Capítulo 40: Final.
Agotados, aburridos y con el trasero entumido nos subimos a los taxis. Brayden, Nolan, Aiden y yo en uno y los demás chicos en otro.
— ¿Pueden creerlo? ¡Estamos en Los Ángeles! —gritó emocionado Nolan.— Boutiques, tiendas, famosos... extrañare nuestro viejo hogar, pero miren nada más.
— Alguien está muy emocionado.
— No estoy emocionado, estoy exitado, esto me calienta —hablo Nolan.
— Hay menores —señale a Aiden.
— Y mayores —hablo el taxista.
Me giré a ver por la ventana para ver el paisaje de la ciudad y las calles, simplemente maravilloso.
Tardamos aproximadamente una hora o más en llegar, me dormí, lo admito. Los chicos comenzaron a golpearme cuando entramos a la calle residencial Los Alamos. Me emocione más yo cuando en la entrada de una casa estaba mi Jeep.
— Aquí es, aquí es —gritamos al unísono con Aiden. El taxista frenó y se estacionó.
Baje corriendo junto a Aiden. La casa es grande, no tanto como la que teníamos pero lo es. Tocamos la puerta muchas veces hasta que mamá nos abrió.
— ¡Mami! —gritó Aiden abrazando a Samantha.
Espere que mi hermanito al soltara para abrazarla.
— Es genial estar aquí —dije besando su mejilla y abrazándola. — el genial tener la playa a solo unos minutos.
— Lo se cariño, sus habitaciones ya están listas, creo que será fácil identificarlas —me dijo cuando la solté.
Asentí y subí rápido las escaleras junto a Aiden.
Imágenes de lo qué pasó hace unas horas aún hacen aparición con una ráfaga, agito mi cabeza y sigo caminando.
Si di con mi habitación, donde hay una enorme A, con flores y bandas de rock pegadas. Entre.
Es más pequeña que la anterior, pero aún así está algo grande, ya no tengo mi balcón pero una ventana que da a la calle, y aquí falta mi baño así que debo imaginar que tenemos baño compartido.
Es genial.
Salí de mi habitación recordando que no traje mi equipaje, baje rápido y salí de la casa para ver qué ninguno delos chicos estaba afuera, ni los taxis. Regrese y me encontré con mis maletas en la entrada, tomé las dos y subí, o bueno, lo intenté, porque están enormes.
— Te ayudó —se ofreció alguien, gire a ver quien era, para toparme con Travis.
— No gracias —con mala gana, intente subirlo yo.
— No seas infantil Ann, déjame ayudarte —iba a tomar la maleta cuando toco mi mano.
— ¡Suéltame, Travis! —grite.
— Ey, ¿Que sucede aquí? —nos miró serio Brayden.
— ¿Me ayudas con mis maletas, Bray? —pedí.
Mi hermano asintió y tomó mis maletas empujando a Travis. El sabe.
« — ¡No es lo que parece, Ann! —gritó Travis levantándose de la cama, mientras dejaba a la chica sin Bra en su cama.
— Y-Yo... los dejó solos —salí de la habitación y comencé a bajar las escaleras rapido mientras cerraba los ojos hasta que choqué con alguien, Bray.
— ¿Estas bien? —levantó mi cara.— ¿porque lloras?
En eso Travis bajo las escaleras rapido y seguido por el Louise. Mi hermano me puso a tras de él y el cubriéndome con su espalda.
— No te le acerques a Ann nunca —sentí como suspiro pesado. — o te la verás conmigo. »
— Todo está bien, aquí conocerás personas nuevas, amigos nuevos, tal ves un buen novio —dejo las maletas y se arrojó a mi cama.— puede que yo también encuentre novia, puede que todos los chicos tengamos novias, hasta Aiden.
— No, demasiadas chicas que asustar —bromeé.
— Estarás bien, este es nuestro nuevo hogar Ann, ahora podemos comenzar de cero... sin chicos que nos arruinen o confundan —mencionó.
¿Nos?
— Tienes razón, ahora a Sobrevivir con los Marshall.
FIN.
¿O no?
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Adoptada por los Marshall.
Teen FictionVivir con los Marshall es algo...peculiar, por no decir raro. No solo por su casa, si no por ellos desde Henry Marshall el típico Playboy cliché, solo que con un extraño secreto, hasta Travis Marshall el Nerd jodidamente sexi de la casa. Se estarán...