LA MADRIGUERA

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Eran las ocho treinta de la mañana y en las calles de todo el mundo mágico no existía otra noticia que los últimos eventos registrados en el ministerio el día anterior. Todo era incertidumbre. Según El Profeta, cualquiera podía ser tomado como esclavo. Nadie estaba seguro.

En una de las casas de Ottery St. Catchpol las cosas eran aun peor. Muy temprano había llegado un vociferador desde las oficinas de R.O.E. con ordenes estrictas de que ningún miembro de la familia debía salir bajo ninguna circunstancia. Si a esto se sumaba el hecho de que dos miembros y varios amigos muy cercanos de la familia habían sido alcanzados por el nuevo régimen, el resultado era el nervioso total entre todos los presentes. Harry Potter, el niño que prácticamente habían adoptado como otro hijo mas, había festejado cada herida que la pequeña Giny había sufrido.
Giny. Ella había sido la primera victima, Luego Ron y Hermione. Sirius y Remus. Todos habían sido sometidos y Harry no había movido ni un solo dedo por ayudarlos.

Molly estaba sentada en la sala, ya no daba mas con sus nervios. Arthur estaba a su lado, susurrándole palabras de calma que ni el mismo sentía. Tenia un presentimiento de que los problemas para su familia apenas estaban empezando.

Percy, uno de los hermanos mayores, estaba leyendo el diario y no daba crédito. Él había promovido una ordenanza que prohibía el hecho de que personas del mismo sexo pudieran ejercer el derecho a adoptar y formar una familia. Para él era una de las cosas mas abominable que existía. Y ahora, ni bien entablado el nuevo régimen, esto era abalado por un ley, e incluso se promovía el uso de pócimas de fertilidad para eso transgresores de las leyes de Merlín.
En medio de todo ese desastre, él era el único que conservaba la cabeza fría. Tenia que encontrar la manera de que se derogase esa insensatez.

Unos metros mas allá, tomados de la mano Bill y Fleur hablaban en voz baja, analizando las posibilidades para salir del país y buscar refugio en la casa de un familiar de la media veela.

De pronto la chimenea se activo sin la previa autorización de ningún miembro de la familia. De entre las llamas salieron dos figuras muy diferentes. Una era alta y esbelta, de cabellos negros. Vestida con una túnica lujosa. La otra era notablemente masculina, pues tenia hombros anchos y voz muy gruesa. En cuanto Percy lo reconoció le exigió que se marche, ya que no era bienvenido

- Accio varitas Weasley - dijo Pansy y todas estas volaron a su mano, y con una sonrisa inocente las quebró hasta romper los núcleo también
- ¿Cómo estas, Percy? - dijo Marcus con una sonrisa cruel en los labios
- Esto es un atropello - arremetió este alzando este la voz - ustedes no...
- ¡Silencio! - ordeno Pansy con voz firme - no quiero escucharlos - Percy quiso hablar, pero no pudo cuando una voz masculina dijo:

- Percival Weasley

El funcionario del gobierno sintió como un collar aparecía alrededor de su cuello mientras este le quemaba al rojo vivo. Con un grito desgarrador cayo de rodillas al suelo. Su hermano mayor quiso auxiliarlo, pero nuevamente se escucho la voz de Pansy que decía:

- Inmobulus totalus

Y esta vez fue los cuerpos rígidos de Charly y Bill al piso. Fleur grito corriendo hacia donde estaba su marido, pero también sintió que la quemaban viva cuando un collar apareció a su alrededor. Un nuevo grito desgarro su garganta. Cuando el calor retrocedió en el collar de la bruja, en este se leía claramente "Pansy Parkinson"

- Fleur ven aquí - ordeno la ex Sliffering. - la joven se arrastro hasta ella se puso a sus pies
- Basta - suplico Arthur -. No tienen que hacer esto

Pansy le lanzo una mirada burlesca a los inmovilizados y le ordeno a Fleur seguirla mientras ella subía al segundo piso. En ese momento Charlie Weasley bajaba por las escalera y al ver a su familia quiso sacar su varita, pero un collar de esclavitud apareció también alrededor de su cuello, por lo que su varita cayo al suelo.
Flint tomo ventaja del caos y le lanzo Imperius a Molly

Pansy siguió su camino, mientras desde la chimenea aparecía Blaise Zabini con su porte elegante y tranquilo

- Marcus ¿no puedes hacer algo sin causar tanto alboroto? - dijo con voz risueña
- Solo me divertía - se defendió este.
- ¿Y Pansy? Digo, ustedes siempre están juntos.
Un grito de placer se escucho desde la parte superior de la casa, seguido de una carcajada.
- Querido Blaise, creí que no te vería por estos lares.
- Ya vez - dijo este caminando alrededor de su esclavo -. A pesar de todo - continuo arrodillándose junto a Charlie y acariciándole el rostro - también tengo debilidad por los Weasley. Tranquilo. Nadie te va lastimar. - se puso de pie. - ¿Y ese? - pregunto intrigado señalando a Percy con la cabeza
- Quien me va divertir a mí exclusivamente - dijo Marcus con malicia
- Oh! - exclamo Blaise. - hasta donde se, ese es el Wesley mas intransigente. Suerte con él. - apunto el cuerpo de Charly y dijo: "Levicorpus". Buenos días Flint - y entro por la chimenea con el cuerpo del Weasley tras él.

Por su parte Marcus se acerco a Arthur y se paro detrás suyo
- Pero mira nada mas - le susurro al oído - que tenemos aquí - abrazándolo por la cintura y dejando caer su mano hacia la entrepierna del mayor para acariciarla suavemente por encima del pantalón mientras su otra mano le acariciaba la cintura. Sus labios dejaban rastros de saliva por el cuello del patriarca Weasley. Este hizo un gesto de repugnancia y trato de zafarse del agarre - tranquilo suegrito. Solo le quiero demostrar que cuidare bien de su hijo y sus nietos.
- ¿De qué nietos hablas? - dijo la voz temblorosa de Percy desde el suelo.
- Los que me darás naturalmente - le contesta sonriendo.

Arthur aprovecho esa leve distracción para intentar escapar, pero una maldición crucius le llegó por la espalda y lo hizo caer hacia adelante retorciéndose de dolor

- ¡No! - grito Percy

Los gritos de dolor de Arthur se unieron a los que Fleur lanzaba desde el segundo piso.

Horas mas tardes

Molly lloraba en silencio sentada en el suelo de la sala abrazando a Percy que temblaba incontrolablemente. Quería aparta la vista de la escena que tenia frente a ella, cerrar los ojos y que al abrirlos todo hubiese solo una pesadilla, pero no lo conseguía. Ella sabia que su marido no tenia esas inclinaciones, pero no por eso dejaba de darle repugnancia todo lo que estaba viendo

Hacia mas de una hora que Marcus Flint se había sentado en el sofá de su sala y le había ordenado al su marido que se bajase los pantalones y se sentara en sus piernas. Cuando Arthur se rehusó, su hijo Bill y ella habían recibido un crucius cada uno. Arthur había obedecido después de eso sin rechistar. Cuando estuvo en la posición que su opresor había exigido, este había empezado a masturbarlo, sin dejarlo terminar ni una sola vez

Pansy bajo arreglándose sus pendientes mientras tararea una canción.

- No soy la única que se divirtió esta mañana por lo visto - dijo con una sonrisa cínica en los labios
- No - aseguro Flint - mi querido suegro mostro un talento innato para complacer a un hombre.
Pansy lanzo una carcajada diciendo:
- Si Percy heredo los talentos de su padre, te aseguro amigo, que tus noches van hacer muy entretenidas
El nombrado se encogió en los brazos de su madre llorando en silencio

- ¿ Que tal la mercancía? - pregunto Flint poniéndose de pies abrazando a Arthur por la cintura y besándole el cuello - ya vendré con mas calma - le prometió al oído

- Muy buena - le contesto la morena, encaminándose ambos a la chimenea -. Tendrá mucha clientela

- ¡Percy! - ordenó Marcus - ¡date prisa!

Este obedeció en contra de su voluntad y al cruzar la chimenea vio como el hechizo petrificador desaparecía sobre el cuerpo de su hermano mayor, mientras su madre corría a abrazar a su padre, quien lloraba fuertemente tirado en el piso

¿Tú? ¡No puede ser!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora