Venda en los ojos.

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El profesor Slughorn los despidió con un alegre gesto de mano mientras le recordaba a todos sus alumnos la tarea de la siguiente semana. Ella recogió sus libros, trozos de pergaminos, frascos de tinta y plumas mientras Ron parloteaba sobre lo mucho que desearía haber podido quitarse la escuela de encima con la misma facilidad con la que lo había hecho Harry y ella, por supuesto, lo escuchaba, adorando cada palabra saliendo de su ignorante boca.

El parloteo de Ron sobre lo molesto era tener que volver a estudiar como loco, como en quinto año, para superar los EXTASIS y ser alguien en la vida le hacían reír. Ron tenía una capacidad innata para hacer de todas las situaciones tensas algo por lo cual soltar carcajadas; exámenes, clases, horrocuxes. Y lo amaba por eso, porque desde el principio, él había sido tan distinto a ella que la había cautivado hasta niveles sorprendentes. Eran tan distintos que se complementaban. Hermione sabía, porque no podía ser de otra manera, que Ron era para ella y ella para él.

Ron tomó su pesadísima bolsa llena de libros y la miró con cariño y admiración, como si no creyera, aún después de tantos años, que Hermione era capaz de soportar tal peso en toneladas y toneladas de pastas gruesas y hojas de pergamino escritas a mano por autores completamente irrelevantes para él. Después de acomodar su bolsa, atrajo a la chica hacia él por la cintura, sujetándola fuertemente. Hermione soltó una risita y sintió su rostro enrojecer mientras Ron le besaba la sien con mucho cariño.

Era una suerte que Hermione hubiera juntado el valor de hacerse con Ron durante su quinto año, había sido sumamente afortunada de haber tenido a su disposición un amigo como Harry Potter que le hiciera abrir los ojos y le mostrara de lo que el mundo real estaba hecho y no de lo que ella creía que estaba hecho.

Había sido difícil aceptarlo, sí. Sus padres la habían criado para que creyera que no se podía ser egoísta y tomar y arrebatar cosas que deseábamos, que debía aspirar a cosas reales, luchando para obtenerlos, siempre basándose en principios que ellos llamaban "morales". Por supuesto, esa moralidad nunca le había ayudado a conseguir cosas importantes, cosas como su ya larga relación con Ronald Weasley, no un hombre inteligente, pero ciertamente atractivo, carismático y con mucho sentido del humor.

Harry había tenido razón cuando le había dicho que era una chica inteligente y que él sabía que ella se las arreglaría para arrancar a Ron de los brazos de esa poco agradable Lavander Brown de Gryffindor. No importaba que Lavander fuera bonita y sensual, porque Hermione era inteligente y estaba descocida y aquello debía ser suficiente.

Y lo fue.

Lavander era bonita, pero no era inteligente como Hermione. Bastó con que ella dejara escapar, inocentemente, que Harry había mencionado que ella era un poco tractiva y entonces, esa bruja hormonal había salido disparada en busca de Ron para decirle que lo suyo debía llegar a su fin. No eres tú, Ron, tú eres maravilloso, es sólo que yo busco otras cosas, nada formal por el momento ¿lo entiendes verdad?. Ronald tenía el corazón roto y Hermione estuvo ahí en cada momento, asegurándose de hacerlo sanar con palabras reconfortantes y mimos propios de una mejor amiga.

—Gracias, Hermione —le había dicho con ojos cansados y mirada decepcionada—. Parece que eres la única chica en la que puedo confiar.

Y así era, o al menos Hermione se había encargado de hacerle ver que era así. Una tarea ciertamente sencilla. La mayoría de las chicas se dejaban cegar por el brillo propio de Harry, demasiado interesadas ­­en obtener un trocito de él, una mirada, como para fijarse en nada más, ni si quiera en Ron que sin duda era un joven espectacular.

Hermione había sido paciente, Harry se lo había aconsejado y a esas alturas ella ya no cuestionaba nada sobre él. Le estaba agradecida y todos los consejos que Harry le había dado habían sido efectivos. Si Harry decía sonríele, ella lo hacía, si él le decía: ayúdale con los deberes de pociones, ella lo hacía, si él decía: sal con Michael Corner, compañero de Ravenclaw, ello lo hacía y si Ron lo miraba como si quisiera asesinarlo, entonces significaba que todo su esfuerzo estaba dando frutos.

The King.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora