Capítulo 70

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JiHoon se veía hermoso con la luz de la luna, podía admirar la piel de su pecho y sentir la suavidad de sus piernas cuando las elevó para introducirse una vez más en él.

Besó su cuello y hombro escuchando sus gemidos y quejidos en su oído.

Sintió las uñas del menor enterrarse en su espalda cuando cambió el ángulo de su miembro tocando la próstata de JiHoon, sus gemidos subieron de tono haciéndole saber que lo estaba haciendo bien.

JiHoon tomó las mejillas de SeungCheol y lo guió hacia sus labios, el sonido de sus lenguas jugando fue la perfecta combinación al de sus pieles chocando.

Los labios de JiHoon se abrieron y su ceño se frunció cuando una corriente eléctrica hizo temblar su cuerpo, SeungCheol no duró mucho para alcanzar su punto corriéndose dentro del castaño.

Con la respiración agitada, apoyó su cabeza en el hombro de JiHoon, unas delicadas manos acariciaron su nuca y cerró los ojos.

—¿Estás bien? —Preguntó JiHoon girando un poco su cabeza para besar el cuello del pelinegro.

—Sí, ¿Y tú?

—Hace tiempo no me sentía tan bien.

A JiHoon no le importó dormir esa noche junto a SeungCheol, dejarse abrazar y dejar que por sus fosas nasales entrara el aroma que emanaba de la piel del mayor.

Durmió cómodamente en sus brazos, después de tanto tiempo se sentía completo.

—No quiero comer —MinKi apretó sus labios y comenzó a negar con la cabeza.

—Vamos bebé, debes hacerlo —Tomó un poco de comida en la cuchara y la llevó a la boca de MinKi quien ya había formado un puchero mientras apretaba un peluche entre sus manos —¿Por mí?

Haciendo una mueca, MinKi separó sus labios y recibió la comida —No es justo, papi Cheol hace lo mismo.

JiHoon le limpió la boca con la servilleta y tomó otro poco de comida.

—Disculpa JiHoon —DoYoon entró a la habitación y enseñó unas hojas en su mano —¿Puedes venir un momento conmigo?

—No —Rápidamente MinKi tomó la mano de JiHoon —No se lo lleve.

—Vendré enseguida —Sabía bien lo que significaba los papeles en la mano de DoYoon.

—Vi a SeungCheol llegar al hospital —Agregó DoYoon —Él terminará de ayudarte con tu almuerzo.

JiHoon salió detrás de DoYoon y entró a su oficina.

—¿Cómo salieron sus resultados esta vez? —Preguntó cuando se sentó frente al mayor.

Después de casi ocho meses que MinKi había ingresado al hospital, sus avances casi no se habían notado, su tiempo de vida lo pudieron mantener y conservar de buena forma pero no había nada que les dijera que existía una esperanza para el pequeño, por lo mismo comenzó a trabajar con su hijo, colocando soluciones sobre la mesa con su doctor y llegando a nuevos tratamientos.

—Revísalos por ti mismo —Dejó los papeles en la mesa y con el corazón a punto de salir de su boca, JiHoon los tomó.

Sus ojos rápidamente buscaron una señal y la encontró.

—Sabía que tu estadía aquí le haría bien a MinKi —Comentó DoYoon.

—Esto es imposible.

—No significa que no haya cáncer en su cuerpo pero lo pudimos detener y con todas las operaciones que le hicimos, alcanzamos a rescatar varios de sus órganos.

Las comisuras de los labios de JiHoon estaban temblando aún y lo único que quería hacer era salir corriendo a abrazar a su hijo.

—Tienen un hijo muy fuerte.

—Jamás hubiésemos visto este número en Corea —Logró decir JiHoon tratando de convencerse de que no estaba soñando.

—Por eso muchas familias vienen hasta acá —Dijo DoYoon —Pero no prometemos nada y se necesita mucho dinero para cubrir los gastos, además de dejar una vida atrás por tanto tiempo, no es fácil.

DoYoon tenía razón, JiHoon recordó a cada uno de los niños del hospital donde realizó su internado, las probabilidades de aumentar su tiempo de vida eran bajas y para qué decir de lograr controlar el cáncer, esa posibilidad no existía porque muchos de ellos estaban en sus etapas finales.

Y a los pequeños que recién los diagnosticaban, no tenían el dinero para poder viajar y estar en otro país.

No era justo porque así como MinKi pudo haber quedado a la deriva.

Muchos otros niños sí estaban en esa posición.

JiCheol ♡ Amorterapia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora