El alfil que cayó.

8.7K 1K 250
                                    

Se deslizó a través del oscuro pasillo de manera sigilosa, como el cuervo que espera en lo alto de un árbol a que su víctima moribunda abandone este mundo y entonces pueda devorarla por completo. El silencio sepulcral de la noche elevaba el nivel de dificultad para pasar desapercibido pero Harry estaba acostumbrado a las sombras y sabía cómo manipularlas para no ser detectado, para mezclarse con ellas, como si fueran parte de lo mismo.

Recordaba la primera vez que había tenido que someterse a la oscuridad. No había tenido más de cuatro años, Dudley se las había arreglado para romper la vajilla de porcelana que la madre de su padre les había regalado antes de morir y culpar a Harry de todo. Vernon había sido inflexible, severo, con su redondo rostro enrojecido por una furia abrazadora bajo la que el pequeño, flacucho e indefenso Harry Potter había temblado.

Aquella había sido la primera vez que le había golpeado, una bofetada con más fuerza de la necesaria, el muchacho había caído hacia atrás llorando de dolor, dolor por que no entendía que había hecho mal, dolor por que hasta ese momento no había comprendido lo mucho que lo detestaban, dolor por sentirse completamente incomprendido y fuera de lugar, dolor de no ser amado de la forma en que su primo era amado, como Dudley a quién jamás gritaban o golpeaban, a quién siempre le dedicaban un abrazo y un "no importa".

Vernon no había tomado nada bien su momento de debilidad, le había dicho "Levantate, muchacho llorón y bueno para nada, que no he terminado contigo" y Harry tan en shock como al principio, con sus manitas de cuatro años temblando, no podía si quiera moverse. Su tío lo había tomado con fuerza del brazo y de un solo tirón lo había incorporado y arrastrado hasta la alacena debajo de la escalera que a partir de ese momento se volvería su habitación.

Estaba oscuro, lleno de polvo y de cosas rotas e inservibles que entre las penumbras parecían feroces monstruos dispuestos a devorarlo. Golpeó y pateó la puerta, llorando e implorando que lo dejaran salir, gritando que tenía miedo, que estaba aterrado. Incluso se atrevió a decir que lo sentía, que sentía mucho "haberlo hecho", que no volvería a repetirse, ya no le importaba aceptar la culpa de algo que no había hecho, solamente quería salir de allí.

Pero Harry no salió de allí hasta mucho después, con los pantalones mojados del miedo y su pequeño rostro enrojecido por el llanto. Espero que hayas aprendido la lección. Le había dicho su tío, con el semblante endurecido. Y espero que hayas aprendido a apreciar este lugar porque de ahora en adelante dormirás aquí.

Harry quiso volver a llorar en ese momento pero se contuvo temeroso de terminar un par de horas más allí dentro. Sí, señor. Fue todo lo que dijo y corrió escaleras arriba para tomar un baño y colocarse ropa seca. Cuando se dirigió al pequeño armario del segundo piso donde había estado durmiendo hasta ese momento se encontró con que sus escasas pertenencias habían desaparecido y ahora se encontraban en la alacena bajo las escaleras que era incluso más fría, más pequeña y más oscura (al menos el armario de arriba tenía una ventana).

No objetó, ni si quiera cuando se dio cuenta de que tu tío descaradamente apartó de su alcance cualquier bombilla que pudiera colocar para iluminarse. Aquella noche tardó más tiempo del necesario tallando su ropa sucia, evitando volver a la oscuridad.

Sin embargo, después de eso solo fue cuestión de tiempo. A Harry le sorprendió la facilidad con la que logró adaptarse las sombras, aunque adaptarlas a él le sorprendió mucho menos. Años dentro de un diminuto cuarto completamente a oscuras podía hacer maravillas y Harry había estado el tiempo necesario dentro de ese agujero para aprender algunas cositas que probablemente le hubieran servido antes.

Aprendió a mentir para mantener su pellejo a salvo de los castigos de su tío, aprendió a manipular a sus compañeros de clase y maestros para obtener todo lo que en casa siempre le habían negado, había aprendido a rodearse de aliados que podían defenderlo de los abusos físicos de su primo y al mismo tiempo pudieran ayudarlo en su vida académica, donde por supuesto, siempre destacaba. Había aprendido a construir una máscara difícil de romper, una que le mostraba al mundo un Harry Potter completamente falso pero sumamente agradable.

The King.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora