Capítulo 8

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Me levante con mucha energía, el día anterior había sido intenso pero yo sabia que no podía ser fácil comenzar esta nueva etapa. No descanse muy bien, tuve pesadillas y sueños confusos pero me obligue a continuar durmiendo porque hoy seria un largo día; tenía grandes planes que poner en marcha.

Me di una ducha rápida, me vestí y baje corriendo las escaleras para preparar el desayuno. Preparé la cafetera, y cuando volteé para preparar tostadas y poner la mesa comenzó a impregnarse la casa de olor a café. Cerré los ojos y respìré hondo, podía recordar a mamá en las mañanas preparando el desayuno para todos, bailando y cantando alegre al son de Queen; y me sorprendí feliz de recordar lo alegre que fue hasta su último día... pero... puedo sentirla en este mismo momento, en esa casa, en mí; hay una parte de ella que siempre estará presente y siento un golpe de adrenalina inmenso.

Corro a toda prisa hasta el living y siento que estallo al comprobar que todo esta igual, solo hay que dar play. Presiono el boton como en cámara lenta temiendo que algo hubiese dejado de funcionar y que mis emociones caigan en picada desde el infinito hasta el subsuelo, pero no, comienza a sonar Radio Ga Ga de Queen, es nuestra canción favorita, tenemos una coreografía que invento mamá para divertirnos y jugar con nosotros haciendo palmas como pide Freddy en su momento pero continuando con payasadas nuestras y alabanzas al estereo, estoy llena de alegría y estalla de emoción mi corazón como hace mucho no lo hacía, me siento feliz.

Le subo al volumen sin pensar siquiera si Diego y Romi duermen y me preparo para comenzar con la coreografía, riendo de la emoción, por la música no pude escucharlo pero Diego vino corriendo ni bien escuchó la música a bailar conmigo; estaba parado a un lado bailando conmigo y Romi nos miraba recostada en el umbral de la puerta en pijama y con sus trenzas recogidas en un moño sobre la cabeza riendo feliz... La canción terminó y nos abrazamos, al soltarnos fui a bajarle un poco al volumen o los vecinos nos iban a denunciar - eran las 6:30 am- y voltee a hablar con Diego feliz, con los ojos llenos de lágrimas pero sin llorar; no me siento triste o angustiada, estoy feliz

- Aún la recuerdas

- Claro que si _ me responde desconcertado

- Te das cuenta Diego _ le digo captando su atención por completo, nuestras miradas se encontraron y yo tomé firmemente sus brazos - Hay una parte de mamá que vive con nosotros y nunca la vamos a perder, está en sus costumbres, sus ejemplos, sus enseñanzas. Vive en esta casa, en mí, la siento aquí _ dije poniendo una mano en mi pecho- acompañándome y dándome fuerzas; y la veo en tí también_ finalice pasando la mano que antes tenía sobre mi pecho por su pelo.

Pensandolo bien, al decirlo tan así, podría haberlo espantado, podría confundirse fácilmente a un colapso nervioso - muy común antes en mi - y haber llamado a Enzo de inmediato o a la clínica directamente. Pero no, no apartó la vista de mis ojos ni por un segundo, y sonreía tiernamente al escucharme.

- Por supuesto que sí Ina, claro que si, y eso jamás nos lo podrán quitar; ni el tiempo ni nadie - y volvió a abrazarme dándome un beso en la frente.

Por mucho tiempo no supe lo que es sentirte comprendida, todos intentaban escucharme y ayudarme pero yo sentia una barrera imposible de romper entre ellos y yo; no lo siento ahora. Pude expresarlo, pude explicarlo, y Diego me entiende... se siente genial.

-El desayuno esta delicioso _ me alaga Diego con la comida aun en la boca y Romi ríe empujandole cariñosamente el hombro

- Primero traga bobo, ¡que asco!

-Gracias, igual _ le digo haciendo gestos de grandeza -Tienes clase hoy verdad, creo que vas tarde- digo alarmada al mirar el reloj

- No pensaba ir hoy, ¿tu que haras?

Perdida en mi (#PGP2018)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora