34. Verdad a medias

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A veces las personas que amamos son como mariposas que vuelan a nuestro alrededor, y tenemos que sentarnos y esperar pacientemente a que ellos aterricen. A veces nunca lo hacen y ese es el riesgo que tomamos. Pero a veces lo que más necesitan es vernos sentados, pacientes, esperando. Para entender que estaremos ahí sin importar qué, que somos los que siempre estamos ahí esperando, leales, amorosos.
(Anyta Sunday)

* * *

POV MAGNUS

Me siento tan cansado. Y ya no tanto por el dolor o la somnolencia, eso ya se me está pasando conforme pasan las horas. Estoy cansado de fingir.

Y es que no, no soy yo quien debe decirle que ya lo sé. Porque no fui yo quien se inventó una identidad y dejó que alguien más se ilusionara con una fantasía, una mentira, un disfraz...

Es él quien debe ser valiente, así como lo fue para engañarme, y confesarse.

Es él quien debe hacerlo. Y yo de verdad espero que lo haga, porque soy un idiota que, a pesar de todo, del engaño y la decepción -no porque sea hombre, sino porque me miente-, no puedo evitar lo que siento.

No pude evitar, mientras estaba aquí, mirar su perfil, las líneas de su rostro, sus labios llenos, su nariz imperfecta y hermosa, y esos ojos que siempre parecieron tan sinceros... No pude evitar mirarlo, esperando que tomara mi mano, y me dijera la verdad.

Suspiro y vuelvo a acomodarme entre las almohadas. Estoy harto de estar aquí. Ya quiero salir, quiero ir al jardín, a la biblioteca...

A aquellos lugares donde estuve con Alex, con mi princesa. Excepto que no es Alex ni es una princesa, no es mía ni mío. No es nada, no somos nada.

-¿Qué te pasa, Magnus? -pregunta mi papá por enésima vez.

-Nada. Quiero salir de aquí ya. Me asfixia estar encerrado.

-¿No será que más bien quieres estar con alguien? Alguien que no soy yo, por supuesto. No te vi quejarte cuando ella estaba aquí.

A pesar de todo, no puedo evitar que mis labios se curven en una pequeña sonrisa ante su mención.

-También. Pero de verdad quiero salir.

-¿La quieres, Magnus? -siento como mi cara arde un poco, sólo asiento. Él sonríe, se acerca más y toma mi mano-. Ella también te quiere, debiste verla cuidándote. Estaba muy preocupada, se enfrentó a tus hermanos para cuidarte ella misma -se ríe un poco-. Ella es valiente, entiendo porque te gusta.

Ella.

Valiente.

Yo niego, también riendo. No es ella y no es valiente. Y, a pesar de eso, lo digo: -Estoy enamorado de ella, papá. La princesa, Isabelle es...perfecta.

Se siente como una verdad a medias, porque no hay princesa, no es Isabelle, ¿de quién demonios me enamoré? ¿y de qué me sirve enamorarme por primera vez de alguien así?

-Yo creo que eres correspondido, Magnus -mi padre presiona mi mano-. ¿Por qué estás tan decaído?

¿Cómo decirte, padre, que nos engañaron?

-¿Tanto la necesitas desde ahora? -él pregunta con burla.

Lo necesito. Necesito la verdad. Y tal vez deba enfrentarlo y no esperar, acabar de una vez y dejar de torturarnos a ambos.

-Sí -otra verdad a medias.

-¿Quieres que la llame? Aunque ya no debe tardar...

-No. Me haría bien caminar un poco. ¿Puedo? Su habitación no está muy lejos y de verdad me siento mejor.

-Bien, ve, y busca tu felicidad, Magnus. Busca a tu princesa, hijo.

Mi princesa no existe, padre. Pero puedo buscar la verdad.



CONTINUARÁ...

Bueno, como ya dije, esta semana maratón aquí y en Encadenados, haré varios capítulos como siempre, pero tal vez no sean días seguidos porque estoy ocupada. Gracias por entender y esperar ❤

Mi princesa (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora