JiCheol ♡ Amorterapia.

Capítulo 23

—Es imposible, mi papá toda su vida ha trabajado en neurología, él no ve a niños —Dijo JiHoon frunciendo el ceño y sin entender nada.

—¿Crees que puedas estar una hora fuera de casa? —Preguntó SeungCheol y JiHoon inmediatamente asintió —¿No irás a decirle a tus papás?

—No tengo siete años.

—Vives en su casa, debes respetarla.

—¿Es una broma? —Separó ligeramente sus labios y vio cómo SeungCheol negaba con la cabeza —¿No se moverá de aquí?

—No, estaré esperándote.

De mala gana, JiHoon volvió a la casa, rápidamente fue por un suéter y cuando su mamá le preguntó a dónde iba, le dijo que saldría un momento, escuchó sus preguntas y aún así salió sin responderle en dirección a SeungCheol.

El mayor estaba dentro de su auto con la puerta del copiloto abierta, esperándolo.

—¿Cuánto más debemos caminar? —Preguntó JiHoon, luego de que llegaran a un sitio apartado de a la ciudad, SeungCheol seguía caminando sin rumbo —¿Doctor Choi?

—Tenía catorce años y ella diez —SeungCheol se volteó con una expresión triste y JiHoon sintió la necesidad de abrazarlo —Estuvo cerca de un año en el hospital haciéndose pruebas y exámenes, como un conejillo de indias porque su cáncer no era común en la ciudad, todos los días después de la escuela iba a verla, incluso me quedaba haciendo tareas hasta tarde por pasar en el hospital junto a mis papás pero ellos trabajaban y prácticamente sólo yo me quedaba a su lado, incluso los enfermeros o paramédicos me daban cosas para comer —Hizo una pausa para mirar a JiHoon —Ella terminó conectada a una máquina que hacía funcionar a su corazón, ni siquiera me di cuenta cuando llegó a eso y simplemente no abrió más los ojos pero estaba viva.

A JiHoon se le hizo un nudo en la garganta cuando vio las lágrimas que se asomaban por los ojos de SeungCheol.

—Su doctor se fue de vacaciones —Sonrió sin ganas —Esa excusa dio para salir de allí y por un día llegó otro médico de neurología, no nos preguntó nada, mis papás no estaban, sé lo que cuesta mantener a un paciente en un hospital público, más si utiliza máquinas que podrían ser para alguien que tenga más posibilidades de vivir. También sé que mi hermana ya no iba a despertar y que en un momento tendrían que desconectarla pero lo hizo frente de mí, con la frialdad en sus ojos que no pude olvidar por años, no nos dio tiempo para despedirnos y yo no pude hacer nada.

JiHoon miró los ojos del mayor y sintió las lágrimas deslizarse por sus mejillas, todo cobraba sentido, ordenó las piezas desordenadas que trataban de descifrar la personalidad de SeungCheol y ahora lo entendía.

—No pensé que iba a volver a verlo —Murmuró SeungCheol con su tono de voz apagado.

JiHoon no aguanto más y lo rodeó con sus brazos, parándose de puntillas pasó sus brazos por el cuello del mayor —Lo siento —Susurró llorando.

El pelinegro deslizó sus manos por la espalda de JiHoon, aferrándose a él y soltando las lágrimas que tanto daño le hacían.