66. Epílogo 👑

4.2K 502 459
                                    

-Hacemos esto. ¿No, Alec?
-Sí. Lo hacemos.
(Nacido para la noche eterna)

* * *

[Un año después]

Alec se removió entre las suaves sábanas. Su mano se extendió, buscando y sin encontrar nada a su lado. Nadie.

Arrastró su rostro de una almohada a otra. Inhalando profundamente. Sándalo.
Hubo una sonrisa en sus labios, mientras se inundaba de la fragancia de Él.

-¿Cómo está mi princesa? -la voz profunda, ronca por el reciente sueño, le provocó un estremecimiento, hubo mariposas en su estómago y las lágrimas picaron en sus ojos.

Todavía no podía creer su suerte.

Todavía había momentos en que tenía que aferrarse a él, sin atreverse a despegar su mirada o sus manos de él, para saber que era real. Que de verdad estaba ahí. Que no era un sueño causado por el dolor o la ilusión de quererlo tanto.

Tardó un poco en poder enfrentarse a él. Salió de la almohada, sólo girando su rostro hacia donde Magnus estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándolo.

Alec sonrió mientras extendía su mano. -No sé. Dímelo tú. ¿Cómo está nuestra princesa?

Magnus se rió mientras avanzaba hasta la cama de nuevo. -Sigue dormida nuestra princesa.

La pequeña Tina Bane Lightwood seguía dormida.




<<"Sé lo que pasó" había dicho Esperanza. Y Alec creía saberlo también, pero no podía decírselo a Asmodeus sin estar seguro, así que él y Esperanza apoyándose uno al otro siguieron a Max hasta su choza.

Alec había estado tan nervioso, su corazón saliendo tan fuerte que dolía, literalmente dolía cada latido, no sabiendo si su idea era cierta o era sólo la esperanza de no perder al único hombre que había amado.

Sus pies se habían plantado firmemente afuera de la pequeña cabaña, de repente con miedo de entrar y que su mayor miedo se hiciera real, que cualquier ilusión se esfumara.

-Max me permitió hablar con Ernesto -había dicho Esperanza y el mundo de Alec se volvió negro.>>



<<-Estás buscando a alguien, niña. Él también te busca...para despedirse -habían sido las palabras de Max, aquellas que trajeron lágrimas a los ojos de Esperanza y un pinchazo en su corazón.

Miró hacia un lado, no queriendo que un desconocido la viera llorar -incluso si era amable-, no queriendo explicar por qué dolía tanto, y fue entonces que vio el cuerpo.

-Yo lo salvé -había dicho Max, siguiendo su mirada-. Te lo dije. La muerte sigue en ese lugar, buscando a quién se escapó.

-¿T-tú... Sabes q-quién es él? -Esperanza no podía creerlo. Quería levantarse y caminar hasta él, pero no podía, todavía dolía mucho, Max seguía tratando de aminorar su dolor, de curar sus heridas.

La voz de Max siguió siendo la misma. -No, pero eso no importa. Quién es no cambia mi deseo de ayudarlo. Cualquiera merece mi ayuda y, si puedo dársela, lo haré. Para eso aprendí, para eso estoy en este mundo.

Esperanza lo miró sin entender muy bien. Su ceño fruncido e incluso eso dolía.

Max le sonrió y esa sonrisa le recordó alguien más. Un escalofrío recorrió a Esperanza.

Las manos de Max se alejaron de ella. Frotó sus ojos que estaban cambiando de azul a verde. -Él quiere hablar contigo. Hay mucho que no pudo decirte. Él no se ha ido porque necesita hacerlo.

Mi princesa (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora