Estaba furioso, realmente furioso. Sentía la sangre arder y bombear a gran velocidad y ni las ardientes manos que le sujetaban el cuerpo entero podían desplazar ese amargo sentimiento. Su cuerpo entero se sentía en llamas por la excitación y aquella sensación solo incrementaba el coraje, el odio y el sentimiento primitivo de querer causar dolor a cambio. Las manos ardientes lo recorrieron lenta y tortuosamente mientras él se retorcía en las suaves sábanas de la ya nada inmaculada cama.
Escuchó un murmullo cerca de su oído que fue amortiguado por sus ansias y la furia avasallante que hacía que la sangre le hirviera. Había sonado perverso y retorcido, totalmente intoxicante y sucio. Su erección había dado un respingo únicamente por el reconocimiento de esas malas intenciones, su cerebro podía estar tan bloqueado como sus oídos, pero su cuerpo estaba reaccionando perfectamente bien.
Soltó un gruñido salva y casi animal cuando sintió esos dientes mordisqueando su cuello, muy cerca de su manzana de adán. Succionando, lamiendo y mordiendo, lentamente, muy lentamente. Tenía los ojos cerrados, las sensaciones a flor de piel y la excitación recorriendo todo su cuerpo a una velocidad tan impresionante que parecía parte de su propia sangre.
Hubiera querido decir algo, cualquier cosa, replicarle, rogarle que le desvistiera, que le montara, pedirle no, exigirle que se deshiciera de aquellas ropas y le dejara recorrer su cuerpo, acariciarlo, marcarlo como de su propiedad. Sin embargo le parecía imposible, la falta de aire dentro de sus pulmones, combinada con esa mano sobre su cuello, casi asfixiándolo, le hacía imposible la tarea. Comenzaba a sentirse mareado pero sabía que nada tenía que ver con esos dedos delgados, fuertes y formes alrededor de la yugular.
Podía sentir el peso de su cuerpo, casi delicado, sobre abdomen, las piernas fuertemente ancladas a cada uno de sus costados, podía sentir aquellas deliciosas y redondas nalgas sobre su ya dura erección, podía sentir la mano libre recorrerle los hombros fuertes de manera concienzuda, presionando en los puntos erógenos de su cuerpo con una maestría tal que merecía un monumento de más de tres metros de alto.
Tal vez lo mandaría a hacer después de esa noche.
Intentó abrir los ojos pero el placer abrumador de aquella hábil lengua en su lóbulo derecho le hizo desertar, era tan caliente, tan jodidamente ardiente que su furia solo se incrementó en un doscientos por ciento. Soltó un gruñido más e intentó levantar las caderas para que su miembro rozara correctamente el cuerpo de su amante, solo quería penetrar, penetrar hasta el cansancio, hasta correrse en aquel maldito y apretado interior que tan loco le volvía. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vanos, su amante había puesto distancia de por medio, levantando las caderas de tal manera que era imposible el contacto.
Las fibras más sensibles de su ser vibraron cuando aquella rosada y experimentada lengua le lamió lascivamente la barbilla rasposa por la barba que ya comenzaba a salirle. Apenas pequeños vellitos gruesos y de un profundo color negro que aquella lengua recorrió minuciosamente, como si aquella rasposa superficie contra su lengua le brindara un placer enfermo. Aunque probablemente era así, Harry le escuchó gemir como la mejor de las prostitutas y los vellos de sus brazos se erizaron mientras su pantalón se hacía cada vez más apretado alrededor de sus caderas.
Tenía suficiente de esa mierda, él nunca había sido un hombre paciente, Draco siempre le había dicho que era uno de sus más grandes defectos pero él nunca le había dado demasiada importancia y definitivamente no iba a empezar a dársela en aquel instante. Necesitaba, porque era de vida o muerte, hundirse en aquel pecaminosos y cadencioso cuerpo, hundirse hasta desfallecer, una y otra vez, estocada, tras estocada, usando como lubricante únicamente el líquido preseminal que en ese momento hubiese estado escurriendo por todo su pene si no hubiese estado completamente vestido.
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The King.
FanfictionDrarry/Harco Un nuevo rey se levantará entre las cenizas de la destrucción, pero primero deberán caer dos de los magos más poderosos del mundo; Albus Dumbledore y Tom Riddle. Segunda parte de "The chosen one". Advertencias: Slytherin!Harry, Dark!H...