54. Soy tuyo

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Él era mi recompensa por vivir y no rendirme y esperar por lo que era real.
(Mary Calmes)

Feliz cumpleaños iAkasha 🎉❤

* * *

<<Seré tu príncipe después del domingo, para toda la vida. Terminemos hoy con esto de la princesa, hazme tuyo con este disfraz, no me importa porque sé que es a mí a quien quieres y a quien miras, incluso bajo todo este disfraz. Hazme el amor, príncipe Bane, mi príncipe...>>

Magnus tragó visiblemente, sus manos acunaron aquel rostro pálido que tanto amaba, sus ojos fijos en aquellos azules de su príncipe. -¿Estás seguro, Alexander? ¿De hacer esto así y antes de la boda?

Las mejillas de Alec habían bajado de un rojo intenso a un rosado perfecto. Pero sonrió, poniendo sus manos sobre las de su prometido. -Estoy seguro de hacerlo contigo, no importa cómo ni cuándo, mientras sea contigo. El lugar, la vestimenta, las circunstancias no importan cuando es la persona correcta, ¿cierto? Y tú lo eres para mí, Magnus Bane. Así como yo lo fui para ti, incluso antes de que supieras quién soy.

Magnus también sonrió, antes de pegar su sonrisa a la de Alec y empezar un beso lento y dulce que se fue convirtiendo en uno sensual y ardiente. Sus labios ya se habían acostumbrado y amoldado a los otros, no hacian falta años de experiencia para saber que habían sido hechos para el otro, que los besos se sentían correctos y perfectos porque era así entre ellos.

El roce y desliz suave labios contra labios, delicadas mordidas que acrecentaban la revolución de mariposas en el estómago, las manos de Magnus bajaron por el torso de Alec, resbalando por la tela del vestido, sintiendo los duros músculos que no eran las curvas femeninas pero eran mejor, porque era el cuerpo de su príncipe él que estaba sintiendo, se quedaron en su cintura y después tomaron sus caderas pegándolo a él, Alec gimió, sus labios se entreabrieron levemente y ahí el beso pasó de reconocimiento y tentación a un saqueo de lo ya conocido, la lengua de Magnus acarició el labio inferior de Alec, saboreando el ligero dulzón del labial y después se sumergió lentamente en esa boca, perdiéndose en el sabor puro de Alexander Lightwood...

Alec se perdió en el beso, sus manos aferrando los hombros de Magnus. Tratando de empujarse más para una mayor fricción, porque su cuerpo estaba necesitando más y las muchas capas del vestido se lo impedían.

Magnus rompió el beso, riendo, sintiendo su propio deseo crecer por la necesidad de Alec. Su príncipe gimió por la pérdida y Magnus sonrió un poco más, dejó un suave beso en sus labios antes de separarse un paso más de él y mirarlo mejor. No había luces y Alec había dejado el fuego bajo para no atraer atención, pero eso suficiente para admirar la bella persona frente a él.

-Te ves perfecto, mucho mejor que una princesa. ¿Y sabes qué es lo mejor?

-¿Q-qué? -la voz de Alec tembló, igual que lo habían sus piernas, su estómago lleno de mariposas y su miembro palpitando por la necesidad y el deseo. Y su corazón golpeando fuerte, latiendo acelerado por la adoración y el amor que veía en esos ojos verde dorado. Era por eso que no importaban las vestimentas y las identidades, porque era más que un cuerpo lo que querían, más que deseo físico, se habían enamorado y querían entregarse y pertenecer al otro.

Magnus suspiró un "Que eres mío". Y Alec lo sintió no como posesividad, sino como la misma necesidad que él sentía de entregarse a él, de saberse suyo y saber también que era en ambos sentidos.

Magnus comenzó a desabrochar su capa pero Alec se lo impidió, sus manos nerviosas buscando hacerlo ellas mismas. Después lo siguió su camisa. Y Alec pudo admirar el torso acaramelado y desnudo de su príncipe, más de lo que había visto alguna vez, sus manos fueron al cinturón de Magnus y sus labios a su hombro y después a su clavícula.

Magnus estaba amando eso, pero lo detuvo antes de terminar totalmente desnudo. Lo apartó con gentileza y besó cada centímetro de su rostro, mientras sus manos quitaban la peluca y sus dedos se enredaban en su cabello real y sedoso, echando su cabeza para atrás para un beso mejor. Ambos se perdieron en el beso, separándose sólo cuando necesitaron respirar.

El pecho de ambos subía y bajaba con respiraciones profundas y necesitadas. Magnus tanteó con cuidado y paciencia cada borde del vestido de novia, buscando cada broche para soltarlo hasta que no quedó ninguno. Los brazos de Alec salieron libres de aquellas tiras y Magnus lo fue bajando lentamente, besando la piel que iba quedando descubierta, sus hombros, imitó los besos y mordidas que Alec había dejado en sus clavículas. Sus manos acariciaron su pecho, moviéndose a la línea de sus costillas y al abdomen plano y firme. Lo miró desde abajo mientras se arrodillaba, sus manos en sus caderas antes de deslizar la parte baja del vestido, Alec asintió casi imperceptiblemente, sus mejillas de nuevo encendidas ya no sólo por vergüenza o timidez, sus ojos como cielos tormentosos, y sus labios entreabiertos.

Magnus bajó el vestido completamente y Alec sacó una pierna y luego otra, Magnus colocó el vestido a un lado para volver a la piel pálida y suave de su prometido. Desató las cintas de las zapatillas, esta vez dignas de una princesa y no fue hasta que subió por sus pantorrillas y muslos, con caricias y besos, que notó la lencería.

Magnus dio un fuerte gemido que hizo a Alec abrir los ojos y mirarlo, sosteniéndose de sus hombros en busca de apoyo. -¿Qué? ¿Qué pasa?

Magnus volvió a gemir, acercando su rostro a aquellos encajes blancos, su nariz golpeando suavemente el miembro duro que la lencería apenas contenía. -¿Quieres matarme? -gimió de nuevo.

Alec se rió a medio gemido también. -¿Fue demasiado?

Magnus negó. Uno de sus dedos recorriendo el cortorno de aquel miembro duro. -Es perfecto, mi amor.

Bajó lentamente la lencería, liberando aquella erección. Alec sintió todo su cuerpo encenderse y sus ojos se cerraron cuando Magnus envolvió su miembro en su mano y acercó sus labios, pero no chupó, dejó sólo un beso en la punta ya húmeda. -¿Te gustaría...? -preguntó, buscando la mirada de Alec y su permiso.

Alec tragó y abrió los ojos. Asintió con timidez, empujando un poco su cadera. Magnus sonrió antes de comenzar a acariciar con sus manos y lengua, era inexperto y nuevo en esto igual que Alec, pero quería hacerlo sentir bien, y sus cuerpos hablaban por ellos, tomando el control.

Tomó todo lo que pudo en su boca, atendiendo el resto con sus manos. Y para Alec fue el cielo cuando su primer orgasmo, provocado por su príncipe, llegó.

Magnus tomó lo que pudo, y se encargó de dejarlo limpio antes de ponerse de pie. Alec estaba ahora desnudo, llevó sus manos temblorosas a las caderas de su prometido y buscó un beso, preguntándose si Magnus quería que hiciera lo mismo, pero tuvo su respuesta cuando Magnus lo guió hasta la cama y lo dejó ahí mientras él mismo se desnudaba y descalzaba frente a él.

-¿Quieres...? -empezó a preguntar Alec, pero Magnus negó y empezó a gatear hacia él. Su miembro duro golpeó el de Alec que luchaba por volver a la vida, se besaron moviéndose uno contra el otro, creando una perfecta fricción.

-¿Estás seguro? -volvió a preguntar Magnus al romper el beso.

Alec asintió. -Más que seguro. Hazme tuyo, Magnus.

Magnus bajó lentamente, extendiendo sus muslos con sus manos, besándolos y comenzando a acariciar su semi erección mientras guiaba su boca más abajo. Lo preparó lentamente, tomándose su tiempo con dedos y lengua hasta que su príncipe se sintió listo, retorciéndose y pidiendo más.

Magnus se alineó con él, una de sus manos en su cadera y la otra en su rostro. Mirando directamente sus ojos mientras penetraba con lentitud. -Creo que ya lo he dicho, pero benditos el destino y tu hermana por traerme hasta mí, Alexander. Yo no necesitaba una princesa en mi vida cuando siempre esperé a un príncipe como tú.



CONTINUARÁ...

Perdón si no fue una escena súper hard, pero creo que depende la historia van o no, al menos para mi gusto, espero que les gustara igual ❤

Mi princesa (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora