• Capítulo 4: Complicado •

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Me condujo siguiendo una línea recta travesando a todos aquellos que iban hacía la misma salida, no podía saber de quien se trataba, mi mirada andaba perdida intentando recaer en que todo aquello no podía estar pasando, en mi cabeza resonaba el sonido del gatillo y la bala chocando, el suelo comenzaba a teñirse del rojo de la sangre de aquella chica que había sido tan desafortunada de estar a mi lado. Había marcas de huellas de zapatos, deslizando y fregando el suelo de sangre, mis oídos pitaban de tantos gritos y suplicas, apreté más mi mano a la otra impidiendo que así me soltará.

Tenía miedo, un miedo que no recordaba haber sentido, los recuerdos me nublaron la vista confiando mis pasos en aquella mano, las imágenes se distorsionaban, veía sangre, fuego, gritos, realidad y recuerdos fusionándose en una misma mente, alterando la aterradora realidad con una multiplicada.

Logré escuchar el chirrido de una pesada puerta, el jadeo de la persona a quien le había confiado mi vida, después de que la luz de una farola me cegará la vista y escuchará el choque de la puerta de metal al cerrarse, pude comprobar que todo era cierto. En el parquin trasero me dio tiempo de asimilarlo, giré sobre mí misma quedando mi mirada fija en la puerta, los gritos sonaban más apagados, me tapé los oídos empezando a hipar, pero los gritos seguían escuchándose aún con mis manos firmes y tensas sobre mis oídos, lágrimas salían sin compasión de mis ojos mojando todo mi rostro y caí de rodillas hacía el suelo soltando un estremecedor gritó, mi mente surcaba recuerdos que quería tener enterrados.

-Ven aquí - unos brazos rodearon mi cuerpo de una manera que me tranquilizaron con tan solo sentir el contacto de un gesto cariñoso, cuando ya me hube tranquilizado me giré hacía aquella voz siguiendo aquellos brazos tan flacos y que a la vez se sentían tan fuertes y protectores.

Zac.

-Dímelo - le dije absorbiendo mis propias lágrimas y asesinándolo con la mirada - Dime otra vez que aquellos hombres no existen y te juro por lo que acabo de ver que hago de tu vida una pesadilla - me miró fríamente, tragando saliva.

-Zaira, es algo complicado... - se rascó la nuca dando vueltas sobre un circulo imaginario.

-¡Dios santo! - Exclamé levantándome y alzando las manos - ¿Qué os pasa hoy a los tíos? Mejor dicho ¿Qué le pasa hoy al mundo conmigo? - Fruncí el ceño apartando mi mirada de él aún con mis lágrimas recorriendo mis mejillas - Esta mañana había empezado normal, me había levantado de una cama extraña, pero luego todo se complica, unos hombres que no conozco me empiezan a disparar, me salvan la vida y cuando creo que todo puede volver a la normalidad... Oh dios santo, he visto morir a una chica - mi respiración se volvió acelerada y no pude contener mi pulso - Podría haber sido yo... ¡¿Ese era el objetivo, matarme?! - le grité provocándole una mueca - ¡Dios santo Zac, no te quedes callado!

-No sé que decirte.

-¿Qué no sabes que decirme? ¡¿No sabes que decirme?! No sé qué tal si me explicas... ¿Por qué van a por mí? - no respondía y aunque tras haberle gritado sentía que mi cuerpo volvía a la normalidad, había cosas que aún se sentían extrañas, habían muchas dudas que empezaban aparecer en mi mente - O mejor aún... ¿Quién eres Zac?

La pregunta pareció ponerle nervioso pero no pude pararme a verle por más tiempo, al acabar de pronunciar la frase y de dejarle tiempo suficiente para vacilar, las ruedas de una furgoneta negra chirriaron enfrente de nosotros con el sonido de los casquillos de acompañante. Zac sin dudarlo un segundo más me agarró del brazo haciéndome tropezarme por mis torpes pasos guiándome hasta su coche mientras nos escondíamos entre los demás vehículos.

-Mira, habrá tiempo de resolverlo todo pero por ahora solo quiero que me hagas caso ¿sí? - asentí tragando saliva - Así me gusta, este es el plan, voy abrir el coche es ese enfrente de la farola - señaló un Land Cruiser negro a la vez que sus luces parpadearon - no mires lo que hago, simplemente corre hacía él y enciérrate hasta que llegué.

EL NIÑO DE MAMÁWhere stories live. Discover now