Sueños Y Pesadillas

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Cada noche su cuerpo era poseído en busca de un hijo. El mismo hijo que desde muy joven, tantas noches había soñado tener mientras dormía entre los brazos de su gran amor, Sirius Black, aunque era solo eso: un sueño. Quien diría que aquella fantasía se convertiría en su peor pesadilla, cuando el asesino de tantos, entre ellos sus mejores amigos, tomo todo su mundo.

Sus lágrimas caían sin cesar sobre su rostro, encerrado en aquel calabozo acondicionado para esa ocasión. Siempre había considerado a la luna llena su peor enemigo, ahora no estaba muy seguro de ello. Debido a que, su ahora hijastro, venia casi a diario por asuntos relacionados a los negocios familiares, podía ver a uno de sus ex alumnos. Sentía mucha lastima por todos ellos. Sometidos. Con la voluntad doblegada a los caprichos de aquellos que se sentían superiores, solo porque le besaban los pies a un ser tirano y sin escrúpulos. ¿Pero qué decía? Su situación no era mucho mejor, a merced de un ególatra, manipulador, acostumbrado a que se hiciera su santo capricho cuando él quería, donde él quería y de la manera que él quería. Y si eso no era suficiente, por esos días era justamente él ese capricho.

La puerta se abrió y un hombre rubio, de porte aristocrático, entro por ella. Remus solo lo miro en silencio unos segundos y volvió a clavar su vista al techo limpio.

-¿Tienes agua suficiente? – pregunto Lucius mirando a su alrededor
-Si. Gracias. – dijo de forma distante
-¿Por qué no me das una oportunidad? – suplico este -. Es todo lo que pido
-No has pedido nada. Lo has exigido, impuesto – alzo la voz poniéndose de pie de un salto –. ¿Crees que por qué tengo este collar que gobierna mi voluntad, no siento? – rio irónicamente –. No te equivoques, Lucius. Nada es para siempre, y tarde o temprano seré libre de ti y correré a sus brazos
-La pregunta es… – dijo Lucius sonriendo - ¿Él te querrá todavía en ellos? He escuchado por ahí que es un excelente amante, como todo Gryffindor y Severus… bueno, puede mostrarle cosas que hasta ustedes desconocen

En ese momento, el cielo se despejo de nubes y la luna se vio en toda su redondez, tal como Lucius soñaba ver el vientre de su amante. Pero cuando volcó a verlo, su cuerpo ya era otro. Su boca, ahora hocico, mostraba los colmillos. El más puro instinto lo dominaba. Y este llamaba a su compañero. Se lanzó con todas sus fuerzas contra la puerta intentando abrirla, hacerla pedazos e ir en su búsqueda. Pero este lo contuvo cuando se cerró tras la salida presurosa del dueño de casa para salvaguardar su vida.

Quería acompañarlo en su primera transformación a su lado, cuidarlo, evitar que se lastimará. Con el tiempo se ganaría su amor, costase lo que le costase. Se acomodó en el suelo, y se preparó para una noche larga y tortuosa, pero llena de sueños con el único hombre al que había amado toda su vida.

* * *

En un bar muy bien escondido en el callejón Knockturn, una mujer bajo la protección de una capa bebía un copa Whiskey de Fuego. Minutos después llegaba un hombre y se sentaba a su lado

-¿Impaciente? – dijo ella
-En unos días será primero de septiembre – dijo Amycus Carrow – y aún no se ha designado al próximo director de Hogwarts 
-Que tu sepas – contesto su hermana
-¿Intentas decirme algo Alecto?
-Deja de jugar y dime que averiguaste
-Al parecer tenias razón, y los miembros de la Orden del Fénix están desapareciendo. El principal gestor es Alastor Moody, y lo viene haciendo desde el mismo día que se tomo el ministerio
-Se están escondiendo como la rata que son. La pregunta es donde – dijo Amycus un tanto impaciente
-Mis informante me aseguraron que intentaran el rescate de la reina 
-Debemos prepararle un recibimiento digno ¿No te parece?

Ambos mortífagos rieron maliciosamente. Atrapar al ex auror era una especie de entretención para ellos. Ya que desde el nuevo ascenso del señor oscuro al poder, lo habían perseguido y atrapado varias veces, pero tras torturarlo lo dejaban en libertad

¿Tú? ¡No puede ser!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora