_ ¿Lo sabias?
_ Sí
_ ¿Por qué me mentiste? ¿Por qué me hiciste esto?
- No te mentí
_ Yo jamás podría haberte escondido algo así
_ Como pudiste. ¿Porqué lo hiciste?- la pregunta salio de mis labios convertida en susurro, todo el rencor que podía albergar en mi hace instantes ya no era mas que un recuerdo; no quedaba en mi mas que decepción y tristeza.
_ Por ti, porque te amo y porque no quería verte como estás ahora.
_ Nos abandonó
_ Sigue siendo nuestro padre Carina, ¿hablaste con el al menos? ¿escuchaste sus motivos?
_ Por supuesto que no, no merece tal honor, cuando era una niña y lo necesite no estuvo ahí.
_ Eso no es verdad, debes hablar con él.
_ Estoy hablando contigo, con mi hermano.
_No me corresponde a mi. - dijo Diego serio, decidido a no confiar en mi, decidido a callar y dejarme entre la espada y la pared.
_ ¿Qué no te corresponde a ti? ¡Te desconozco! No había secretos entre nosotros, lo juramos.
_ Cuando eramos niños jure no tener secretos contigo si, también jure cuidarte y protegerte siempre.
_ Ya no necesito que me cuides, ya no soy una niña.- dije esto ultimo mirándolo a los ojos para que pueda notar en mis ojos la verdad.
_ Estas creciendo, y maduras a pasos agigantados Carina, me enorgulleces. Pero muchas veces y esta es una de ellas, actúas como una niña mañosa y terca.
_ Déjame en paz- fue lo único que pude decir al no poder retrucar sus palabras que portaban nada mas que la pura verdad, una verdad que estaba muy afectada para asumir.
Me aparte de ellos, comencé a caminar rumbo a la casa bordeando el lago, necesitaba pensar.
_ Vuelve a cenar- me dijo Diego, pude ver al voltear que estaba adelantándose para alcanzarme y Romina lo tomaba suavemente del brazo.
Moví la cabeza en señal de que si volvería e intenté sonreír para que vea que en realidad no estaba enojada con él, con el ni con nadie en realidad tenia un torbellino en torno a mi que me impedía saber lo que sentía. Caminé hasta mi punto favorito del lago, me senté y vi el agua fluctuar libre, por primera vez desde que vi a mi padre en el puerto comencé a calmarme, a sentir paz otra vez, a poder pensar.
Por años imagine a mi padre como un extraño príncipe, que volvería en un barco pesquero con extraordinarias historias de su travesía, con explicaciones fantasiosas pero que estaba expectante y emocionada por escuchar. El tiempo paso y me fui enterando de que los príncipes que existen en la realidad son diferentes a los de los cuentos de hadas o aventuras que leía en la infancia, de que ya no se cuentan historias caballerescas y fantasiosas luego de cada travesía y de que muchas personas son tragadas por el mar para nunca mas aparecer... Así coloqué a papá en un altar, como el héroe caído que era para mi, quien perdió la vida en alta mar luchando por sacar adelante a su familia honradamente y ayudar también a muchos pescadores. Lo idealicé, durante 15 años fui puliendo sus fallas y enalteciendo sus virtudes inconscientemente; quise ser como él aunque en el fondo supiera que ni la versión real de él podría alcanzar tal grado de perfección.
Yo lo idealicé, el jamás pidió tal honor o desgracia, pues nadie merece vivir a la sombra de algo inalcanzable. Pero necesité hacer eso para sobrellevar mi dolor, como tal vez ahora también lo hago con mamá.
Sintiendo ya el frío y la caída de la tarde, recuerdo a Lorenzo, debe estar extrañado de que no he pasado a verlo; en realidad me asombra que no me haya ido a recibir al puerto pero él siempre busca respetar mis espacios.
Al llegar a la casa de Enzo veo que no hay nadie, pero abro la puerta y entro para comprobar si dejó algún mensaje para mi.
" Carina:
Estoy muy ansioso por verte, estas semanas fueron eternas para mi, pero surgió un problema familiar y tuve que irme.
Por favor escríbeme ni bien llegues así sé que estas bien.
Te quiero, Enzo. "
No tenia mas opción que regresar a casa, camine lentamente y comencé a valorar todo lo que aún tenia; el ánimo comenzó a volver a mi. Tenía motivos de sobra para ponerme mal, pero sinceramente tal vez si haya actuado de mala manera.
Al abrir la puerta de casa, la sonrisa de mi hermano fue lo primero que vi, corrí a abrazarlo; fue un abrazo reconfortante de esos que llenan la batería de tu alma de 0 a 100 en segundos. Hundí la cara en su pecho y respiré hondo, me encantaba sentir su olor, me hacía sentir protegida.
_ No resisto que estés enojada conmigo Ina.
_ No estaba enojada Diego, solo que estoy un poco apabullada con todo lo que ha pasado en poco tiempo y no supe como reaccionar; lo lamento mucho.
_ Papá te ama, nos ama Ina, no dudes de eso.
_ No puedo hablar de eso por el momento, cenemos ¿si?
_ Si- contestó Romina poniendo los platos en la mesa.
La cena no era un menú de restaurante, pero era mucho mas de lo que yo esperaba sin duda. Tomé solo unos segundos para verlos, para respirar hondo y llenar mi alma de armonía, estaba en mi hogar cenando con mi familia y eso a pesar de ser algo tan cotidiano era tan perfecto como maravilloso; un bálsamo sedante para cualquier herida.
_ La comida es perfecta
_ Estuve aprendiendo a cocinar ahora que tengo mas tiempo
_ ¿Ya no vas al hospital?
_No, he llegado a los 7 meses Ina y el doctor me recomendó reposo porque la gordita viene creciendo mucho.
_ ¿Sobrina?
_ Si- contesto sonriendo enormemente.
_Le pondremos Guadalupe
_ Es maravilloso, ¿pero esta todo bien con el embarazo verdad?
_ Si, de maravilla.
_Yo lavaré los platos ¿si?
_ ¿Seguro no estas cansada?
_ No, me hace bien ayudar, ustedes descansen.
Fregué la cocina rápidamente y subí a mi habitación, encendí mi teléfono y fui a bañarme. Que hermoso es una ducha de agua caliente cuando estas cansada, que reconfortante, mi cuerpo lo extrañaba y necesitaba. Me puse lo primero que encontré por pijama para descansar pero me senté un rato en el balcón a ver la noche, a oler en el aire el aroma a pasto húmedo; todos los pensamientos fueron acomodándose en su lugar poco a poco. Hasta que vi una luz en la casa de Enzo, baje rápidamente y corrí hasta su casa, no me detuve a golpear la puerta abrí con mi llave y salté a abrazarlo pero para mi sorpresa me aparto de él.
_En el puerto de Dalos golpeaste a un muchacho
_ ¿Como lo sabes? ¿Diego habló contigo? ¿Qué te pasa?
_ Es mi hermano- dijo claramente enojado
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Perdida en mi (#PGP2018)
Non-FictionMe llamo Carina y tengo apenas 17 años, no se exactamente que es "estar viva" y que es "estar con vida" pero si se que no es lo mismo. Estoy rota por dentro, desgarrada de maneras inexplicables, perdida en fragmentos descoloridos de la persona que...