararse para recibir a su amo, sin embargo cuando llego le ordeno a Fred alistarse para un viaje, mientras George le hacia una cena rápida. Al terminar de cocinar este se disculpo y subió presuroso a la recamara de su gemelo
- Tengo miedo – dijo Fred mientras temblaba de pies a cabeza - ¿Qué nos va hacer?
- Envíame una lechuza de donde sea que vayan – le pidió George
- ¿Y si no nos volvemos a ver?
- Lo harán – dijo una voz desde la puerta y a ambos pelirrojos les recorrió un escalofrió – ahora despídanse como a su Alfa le gustaAmbos hermanos se miraron y se fundieron en un abrazo que expresaba todo el dolor que sentían debido a la situación en la que se encontraban. Ambos querían…, necesitaban que esa despedida fuese lo mas fraternal posible. Necesitan sentir que el otro estaría bien. Pero de pronto sintieron la risa cruel de su amo y Fred sintió como su cintura era rodeada por unos brazos muy conocidos, que segundos antes estaban a la altura de sus hombros, sin previo aviso sus labios fueron asaltados por unos que ya eran bastante conocidos a pesar de intentar oponerse los suyos
- Fred, cachorrita, vamos
Ambos hermanos se separaron y el nombrado fue hacia su amo que lo abrazo mientras aparecían en un gran descampado, cerca de unas cuevas. Los brazos del hombre lobo lo guiaron precisamente hacia esas cuevas. Al entrar caminaron hacia el subsuelo de esta atreves de túneles. Al salir de estos llegaron a un gran salón donde se veía muchas personas por los alrededores, que miraban con curiosidad al pelirrojo.
Un hombre alto, con el pelo largo y completamente enmarañado de color marrón y una parte roja, se acerco a ellos. Su piel era de color blanca, aunque despedía un olor desagradable, tenia un ojo azul y otro gris.- Bienvenido a casa, Alfa, veo que trajo compañía – dijo haciéndole una caricia en el rostro al muchacho, quien cerro los ojos conteniendo las lagrimas – y muy hermosa por cierto
- ¿Qué se dice, cachorrita? – dijo Greyback besándole la base del cuello
- Gracias – susurro bajando el rostro
- ¿Ya están todos reunidos? – pregunto el líder
- Si alfa
- Magnifico, Scabior – dijo indicándole a Fred que siguiera a este – llévalo a mi cueva. Es una de las perras que parirá mis cachorros
- ¿De que cachorros hablas? – pregunto nervioso el pelirrojo
- Ya sabrás – sonrió Fenrir maliciosamente – llévateloScabior condujo a Fred a una cueva apartada que hacia las veces de un dormitorio. Era enorme con una pequeña laguna en el centro iluminado por decenas de antorchas
- Quítate la ropa y date un baño. Espera al Alfa en la cama, no demora – ordeno – y… que te diviertas – salió lazando una carcajada
Fred cayo de rodillas sobre el piso mientras lloraba llamando a su gemelo, quien en la misma posición lo llamaba desde el piso que ambos compartían en el callejón Diagon. Harry les había encargado algo y ahora a menos que él lo realizase, nadie podría escapar de ese infierno
* * *
Los llamados Carroñeros eran la manada dominante entre los hombres lobos de Gran Bretaña. Orgullosos de ser una especie de guardia de honor de Fenrir Greyback, cada uno era cabeza de alguna pequeña manada. Cada cierto tiempo hacían una especie de reunión, donde se le informaba al Alfa acerca de las actividades en sus respectivos territorios. Ese dia, al llegar a la cueva donde se realizaban las reuniones, sintieron el aroma del humano que estaba en los alrededores
- Alfa, hay un humano cerca – dijo olisqueando a su alrededor
- Es mi nuevo juguete. Vino a conocer donde crecerán nuestros cachorros. Bueno cambiando de tema, ¿Qué paso con los solitarios que estaban al sur?
- En Dorchester hay dos que han accedido ha servir de vigilancia para un pequeño grupo de miembros de la orden del Fénix que se esta reagrupando en dicho sector. Mientras que en Exeter lo están haciendo algunos aurores que entraron en contacto con el autodenominado Ejercito de Dumbledore
- ¿Cuál es el informe desde Escocia? – pregunto Greyback
- En Aberdeen las cosas… – de pronto se escucho un gran alboroto en el un sector alejado de las cuevas, por lo que todos se dirigieron hacia allá, al llegar al lugar vieron como un pelirrojo forcejeaba con tres de los mejores betas del lugar, quienes reían a carcajada lanzándose mutuamente al muchacho
- ¿Qué pasa aquí? – dijo la potente voz del alfa logrando que todos quedaran inmóviles en su lugar, mientras su mirada se cruzaba con la de su esclavo –. Déjennos solos – ordeno, por lo que todos los carroñeros salieron del lugar. – ¿Dónde ibas cachorrita?
- ¡No me llames así! – exigió con un grito – quiero irme.
- Acabamos de llegar. Tengo que tratar unos temas…
- ¡Quien se quiere ir soy yo! ¡Quien no se siente seguro aquí soy yo! ¡Quien no debe estar aquí soy yo! – grito el Weasley con todas sus fuerzas y se lanzo contra el hombre lobo, quien de una bofetada al suelo haciéndole sangrar. – Déjame ir – suplico llorandoFenrir salió dando ordenes de mantener a su amante dentro de la cueva. Horas después regreso y lo encontró durmiendo sobre el suelo, en el rincón mas alejado de la cama. Respiro hondo. Iba ser un camino largo pero lograría fundir su licantropía con los genes mágicos de esos gemelos. Creando una nueva raza poderosa capaz de hacerle frente a Lord Voldemort y derrocarlo, convirtiéndose él en el Mundo Mágico.
Había llevado a uno de sus amantes a su viaje para apalear las largas horas de reuniones, y también para separarlos, pues sabia de sobra lo que tramaban para hacer huir a la reina y sus mascotas
* * *
Draco salió de una de sus tan tediosas reuniones y se dirigió a descansar en una de las habitaciones que se le asigno en casa de los Lowell. Se desvistió y entro en la tina que los elfos domésticos habían preparado para él. Al salir del baño después de una hora, se encontró acostada en su cama a Daphne Lowell, hija menor de la familia que lo estaba acogiendo.
- Buenas noches, mi lord – dijo poniéndose de pie para dejar caer su vestido libremente – pensaba en…
- Y yo pensaba en mi esclavo, quien tiene mejor cuerpo y mayor decencia que usted – dijo abriendo la puerta para que esta salga, buenas noches… mi lady – concluyo mirándola despectivamente
- ¿Me va cambiar por un simple… esclavo? – pregunto la muchacha sintiéndose humillada
- Para cambiar algo se debe comparar primero, mi lady – dijo Draco en voz suave – y para mi, Ron es único y justo a mi medida. Afortunadamente carezco de alguien con quien compararlo
- ¿Y si lo tuviera? – pregunto con esperanzas
- Sentiría lastima por esa persona, pues perdería totalmente frente a mi Ron – dijo con simpleza antes de que la mujer saliera hecha una furia
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¿Tú? ¡No puede ser!
FanfictionHarry hizo una vida junto a Giny, o eso creyo él. Voldemort regreso, solo que ahora ya no lo quiere muerto, sino a su lado, como su reina. ¿El niño que vivio y vencio podra escapar esta vez de su destino?