La profecía.

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Harry no estaba seguro de quién había lanzado el primer maleficio, solo sabía que ello había causado la apertura de la caja de pandora y que en menos de cinco segundos todo el atrio se encontraba iluminado por un montón de luces de colores que volaban de un frente a otro. Las maldiciones le pasaban rozando apenas, Draco, de alguna manera, estaba logrando repeler cualquier cosa que se les acercara mientras Harry se abría paso entre los miembros de la orden del fénix y los maleficios pero cubrirse detrás de los que en ese momento eran sus aliados de repente se volvió una tarea imposible y Harry había terminado con Draco detrás de una de las estatuas de la fuente del ministerio que había cobrado vida y que se había colocado frente a ellos solo para protegerlos. Harry suponía que aquello había sido cosa de Dumbledore.

El esfuerzo en los rostros de los miembros de la orden era visible. Potter no podía decir lo mismo de los mortífagos, cuyas máscaras no dejaban relucir sus emociones. Vio a Sirius pelear contra un par de hombres junto a Remus que le cuidaba la espalda como si la vida se le fuese en ello. No había señal de Snape en ninguna parte pero como agente doble, Harry suponía que debía haberse quedado en Hogwarts por órdenes de los dos líderes que en ese momento se encontraban en el centro del atrio manteniendo un duelo silencioso. Sabía que Dumbledore podía hacer magia sin varita, no estaba seguro de que Riddle fuese capaz, pero no le sorprendería si lo fuera.

Su mano aferraba la de Draco con fuerza pero sus ojos se negaban a apartarse de la batalla para mirarlo y asegurarse de que estaba bien, temía que de mirarlo sus debilidades salieran a la luz y en aquella sala habían demasiados enemigos como dejarles ver que Harry estaba aterrado de perder al joven que le había dado un nuevo estilo de vida. El pulgar de Draco se movió sobre su mano, acariciándole y diciéndole de manera silenciosa que todo estaba en orden. Entonces el cuerpo del rubio se movió y Harry sintió el aliento del muchacho sobre su oreja. Le dijo:

—No pierdas de vista a Voldemort, ni a Dumbledore, por que si tienes que enfrentarte a ellos tienes que conocer su estilo de pelea y sus debilidades... —aguardó durante un segundo, el tiempo suficiente para que Harry volviera a mirar la pelea de los líderes de ambos bandos— Mira a Dumbledore, no ha lanzado la maldición asesina ni una sola vez, demasiado noble, demasiado bueno. Voldemort en cambio las lanza como si no conociera otro encantamiento, le urge acabar con su problema y eso no le permite pensar... ¿Qué es lo que tú harías, Harry?

La forma en la que Draco murmuró su nombre a su odio le hizo estremecer y sentir cosquillas en una parte de su cuerpo que no debía estar reaccionando en aquella situación. Las manos delgadas y estilizadas del ojigris se posaron sobre sus hombros, y Harry sintió su pecho recargarse en su espalda de manera posesiva, enloqueciéndolo, llenándolo de seguridad, con Draco respaldándolo Harry volvía a ser el rey.

—Un maleficio que quebrara las protecciones del enemigo, magia oscura de ser necesario —Draco hizo un ruidito gatural, complacido con la respuesta—. Un encantamiento distractor, tal vez... haría caer los candelabros del techo, eso obligaría al enemigo a protegerse de ello, luego un maleficio para inmovilizarlo, tenerlo a mi merced, una vez teniendo al líder la resistencia cae y...

—Jaque mate —completó Draco sonriendo —. Muy bien, Harry. Decirlo suena fácil... ¿Has visto la cantidad que ha caído? —Harry miró al suelo, la mayoría eran mortífagos. No podía decir si estaban muertos pero lo dudaba—. Lupin nos está observando.

Harry dirigió su vista hasta donde había visto a Lupin por última vez. Draco no mentía, los estaba mirando con aquel gesto suspicaz que hizo que Harry se enfureciera de inmediato ¿Qué diablos tenía que hacer para que el hombre dejara de sospechar de él? Una vocecita en su cabeza le dijo: "Asesínalo" y sonaba tan similar a la de Draco que cuando menos se dio cuenta ya estaba apuntando su varita hacia el hombre. Remus abrió los ojos con sorpresa, como si no esperara que Harry se revelara de aquella manera. Pero nadie los miraba y a Harry le picaba la mano por acabar con eso de una vez por todas.

The King.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora