Tomando lo mio

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Lo que empezó como un simple pasatiempo para hacer su vida mas llevadera en Hogwarts, se convertiría en una rentable negocio para Fred y George Weasley ubicado en el callejón Diagón ¿Quién diría que ellos, los nunca finalizaron sus estudios, serian mas exitosos y reconocidos que su eternamente recto y bien portado hermano mayor Percy? Sin embargo…

*** FLASHBACK ***
La rutina de los gemelos comenzaba al levantarse a las seis de la mañana y bajar de la bodega los últimos productos terminados la noche anterior. Tras asearse y desayunar bajaban a la tienda. Cada día abrían a las ocho y treinta de la mañana y cerraban a las seis en punto de la tarde, permaneciendo abierta incluso a las hora del almuerzo. 
Sin embargo ese día el reloj apenas marcaba las once de la mañana y ellos ya habían cerrado la tienda, pues se los había convocado en el ministerio de magia para una reunión extraordinaria de los sobrevivientes de la guerra. 
- Date prisa Fred – dijo en voz alta desde la caja registradora donde recogía la venta del día
- Ya termine George – respondió este desde la tras tienda. Salió poco minutos después. 
- Es increíble lo bien que están saliendo las varita de la resurrección – dijo Fred – . A este paso nesec…
- Fred Weasley – se escucho masculina una voz desde una pila enorme de cajas vacías.
George busco el origen de la voz, pero se detuvo al instante cuando escucho los gritos de su hermano. Iba auxiliarlo cuando nuevamente la voz hablo:
- George Wesley – esta vez fue el turno de caer en medio de un grito 
De entre las sombras de las trastienda salió el líder de las manadas de hombres lobos de Gran Bretaña, Fenrir Greyback.
- No se preocupen por nada. No morirán. Ni tampoco nadie vera su collar… todavía – caminó alrededor de los gemelos con la vista fija en los collares donde estaba ya estaba impreso su nombre. – Mientras estén fuera no podrán hablar de lo que pase aquí. Ni una sola letra, ni entre ustedes, ni con nadie – ordeno -. Ahora, necesito que hagan algo por mi
Dijo mientras sonreía relamiéndose los labios.

*** FIN DEL FLASHBACK ***

En una de las habitaciones del departamento que estaba sobre la tienda de sortilegios estaban abrazados dos jóvenes pelirrojos recorriendo sus cuerpos mutuamente muy lentamente centímetro a centímetro, mientras literalmente se comían sus labios en un beso demás de demandante. Tomando el miembro de su hermano, George comenzó a masturbarlo con una mano subiendo piernas sobre sus hombros para poder tener mayor acceso, mientras con la otra le iba introduciendo dos dedos por el recto . Por su parte Fred ya había logrado introducir cuatro dedos en su hermano.
- Ahhh! – fue el grito de George – ya… no… puedo… mas…!
- ¡No… pue…puedo … parar!.- grito Fred
- Fred, acuéstate – ordeno la voz de Fenrir desde la sombra mientras se desvestís – con la cabeza hacia los pies de la cama – este obedeció al instante. – George colócate sobre el con la cabeza hacia sus pies. – Ambos complázcanse mutuamente con sus bocas.
Mientras los jóvenes obedecían, Fenrir se coloco detrás del joven y sujetándolo por las caderas se introdujo lentamente. George gimió y loco de placer lanzo un grito que envió ondas de electricidad al cuerpo de su hermano haciendo que se venga en su boca. Fenrir siguió enterrándose en ese pequeño agujero, luego se vino en él con tal intensidad que su semilla se desbordo y corría por los muslo del muchacho que ni por un segundo dejo su tarea, pero gimió con decepción al sentir como su cuerpo era abandonado..
El alfa giro la simbiosis que formaban los hermanos, quedando Fred arriba, se coloco ahora detrás de este, le levanto las caderas de este y de la misma manera que hizo con George lentamente se fue enterrando en él, repitiendo lo vivido minutos antes hasta volver a llegar al orgasmo nuevamente, pero ahora dentro del otro gemelo. Los tres hombres se desplomaron, siendo Greyback quien quedo sobre los otros dos. Se movió hasta acostarse a lo largo de la cama mientras aun con la respiración agitada sonreía viendo a los hermanos llorar en silencio escondiendo la cara para no verse nuevamente.
- ¡Oh no! – dijo Fenrir sonriendo – vengan aquí, los dos - Extendió los brazos en forma horizontal y ambos jóvenes se acostaron a cada lado del hombre a pesar de rehusarse a obedecer, colocaron sus cabezas en el pecho de su acosador, este los abrazo por la cintura - no tienen de que avergonzarse cachorritas – le beso el cabello -. Estuvieron geniales – les dijo acariciándole los muslo deslizando las manos a hacia la entradas de lo chicos – hasta parecían expertos en el tema. ¿Ya lo habían hecho antes traviesos? – pregunto, pero lanzo una carcajada ante la cara de repugnancia de los pelirrojos. - Ahora tomemos un descanso para la segunda ronda.
Los gemelos se miraron mutuamente conteniendo las lagrimas. 
- Por cierto – Greyback tomo su varita y dijo – accio poción. – Los frascos que el lord le había dado volaron a su mano – beban esto.
Ellos obedecieron y al instante ambos empezaron a retorcerse, mientras el hombre los miraba en silencio.

* * *

Se paro en medio de su habitación y puso su brazos en jarra. Su cabello rubio caía sobre su delgada espalda. No entendía por que tanto alboroto. Resoplo. Abrió la puerta y bajo la escalera de caracol que llevaba fuera de la casa, cuando una luz verde ilumino la noche
- ¡Papá! – grito la joven
Pero no se pudo acercar al cuerpo inerte tirado en la entrada de la casa, porque sintió algo que le quemaba alrededor de su cuello. Unos brazos la tomaron por la cintura y antes de desmayarse, vio como una calavera con una serpiente saliendo de su boca flotaba sobre el techo de su casa. La marca tenebrosa

Luna Lovegood, o lunática, como sus compañeros la habían apodado, era una mujer tranquila y de carácter soñador, quien siempre tenia una sonrisa en los labios sin importar las circunstancias, sin embargo en ese momento se encontraba llorando desesperadamente sentada en el suelo de una habitación oscura. Estaba vestida con harapos y su cuello aun quemaba. 
Cuando la puerta de la habitación se abrió la puerta, por ella paso una figura alta y espigada. Los ojos de Luna de pronto ya no veían nada.
La persona que entro no hablo en ningún momento. Sin embargo Luna sentía como unas manos se colaban bajo los trapo viejos que vestía y recorrían lentamente desde sus pantorrillas hasta sus rodillas y subían por sus muslos. Una boca recorrió se cuello, dejando pequeñas mordidas en este. Sintió como aquellos trapos que la cubrían desaparecían dejando, su cuerpo completamente desnudo. La boca bajo hasta sus seno, chupando y mordiendo esas dos pequeñas montaña.
Luna no había tenido relaciones sexuales jamás, no sabia que sentir, ni mucho menos tenia experiencia en que hacer, pero de una cosa si estaba segura: ¡Estaba en la gloria!
La hicieron girar y empezaron a besar su cuello bajando por la espalda llegando a sus glúteos y colándose entre ellos
Cuando volvió a girar, dos manos recorrieron sus muslos, se sintió en el paraíso o eso fue lo que su vientre le grito cuando fue cubierto de besos suaves y delicados que se extendieron por su vientre y siguieron su camino hasta su monte de venus. Pero el recorrido no quedo ahí. Los labios bajaron aun mas y se introdujeron directo hasta su clítoris, que ya estaba húmedo y completamente erecto. Este fue punto de quiebre. Ya no pudo más, por lo que se desgarro la garganta en un grito del mas puro placer. 

Marcus Flint reía moviendo lentamente la cabeza sentado en el sofá de la sala mientras leía una revista de quidditch cuando Pansy entro y se sentó frente a él colocando sus piernas sobre una pequeña mesa de patas bajas mientras de sus labios se escaba un suspiro. Cuando Pansy le propuso aquel negocio no lo dudo ni un segundo. Eran galeones rápidos y seguros, sin contar el placer personal. Lo que nunca imagino era cuanto iba a disfrutarlo. ¡Oh, Merlín! Ese era un plus extra muy reconfortante
- ¿Que tal tu rato de descanso? – pregunto con un brillo de la malicia en los ojos
- ¡Glorioso! Necesitaba relajarme – respondió la joven subiendo sus piernas al sofá y estirándose a todo lo largo -. Tú también deberías relajarte un poco. No todo es trabajo Marcus.
- Tal vez tengas razón -dijo este sonriendo – y quizás hasta ganemos dinero de paso
- ¿ A que te refieres? – pregunto intrigada la Sliffering 
- ¿Haz visto últimamente a mi suegro? – pregunto Flint levantando las cejas.
- ¿No digas que ya le tienes comprador? – dijo sorprendida.
- Para que veas – ambos rieron -. Pero primero… probare la mercancía

¿Tú? ¡No puede ser!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora