Promesa de Verano.

Prologo

El recuerdo del principio de nuestra historia, siempre se ha mantenido en mi memoria como si hubiese sucedido ayer, no puedo presumir que nuestro inicio fue mágico pero si fue especial o al menos para mí así lo fue, me parecía fascinante el hecho de como un simple extraño que veía cada determinado tiempo se convirtió en algo totalmente singular, me sorprendía el hecho de como el tiempo lograba formar un lazo tan señero y tan especial en un transcurso tan corto. Me sorprendía lo poderoso que podía llegar a ser una sonrisa amigable con un simple hola para dar comienzo a dos desconocidos de llegar a ser algo más, el cómo las conversaciones breves llegaban a extenderse, el como una carcajada puede ser lo mejor para relajar los momentos incomodos, el como un simple apretón de mano puede transmitir confianza, el como una mirada podía decir más que mil palabras, pero también me sorprendía lo rápido que todo esto se podía desmoronar, me sorprendía lo ilícito y despiadado que podía llegar a ser el tiempo para terminar tan rápido todo aquello que tomo tanto tiempo en formarse. Pero también me sorprendía lo obstinado y crédulo que puede llegar a ser la mente de uno para negarse a aceptar todo aquello que se terminó, para negarse aceptar algo que ya no está y jamás volverá.