Capitulo 25: ¿Quien rayos es A-Black?

21.5K 1.3K 210
                                    

Capítulo 25: ¿Quien diablos es A-Black?

Terminamos de diseñar los últimos diseños para el proyecto, bebí un poco de mi jugo de naranja y sonreí viendo el loto de A. C. Stephanie hizo lo mismo y dio un último click.

— Listo, Apolo Corporation ya está.

Chocamos los 5 y ella cerró la laptop.

— Somos un buen equipo —sonrió.

Se le notaba más alegre, más amigable y podría jurar que ya se lleva bien con mis hermanos. Ya tenía más de una semana que había estado pasando tiempo conmigo, haciendo el proyecto y siendo una amiga. Con su vestido de girasoles, piernas cruzadas y cabello castaño oscuro suelto.

— ¿Como es vivir con los Marshall? —preguntó ella, girándose hacia mi.

Yo, aún mirando a mis hermanos quienes estaban en la piscina.

— Es lo mejor del mundo, jamás extrañare el orfanato aunque si a mis hermanos-

— ¿Tenias hermanos?

— Si, 2. Clara y Kennedy.

— ¿Que pasó son ellos? —preguntó.

— A Clara y a mi nos enviaron al mismo orfanato, pero Ken tuvo que ir a una casa acogida por ser casi mayor de edad —hable.— soy de Irlanda, pero desde los 3 años vine a América por una mejor vida, me considero más Americana ya que no recuerdo mucho de mi vida en Irlanda.

— ¿Porque no los regresaron a Irlanda? —preguntó Steph.

No me molesta hablar de mi familia, nunca lo ha hecho, me alegra saber que aún los recuerdo y viven en mi recuerdo, porque son lo más Preciado que tengo a mi memoria.

— Por lo que Ken me platicó una ves, somos de un pueblo muy pequeño y lejano de Irlanda, no había mucha conexión y no pudieron contactar con alguien. Terminamos siendo carga del estado y acabando en un orfanato —me encogí de hombros.— a Clara la adoptaron, porque, no es por presumir, pero mi hermanita es una belleza y como estaba pequeña fue un encanto para las personas.

— ¿Y qué pasó con Ken?

— No he sabido nada de él en años.

— ¿Lo extrañas?

— Dios, más que a nada.

Ella no preguntó nada más, creo que me sentía bien al saber que alguien no juzgaba mi pasado. Que simplemente lo tomaba como la historia de alguien, sin criticar.

— ¿Quieres salir hoy? —preguntó.

Es viernes. Mamá no esta. Así que ¿porque no?

— Está bien. ¿Pasó por ti?



(...)

Termine de ponerme mis botines negros, con mi chaqueta de cuero y gafas de sol salí al pasillo.

No escuchaba ruido, así que de puntillas comencé a escabullirme por las escaleras. Los chicos aún seguían en el patio trasero, así que con mucha sutileza abrí la puerta principal y salí. Directo a la cochera.

Tome las llaves del Jeep del llavero y camine hasta ese auto.

— ¿A donde vas? —preguntó alguien, haciéndole pegar un gran brinco.

— Me vas a dar un infarto —puse mi mano en el pecho y me acerqué a él.— deberías estar recostado.

— No respondiste mi pregunta.

Adoptada por los Marshall.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora