Capítulo 4

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Narra Adhara.

Mi estómago pedía con todas las ganas de ganar la batalla de que no quería aun despegarme de la cama, oh… ¡Oh no! La pereza de Runa es contagiosa. Con hambre me levanté con cuidado, de la cama pensando que Runa aún no estaba despierta, grave error, ni siquiera se encontraba cerca.

—Si, lo sé, si… Perdón, pero no tuve tiempo para ir – se escucha la voz cansada de Runa

Me acerco un poco a donde ella se encuentra.

—Ya, y… ¿Tú qué? Los rumores dicen que se dirigen donde los Cullen, ¿Por qué?

—Por un asunto, un informante dijo que se creó un niño inmortal, y sabes que significa eso -dice una voz varonil a través del móvil.

—Y qué pasará si otra vez si van y equivocan, idiotas -gruñe con cansancio.

—No lo será, si es así tu será la principal Reina en encargarse del asunto -dice la voz masculina.

—Que fastidio, sabes que no deseo gobernar, es demasiado para mí.

—Lo sé, pero no hay nadie más antigua en inmortalidad que tú, hermana -dice la voz masculina.

Me sorprendo al escuchar como la llamó, no sabía que ella tuviese hermano, ni siquiera sé cuántos años tiene, por su aspecto solo parece de 25 o 26 años, pero como es vampiresa tampoco es que pueda ser esa su real edad.

Luego se la preguntaré.

—Bien, tienes razón, pero ahora yo cargo más responsabilidad que antes, y no deseo que por ningún motivo ustedes quieran hacerla daño -dice Runa con vehemencia.

—¿Qué? ¿Ella? ¿Quién es? ¿Una neófita? Porque que yo sepa, los vampiros no podemos tener hijos -dice sorprendido la otra voz.

—No, bueno es mi hija legalmente, pero no, de ninguna manera es neófita, pero no puedo decírtelo ahora, será en otra ocasión, Caius, Chao -dice Runa colgando.

Es mejor que me vaya antes de que me descubra, porque si no, estaré frita.

—¿A dónde cree que va mi picaflor curioso? -pregunta una voz tras mi espalda.

Me asusto por completo, tanto que me tropiezo y caigo al suelo.

—Y-yo… y-yo… intentaba … mmm... estaba buscándote -digo con nerviosismo.

Ella me mira levantando una ceja, más luego bosteza.

—Seeh... y yo me llamo Kurai Eien, si claro -dice con ironía y cansancio.

—¡Está bien! ¡Escuché un poco, lo siento!  -exclamo avergonzada.

—Hmm… bien, ¿preguntas? -dice con tono de cansancio, más luego se mueve por la habitación y de la mini heladera saca una botella de jugo con unas papas fritas.

—¿Uh?

Creí que me regañaría, o me pegaría por mi curiosidad, así normalmente lo era.

Pero ella es diferente, ella es mi nueva mamá. Aunque nunca pude conocer del todo a mis padres.

—Sé que has de tener dudas, así que dímelas, antes de salir a curiosear, y visitar la Push -dice con pereza, mientras se alimenta.

—Uhmm… ¿Quién era el que llamó? -pregunto.

—Caius Vulturi, un pequeño vampiro que críe en mi juventud, lo considero un hermano menor -contesta sin ocultar nada más.

—¿Qué es la Push?

—Es una playa cerca del mar como también hay una mini civilización en esa zona, allí vive Paul Lahote, mi guardaespaldas o mejor amigo, como quieras decirle -explica mientras come las papas fritas.

—Wow, iremos con gusto, ¡quiero conocerlo!, mmm… ¿Cuántos años tienes?

—Tengo 121 milenios, o más ni cuenta tengo, pero soy más antigua que todos los vampiros con que nos crucemos -comenta.

Wow esa no me la esperaba, no se nota, es fabulosa, pero hay algo más que quiero saber.

—¿Por qué te dijo que puedes ser la Reina?

—Tks… sabía que habías escuchado mucho, pero que pereza

—Anda dime~ -insisto con un gesto muy adorable parecido al del gato con botas.

Ella sonríe un poco, para luego largar una carcajada.

—Vale, bien, por ser  ….





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Wow como es la cosa cuando Adhara es curiosa, jajaja, la hiperactividad que tiene cansará de más a la servamp de pereza e ira.

Torbellino del Amanecer (2) 》Emmett Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora