¿Tú? ¡No puede ser!

UNA VIDA PERFECTA

Habían pasado quince días maravillosos desde que habían llegado a la isla, esa noche tras una cena romántica en la playa al estilo Gryffindor, Harry le había pedido matrimonio Giny. Nadie iba arruinarlo. No más señores oscuros, no más mortífagos. La vida sería perfecta. No. Su vida ya era perfecta. La noche se trasladó a la cabaña donde se quedaban en esa isla solitaria que Harry consiguió para la ocasión. Dos meses enteros lejos de todo y todos.

En la madrugada Harry despertó con un grito. Busco a Giny a su lado pero no estaba. Intento levantarse pero su cuerpo no respondía, cuando escucho esa voz que hablaba con un siseo:

- Hoooolaaaa Haaaarryyyy. Teeee teeeengoooo laaaa meeeejooor proooopuesssstaaaa deeee tuuuu viiiidaaaa

Entonces lo supo, su más terrible pesadilla se había hecho real. Tom Marvolo Riddle estaba frente a él y su cicatriz no le había dolido como previo aviso. Miro hacia todos lados buscando a Giny, pero por más que esforzaba con su vista, no lograba divisarla. 
- ¿Buscabas algo pequeño? – pregunto el Señor Tenebroso con una sonrisa siniestra
- Giny… ¿dónde está?- dijo deseando no saber la respuesta.

Una figura se irguió de donde venía la voz, y lentamente se aproximó hacia él y se sentó a su lado.

- Aún está viva, si es lo que te preocupa – dijo suavemente mientras sus ojos rojos se clavaban en los orbes verde esmeralda que tenían enfrente. – pero dependerá de ti si continua así.

Harry toco su cuello y lo sintió, ahí estaba la prueba de lo que iba pasar y él no podría hacer nada. Algo que le sorprendió era el hecho de que ¿en su sueño?, ¿Por qué fue un sueño, no? ¿O déjà vu? ya no importaba, iba pasar y él no podría hacer nada, el collar debía quemarle a la persona que lo portaba cuando el nombre del amo aparecía en él, pero en su caso no fue así. Ya tendría tiempo para descubrirlo, ahora había cosas que exigían su atención inmediata

- Giny – susurro
- ¿quieres verla? – dijo Tom con una sonrisa maliciosa. Los años habían hecho su trabajo en el niño que una lo venció y al cual sometería de todas las maneras posibles – en este momento Greyback y ella…
- Quiero que la mates – dijo Harry con voz firme sorprendiendo totalmente al Señor Tenebroso –, pero antes quisiera despedirme de ella, por favor
- ¿Quieres que mate a la pelirroja? – pregunto atónito el futuro Rey del Mundo Mágico
- Llévame a verla, por favor – dijo el héroe poniéndose de pie para tomarlo de la mano con una sonrisa que dejo sin palabras al mayor, que solo pudo obedecer sin hacer más preguntas, aunque en su interior una voz le repetía: “¿Quién es el esclavo aquí?”

Se aparecieron en otra recamara de la cabaña. Estaba oscura, pero se podía ver perfectamente. Una cama destartalada y sobre una joven desnuda con el cuerpo ensangrentado, suplicando ser liberada. Estaba a punto de brutalmente violada, cuando el lord carraspeo, y la tortura seso.

- Querido Greyback, disculpa la interrupción, -dijo mirando Giny – pero mi pequeño quería darle un consejo a tu…
- Dennos uno minutos por favor – pidió Harry mirando a su amo, este le beso la frente y le hizo una señal hombre lobo para que saliera con él
- ¡Harry… - susurro Giny llorando – tenemos que salir de aquí, advertirle a la orden!
- No hay escapatoria – susurro este acariciándole el cabello – es difícil de explicar, pero lo sé. Quiero que sepas que te amo, que creo que en el fondo siempre estuve enamorado de ti. Y siempre tendrás un lugar de honor en mi corazón 
- ¿Por qué hablas como…? – pregunto aterrada la joven
- Te prometo por nuestro amor – susurro pegando su frente a la de ella y cerrando los ojos – que no permitiré que nada malo le pase a tu familia, nuestra familia. – Tomo su rostro entre sus manos y la beso con tanta dulzura y pasión que más allá de darle tranquilidad, la aterro mucho más – Te amo. Perdóname – susurro y se alejó para llamar al Lord que apareció al instante – Mátala sin la toque nadie, por favor – todos los presentes se sorprendieron del pedido
- Mi señora… – dijo Greyback haciendo una venia
- Por favor – suplico con lágrimas en los ojos – no la tortures, ni me tortures a mí. Yo la amo. Y lo sabes. Por eso no quiero que sufra
- Greyback merece… - empezó a decir el lord con un siseo peligroso que le erizo la piel tanto a la pelirroja como al hombre lobo 
- Greyback tendrá toda la diversión que merece y ambos lo sabemos – interrumpió Harry – Por favor Tom…

El lord lo miro fijamente y sin más lanzo un Avada Kedabra sobre la pelirroja, luego envolvió el cuerpo en una especie de mortaja colocándolo dentro de una urna de cristal. Harry no tuvo valor para mirar hacia atrás y salió deprisa dirigiéndose a su recamara. Cuando el señor oscuro entro en la recamara, encontró al debería ser su sumiso sirviente parado frente a la ventana. Cuando iba a abrazarlo este se giró y clavo sus orbes verdes en él

- Se lo que harás y estoy dispuesto a estar de tu lado a cambio de algo – respiro hondo y se abrazó a él, recargando la cabeza en el pecho del mago mayor –, solo te pido que sean tratados con respeto. No tienes por qué ser violento, nadie podrá impedirte tomar el poder, es más, creo que será beneficioso para tus planes 
- ¿Cómo? – pregunto el mayor intrigado
- Échale un vistazo a mi mente – sugirió Harry

Los días que siguieron fueron los primeros recuerdos reales para Harry de lo que sería el resto de su vida. A petición suya, los mortifagos fueron convocados para una presentación formal. Durante esta, Harry hablo sobre la pócima que Severus le había otorgado tanto a Sirius como a Remus para romper exitosamente su unión. Sugirió que le fuera otorgado a todos los esclavos para romper posibles amores que impidan una unión plena con sus respectivos amos. Tanto el lord como su círculo interno tomaron con buen agrado la idea y Severus encontró la manera de fusionar ambas pociones y acelerar las cosas. Tom recordó la promesa que le había hecho a su pareja sobre los esclavos y les ordenó a sus mortifagos hacer un juramento inquebrantable con la reina sobre el trato a sus respectivos esclavos.

Las cartas de invitación a una casa fuera de la parte norte del condado de Surrey llegaron a primera hora de la mañana dos meses después de la muerte de Giny, a todos les intrigaba el motivo por el cual eran convocados y más, aun cuando la firma que se veía al final de cada invitación era la del héroe más importante de la guerra mágica, Harry Potter 
Para él todo en la mansión fue tal y como lo recordaba. Una entrada aterradora que solo le decía que Tom en el fondo no era más que un niño grande jugando a ser rey, pero él lograría controlarlo, sabía muy bien cómo. Cuando sus amigos lo vieron junto al Señor Tenebroso intentaron sacar sus varitas pero estas salieron volando a manos de su amigo

- Tranquilícense, nada malo va a pasar – dijo Harry con una sonrisa – ¿cierto mi señor?
- Arruinas mi entrada, querida – dijo Tom sonriendo
- Es el… – dijo Sirius atónito
- Padrino, su nombre es Tom y es mi… ¿novio? – dijo mirando sonriente a Tom que asintió besándole la frente
- Por ahora – dijo el lord invitándole a sentarse a todos – tenemos mucho de qué hablar 

La cena fue muy tranquila, por decirlo de alguna manera, hasta que varios mortifagos entraron y se colocaron detrás de los reyes del mundo mágico

- Pasaron muchas cosas durante el viaje que hice con Giny… – comenzó Harry
- ¿Dónde está mi hermana? – exigió Ron
- No seas irrespetuoso – intervino Draco mirándolo molesto
- Ni tú tampoco, Draco – dijo Harry mirándolo fijamente – te recuerdo que hiciste un juramento inquebrantable 
- Lo siento mi reina – dijo el rubio haciendo una venia – no volverá a pasar
- ¿Qué tienes en el cuello Harry? – pregunto nerviosa Hermione 
- Severus, empieza – dijo el lord
- Mejor háganlo todos al mismo tiempo – dijo el de anteojos – luego les explicare todo
- ¿Estás seguro? – dijo el lord y este asintió

Al mismo tiempo en el cuello de todos los Gryffindor aparecieron collares de sumisión, pero a diferencia de lo que habían en el sueño que tuvo Harry, estos no sintieron dolor sino un ligero cosquilleo tras el cual apareció el nombre de sus respectivos amos

- Perdónenme por esto – suplico Harry – pero era la única manera de que esto fuese lo más suave posible. Desde este momento Tom toma el control del mundo mágico como su rey
- Malfoy te llamo… – dijo Percy
- Eso soy Percy – dijo Harry – Tom es el rey y yo la reina. En un par de días haremos un enlace oficial 

Una semana exacta después de la cena en la mansión de los lores, estos se enlazaron en un antiguo ritual que unía sus magias haciéndolas una sola. Harry estaba satisfecho había logrado que la transición al nuevo régimen fuese lo más suave posible con la ayuda de la poción que Severus había creado para romper los lazos que unían a algunos de ellos, por lo cual estaba vez no hubo corazones rotos y la reina alcanzo que más quería, una vida perfecta