Capítulo XIX

830 129 55
                                    

Si se preguntan cómo es que no fui derechito a lobotomía y ala este, créanme que yo me hago la misma pregunta. Pero lo que me salvó la vida, después de mi arrebato incontrolable de violencia, fue Sara... La muchacha lloró y pataleó gritando que yo le había salvado la vida y que no merecía un castigo por ser un héroe, y por alguna extraña razón, Barelli le creyó.

No es que fuera mentira, de hecho si le había salvado la vida porque Christian había comenzado a ahorcarla, según informaron, antes de que yo entrara. Pero me parecía que me lo merecía, porque simplemente pude haberlo frenado, pero yo no paré hasta que su cara quedó desfigurada y púrpura por la falta de oxígeno.

Christian, por su parte, fue encerrado en el ala este, con camisa de fuerza y sin ningún tipo de derecho más que dos comidas al día. Debo decir que me dio pena saber que había sido un muchacho con muchos problemas en su vida, y que el manicomio lo llevó a hacer lo que hizo, pero también tengo que decir que me daba tranquilidad saber su destino y que si lo volvía a ver, lo mataría con mis manos.

*Al fin nos entendemos.*

*¿Cómo se sintió hacernos caso?*

*Apuesto a que querrías volver el tiempo atrás para terminar de matarlo.*

—¿En qué piensas?— preguntó Sara con suavidad.

Estábamos en su pequeño estudio, hoy le tocaba entrevistarme y luego llevarle el informe a Barelli. El psiquiatra le había dicho que si quería renunciar a Century, estaba en todo su derecho a hacerlo y que nadie le recriminaría nada. Claro que no le recriminarían nada, casi la violan ahí dentro ¿Qué clase de manicomio era ese? Pero ella rechazó la idea.

—En Christian.

—Jack, deja de pensar en eso...

Yo solté un suspiro y me puse de pie en el pequeño estudio, luego comencé a caminar de un lado a otro. Por un momento me pregunté si me vería como una especie de animal enjaulado, y luego me di cuenta de que si lo soy, soy un ser vivo encerrado en un manicomio, que en vez de ayudarme, me estaba volviendo loco lentamente.

*Ya estabas loco.*

*Es cierto, sino pregúntale a tu madre.*

—¡Cállate!— grité mirando al techo del lugar.

Sara supo en seguida que no se lo decía a ella, ya me había escuchado un par de veces responder a mis voces y más que enojarla, la preocupaba. La enfermera se puso de pie al igual que yo y se acercó hasta mí, deteniéndome con una mano en mi hombro.

—Mírame...

Y cuando la miré, me odié más que antes. Ya no me asustaba ver a los animales muertos, pero allí estaba Sara, con el rostro de un alce que me miraba como si yo fuera una especie de animal moribundo.

—¿Qué?— pregunté como si no pasara nada.

—Te quiero Jack, y no quiero que sigas atormentándote.

La voz de la enfermera se escuchaba, pero alce no movía los labios, era como si se comunicara conmigo a través de su mente. Yo asentí lentamente y el rostro de Sara volvió a ser el de los hermosos ojos verdes que yo conocía.

Me acerqué un poco y tomé su diminuta cara entre mis manos, luego dejé un beso lento en la comisura de sus labios, y ella no se quedó atrás, se estiró y me besó con ganas. Siempre esperaba que ella me besara, porque sentía que la estaba obligando a algo, en cambio, si era ella, yo ya no podía detenerme.

Rodeó mi cuello con sus finos brazos y yo bajé los míos a su cintura para mantenerla contra mi cuerpo. No era un gesto de posesividad, sino una búsqueda de calor, de otro cuerpo humano que no tuviera miedo de un loco.

De pronto, el beso comenzó a subir la temperatura, sus labios me buscaban con más anhelo, casi con desesperación, y los míos no se escaparon de aquello. Joder, la necesitaba tanto para mí solo que no pude evitar apretarla un poco más contra mi cuerpo.

*Es ahora el momento.*

*Mátala Jack, está entregada a eso.*

*Puedes sentir su pequeño cuerpo frágil. Será fácil.*

Quité las voces de mi mente y aparté mis manos de su cintura, ella creyó que yo estaba frenando el beso, pero muy por el contrario, comencé a desabrochar su uniforme de enfermera. Creí que me detendría, nadie quiere estar con un paciente psiquiátrico, pero se quitó la cofia y soltó su largo cabello.

Cuando busqué sus ojos, una vez que había quitado su uniforme, me sobresalté al volver a ver el rostro del alce. Sara se acurrucó contra mi pecho, y sentí que estaba abrazando a un animal, porque según mi mente, eso mismo estaba haciendo. Sin embargo duró poco, eran como flashes entre el rostro precioso de Sara, y el rostro inexpresivo de un alce.

Pero cuando ella volvió a besarme con fiereza, mi cabeza se despejó y besé a una Sara más hermosa que nunca. A pesar de los flashes me sentía completo, me sentía como si pudiera ser invencible, y más que nada, me sentía fuera del manicomio, como si aquello no existiera y no fuera más que un mal sueño. Tenerla allí, para mí, sin su uniforme de enfermera era... era el cielo.

Sara movió sus labios sobre los míos, se sentía sumamente cálida al tacto de mis manos. Las mismas las bajé de forma lenta por sus caderas desnudas, hasta el borde de sus bragas. No podía creer que después de tanto tiempo, podía sentirme normal y vivo, teniendo en mis brazos a una mujer tan hermosa.

La apegué contra mi cuerpo, haciendo presión en la parte baja de su cintura, y Sara soltó un suave suspiro contra mi boca. Yo no pude evitar sonreír sobre la suya.

*Mátala Jack...*

Cerré mis ojos, frustrado... no me dejaban en paz ni siquiera en un momento como ese. La enfermera notó que algo estaba mal en mi expresión, pero en silencio apoyó su mano caliente en mi mejilla, para hacer que la mire. Y eso hice.

—No les hagas caso Jack... Yo soy real, te quiero en mi realidad, quédate conmigo.

Entonces me incliné sobre ella y la besé con deseo, dejando que nuestros labios jugaran cada vez más necesitados el uno del otro, y, alzándola en brazos, caminé hasta su escritorio, donde la senté con cuidado y me dispuse a hacerla mía mientras cientos de personas en mi cabeza gritaban que la asesinara.

Entonces me incliné sobre ella y la besé con deseo, dejando que nuestros labios jugaran cada vez más necesitados el uno del otro, y, alzándola en brazos, caminé hasta su escritorio, donde la senté con cuidado y me dispuse a hacerla mía mientras ci...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

--------------------------------------------------

Bueno bueno, queda muy muy poco para terminar ¿Esperan lo que se viene? espero que si :3 en fin, ¿qué les pareció el capítulo? al fin llegamos al texto que está en la introducción de la novela! 

Recuerden que si les gustó, pueden dejar una estrellita bonita *-* y que siempre amo leer sus opiniones, correcciones y críticas♥ Sé que mis capítulos son cortos, pero por alguna razón los prefiero así♥

~Mariana Sardanelli ♥~

Century [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora