Mi princesa (Malec)

56. Confesión a un rey

A veces todo lo que se necesita es una nueva perspectiva para ver la luz donde alguna vez vivió la oscuridad.
(E.F.)

* * *

POV MAGNUS

Salimos de la cabaña antes de que el amanecer comenzara. Con la promesa de que yo hablaría con mi padre y, dependiendo de eso, de cómo lo tomé él, lo vería en la ceremonia de bodas o en la cabaña para huir juntos.

-Pero te amo, Alexander -le había dicho ya en la puerta de la cabaña-, no lo olvides. No importa lo que digan tus padres o lo que diga el mío. Te amo, me enamoré de ti, y eres tú a quien elijo.

-Yo también te amo, Magnus -y entonces me había besado antes de volver al castillo, cada uno a su habitación.

Lo dejé afuera de su habitación, antes de irme a la mía.

Pude dormir sólo un par de horas antes de que el amanecer llegara y el ruido de todos en movimiento, en vísperas de la boda, me obligara a salir de la cama.

Tal vez con Alexander aparenté que todo está bien y nada me asusta, pero sí lo hace. No dudo que él sería mi elección sobre cualquier cosa, pero si las cosas se complican demasiado, si no salen como esperamos...

Veo a Alexander -mi princesa- en el jardín, desayunando con Monique y sus hijos. En cualquier otro momento no lo dejaría solo, con esos tres, pero me alivia un poco ver a Esperanza a su lado. Y mi padre no está ahí y esta puede ser mi única oportunidad para hablar con él a solas.

Lo encuentro en su despacho, ultimando detalles para los invitados. -Los Lightwood no deben tardar. Ellos son los más importantes -está diciendo cuando entro-, los reyes y el príncipe Lightwood.

Siento una punzada de culpa ante la mención de mi príncipe, que ya está aquí hace días sin que lo sepan.

Él me mira en ese momento.

-¿Puedo hablar contigo?

Él asiente. -Busquen a la reina, por favor. Hay detalles que quiere que vean con ella. Las flores y no sé qué más.

Los sirvientes asienten, aunque por sus expresiones es obvio que no son felices de ir con Monique. Y los entiendo, si ya en sus días normales es insoportable, con esto de la boda es peor.

-¿Nervioso? -pregunta mi papá, con una sonrisa, sentándose y señalándome la silla frente a él-. Es normal, no te preocupes. Cuando estén en el altar y veas a Isabelle caminar hacia ti, cuando tome tu mano, y llegue el momento de dar el "Sí" para siempre, para una vida juntos, entonces cualquier nervio va a desaparecer, cualquier duda, cualquier miedo. No siempre será fácil, Magnus. Nunca lo es. Pero cuando es la persona correcta quien está a tu lado, todo vale la pena. Pronto vas a ser tú quien esté en el trono, quien lleve este reino. Siempre he sabido que no hay nadie mejor que tú. Me alegra saber que no estarás solo. Que has encontrado el amor y serás no sólo un buen rey, sino que serás feliz.

Apenas puedo hablar a través del nudo en mi garganta. -Gracias, papá.

-Porque eres feliz, ¿cierto? Tuve miedo de estar arruinando tu vida, de condenarte a un matrimonio arreglado. Pero entonces la princesa y tú se vieron y tus ojos brillaron, Magnus. Quiero preguntarte esto antes de que sea mañana y ya no pueda hacerlo, ¿estás enamorado? ¿eres feliz con esto?

Es ahora. Es ahora o nunca.

-De eso quería hablarte. Soy inmensamente feliz. Estoy enamorado, y no podría estar más agradecido de la decisión que has tomado, de ayudar a los Lightwood, y no me arrepiento de haberte dicho que sí cuando me hablaste de esta unión. Pero hay algo que tú no sabes y no quiero seguir adelante sin tu opinión.

