Mi princesa (Malec)

53. Hazme el amor

Haría cualquier cosa por pasar tiempo con él, cualquier cosa que él permitiera.
(Mary Calmes)

* * *

POV ALEC

Han sido días complicados, las invitaciones de la boda a las personalidad más importantes, la planeación de la ceremonia, la comida, el lugar... Monique quiere todo a su antojo y, dado que realmente no puedo exigir la boda que Alexander Lightwood querría, me quedo con lo que tal vez una princesa podría querer.

Habrá flores blancas, de ese tono un poco traslúcido que casi aparenta ser plata pálida, adornando el pasillo por el que se supone que la princesa Isabelle Lightwood caminará hacia su príncipe.

Se vería hermosa una verdadera princesa, con el sedoso y esponjoso vestido blanco que ya me probé y que Magnus adoró completamente, caminando por ese camino de plata y blanco.

Y es por eso que, a unos días de la boda, decido hacerlo.

Esta mañana mientras estaba en los jardines, leyendo un libro, y él llegó abrazándome por la espalda, cerrando mi lectura de golpe, y rozando sus labios en un lado de mi cuello, lo decidí.

"Esta noche, en tu cabaña, a las 12".

No agregué más y no le dije que yo llegaría antes.

Ni le di una explicación a Esperanza cuando preguntó por qué salía de noche con el vestido empacado -vestido que debería cuidar mejor, en su opinión- y otras cosas más.

Simplemente llegué, tal vez una hora antes. Fue difícil intentar maquillarme, no quedó ni de cerca a como lo logra Esperanza, sólo cubrí un poco mi piel, puse un suave brillo en mis labios, una sombra plata no muy oscura que hace brillar más el azul de mis ojos, acomodé la peluca en su lugar, me coloqué el vestido, esta vez usando lencería y mi típica ropa interior -la lencería que se supone la princesa Lightwood usara en su luna de miel-.

Termino de colocarme el vestido, una tarea casi imposible yo solo, pero bueno...igual volverá a irse cuando mi príncipe llegué.

Me quedo de pie, por temor a arrugar el vestido. Con las luces y el fuego apagado, esperando a que Magnus entre.

POV MAGNUS

Llego unos minutos antes, esperando sorprender a Alexander cuando él aparezca.

Pero soy yo el sorprendido cuando lo veo de pie, ¡usando el vestido de novia!

-Uh... -mis manos están temblando cuando me aseguro de cerrar bien la puerta, antes de volverme de nuevo hacia él-, ¿qué pasa? ¿por qué estás así?

Él hace un puchero definitivamente exagerado. Tengo que tragarme un gemido y recargarme contra la puerta porque mis rodillas se sienten débiles. Él sabe que no puedo resistirme a esa boca, mucho menos si hace pucheros, ese labio sobresaliente pidiendo a gritos ser besado.

-¿No te gusta?

-¿Esto es por mí? ¿Es por lo que te dije?

Él, definitivamente, había notado que me derretí un poco -demasiado- cuando lo vi vestido de novia. Era demasiado verlo en ese vestido blanco, y ese hermoso rostro oculto bajo el velo.

"-¿Todavía quieres casarte conmigo? -había preguntado después-. Incluso sabiendo que no voy a ir vestido de novia. Que no habrá ese delicioso vestido.

Había aparentado bromear pero pude ver la duda en el azul de esos ojos tan expresivos. Así que me aseguré de dejarlo claro. Acuné su rostro entre mis manos, mis pulgares acariciando sus mejillas que se encendían de un modo perfecto que el maquillaje nunca podría igualar.

"Te quiero a ti, Alexander Lightwood -susurré sobre sus labios-. Te veías perfecto en ese vestido, no voy a negarlo, pero lo que hacía esa vista apetecible es este cuerpo, esta alma, tú, mi amor. Ese vestido sólo me encantó porque lo usabas tú. No quiero a ninguna princesa vestida de novia, te quiero a ti, de blanco o de cualquier otro color, diciendo "Sí, acepto". Me gustas tú. Me enamoré de ti.".

Él traga visiblemente, su garganta descubierta para mí, su nuez moviéndose en el acto, mientras camina hacia mí. El vestido flotando a su alrededor. Sus labios en una tímida sonrisa antes de que se detenga frente a mí.

-Es por ti, pero también por mí. No te equivoques, odio los vestidos y el trabajo que conllevan, no voy a extrañar esto. Pero la forma en que tu mirada se derritió y encendió al verme es algo que no quiero perder. Y es... -sus mejillas se ruborizsm y agacha la mirada-, tu fantasía, fetiche, o lo que sea esto, la comparto -entonces me mira-. Quiero hacer ahora lo que en la luna de miel no podrá ser. Quiero sentir tus manos desatando el vestido y después supliendo la tela con caricias, tu piel sobre la mía. Tu cuerpo sobre el mío. Seré tu príncipe después del domingo, para toda la vida. Terminemos con esto de la princesa hoy, hazme tuyo con este disfraz, no me importa porque sé que es a mí a quien quieres y a quien miras incluso bajo todo este disfraz. Hazme el amor, príncipe Bane, mi príncipe. 

CONTINUARÁ...

ghjjhyyjj ¡Lo dijo! 🙈🙊

Les adelanto, por si alguien no quisiera leerlo (si claro 😂), el siguiente será la fantasía cumplida con ese vestido 😏 ¡Los leo en la semana con eso!