JiCheol ♡ Amorterapia.

Capítulo 25

—Hoy MinKi no despertó de buen humor —Comentó el enfermero cuando vio a JiHoon revisando la ficha del pequeño.

—¿Pasó algo en su nueva terapia? —Preguntó JiHoon dejando de escribir.

—Normalmente sus padres lo visitan cada mañana —Hizo una mueca con sus labios —Pero no han venido.

—¿Han llamado a casa?

—Nadie contesta el teléfono.

—Bien, más tarde intentaré comunicarme con ellos pero avísenme si llegan aquí —Pidió JiHoon y el chico asintió.

JiHoon se colocó la mascarilla y revisó todo el material que llevaba en la bandeja para administrar los medicamentos de MinKi, notó que no llevaba la cinta para rotular los sueros y volvió a la estación de enfermería.

Caminando por el pasillo miró hacia un lado cuando pasó por la sala de descanso y vio a SeungCheol con un traje de superhéroe; el hombre araña exactamente. Se aseguró de que nadie lo viera y entró.

—Buenos días doctor Choi —Saludó JiHoon mirándolo de espalda, sonrió y se sonrojó cuando vio su trasero bien marcado en el traje.

—Buenos días —SeungCheol se volteó y dejó la máquina que lo ayudaría a lanzar las telarañas frente a los niños, se acercó al castaño y JiHoon levantó sus talones para besarlo por encima de la mascarilla.

Pero SeungCheol tiró la mascarilla, bajándola hasta su mentón, se inclinó hacia adelante mirando directamente los ojos de JiHoon antes de cerrarlos y unió sus labios.

JiHoon levantaba y bajaba su cabeza suavemente siguiendo el ritmo tranquilo y dulce del beso. Sintió una mano en su cintura y se distanció unos pocos centímetros para respirar y continuar besando a SeungCheol.

Sonrió cuando miró el brillo en los ojos del pelinegro, subió su mascarilla y caminó de espalda saliendo de la sala de descanso.

Por una parte sabía que estaba mal lo que estaba haciendo pero por otro lado no quería dejar de besar a su supervisor, ni de ver su sonrisa.

—Buenos días MinKi —Entró a la habitación del pequeño y se quedó estático y en silencio cuando lo vio con la grabadora cerca de sus labios, hablando y llorando.

—Anoche soñé que no volvía a despertar —Dijo MinKi sentado en medio de la camilla y dejando que las lágrimas salieran —Y pude verme aquí acostado, rodeado de médicos y enfermeros pero nadie de mi familia o amigos estaba aquí. Tengo miedo a morir porque sé que después de eso no hay nada.

Era la primera vez que JiHoon lo veía así, sollozando y llorando con la intención de no querer parar, desahogándose.

—No quiero ser olvidado —Continuó MinKi —Y no me quiero morir... quiero hacer tantas cosas, incluso ir a la escuela pero recibí este castigo y no sé qué hice para tenerlo.

La voz de MinKi se quebró y escondió la cabeza entre sus piernas, dejando la grabadora a un lado.

JiHoon no se dio cuenta en que momento comenzó a llorar, hasta que sintió el sabor salado en sus labios, dejó la bandeja en una mesa y caminó hacia la camilla tomando los brazos de MinKi para romper su barrera y abrazarlo.

Jamás había sentido tanta frustración de no poder hacer algo por un paciente, no había otra opción más que prologar el tiempo de lo inevitable.

La rabia lo consumía y hubiese dado lo que fuera por ver a MinKi sano pero era imposible.