Veo el ceño de mi padre fruncirse un poco, mientras se inclina hacia mí. -¿Qué está pasando? Me estás preocupando. ¿Pasa algo con la princesa?

Una risita nerviosa se me escapa. -Sí y no. Tú sabes que yo no siempre he sido "normal", o al menos lo que el resto considera normal. Nunca habría hecho nada para arruinar el reino, padre, o para arruinar tu reputación y dejarte sin descendencia. Incluso si un príncipe era lo que yo anhelaba...

-Magnus. No hablemos de eso. Ya no hace falta. Has encontrado a la mujer correcta para ti.

-¿Lo sabías? ¿Que yo veía a los príncipes y no a las princesas?

-Difícil no verlo, Magnus. Pero eso ha cambiado. Isabelle Lightwood es la correcta para ti.

-Ahí está el problema.

-Acabas de decir que la amas. ¿Me mentías?

-No. Y él tampoco me mintió a mí, no ahora al menos. Yo nunca habría hecho nada para arruinar tus planes, papá, pero el destino trajo a este hombre perfecto para mí y no pude evitar enamorarme. No quiero guerras, enfrentamientos, o reclamos. Lo amo y si tú me apoyas, seré el más feliz. Y si no lo haces, seguiré amándote como el mejor padre, pero entonces seguiré mi propio camino.

-No estoy entendiendo, Magnus.

-Creo que lo haces, en el fondo. Tú lo has dicho, mi princesa no es la más convencional. Los Lightwood necesitan nuestro ejército, ellos no querían esto, pero Isabelle Lightwood está enamorada y huyó con su novio...

-¿Qué? Pero si hace unos minutos...

-...y los Lightwood la han estado buscando desde entonces. Se supone que la encontrarían antes de que la boda se realizara. Hoy habría sido ese límite, o al menos mañana. Mientras tanto, su hermano, Alexander, el príncipe, ocuparía su lugar.

-Magnus... -él apenas puede hablar.

-Yo no lo busqué. Alexander no lo planeó. Y nadie se esperaba esto. Pero mientras esperábamos el regreso de mi princesa, yo me enamoré de un príncipe. De Alexander Lightwood. Perdón, incluso si Isabelle regresa, no puedo casarme con ella.

-Pero la boda, mañana...

-Alexander y yo íbamos a presentarnos sin disfraces, sin mentiras. Dos príncipes.

-No puede ser.

-Lo siento. Si tú quieres que me vaya ahora, que nos vayamos...

-¿Nos?

-Él y yo.

-¿Ya está decidido entonces? ¿Cuándo te enteraste? ¿Por qué no me dijiste antes? Siempre supe que algo en tu princesa estaba mal, ella era demasiado...diferente al resto, perfecta para ti, pero nunca imaginé esto.

Entonces le explico todo. Los Lightwood tenían fe en que Isabelle volvería y esto sería un engaño corto. Alexander no estaba de acuerdo. La prueba del vestido, el accidente, la confesión. Los planes de seguir adelante con la boda...

Mi padre se pasa una mano por el rostro. -Lo importante aquí es, ¿realmente se aman, Magnus? ¿Estás seguro que él siente lo mismo?

-Sí. Estoy seguro.

Él se pone de pie y camina hacia mí y yo espero todo. Un grito, un golpe, que enloquezca. Pero entonces él sonríe. -Te pareces tanto a tu madre. Ustedes siempre contra las normas sociales. No sé qué pasará mañana cuando el resto lo sepa, Magnus, pero no quiero perderte. Lo que sea que pase, estaré con ustedes.

Y entonces él me jala para un abrazo y no puedo evitar las lágrimas.

-Gracias, papá.

-No tienes que agradecerme nunca. Soy tu padre. Incluso si mañana es un desastre, cuando esta locura estalle, estaré a tu lado.

CONTINUARÁ...

Asmodeus los apoya 🙌

Falta ver qué pasa con los Lightwood, con la llegada de Izzy, qué hermanastro los escuchó... 🙊