Capitulo 4

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Me gustaba que Mateo se había tomado enserio lo de enseñarme su mundo, me estaba enseñando a cocinar y decía que la mezcla de ingredientes era lo más relevante, cuando él preparaba algo de comer yo me sentaba en la mesa con los ojos cerrados y tenía que adivinar los ingredientes.

No podía evitar sentir curiosidad por como hacía las cosas, por lo que constantemente hacía las cosas con los ojos cerrados, su departamento y el mío los podía recorrer sin abrirlos, escuchaba las películas del mismo modo que él, muchas veces apostábamos por ver quien de los dos tenía una imaginación más parecida al director y tratábamos de adivinar los colores o las formas de los muebles, era impresionante que la mayoría de las veces él ganaba, cuando yo abría los ojos para comprobar quien había acertado generalmente me llevaba la sorpresa de que la descripción que él hacía era idéntica a lo que veía en la película.

Todos los días nos reuníamos para cenar y los fines de semana la pasábamos juntos.

Un día que a él le tocaba preparar la cena llegué a su casa y lo vi muy ocupado, tenía mucha hambre por lo que decidí pedir pizza, estaba esperando en la sala, él estaba hablando por chat con alguien cuando sonó su teléfono, puso en mute el chat y me dijo:

--¿Podrías contestar por favor? es un cliente--

--Buenas tardes oficina de Mateo Walls, por el momento él se encuentra ocupado gusta dejarle un mensaje--

Mateo estaba sonriendo ante mi respuesta, el cliente me dijo que solo necesitaba saber a cuantos años iba a ser su inversión.

Le pregunté su nombre y luego en voz baja le pregunté a Mateo, él me respondió que a 5 años.

--Su inversión es a cinco años, ¿Algo más en que pueda ayudarle?--

Me respondió que no y colgué, Mateo estaba cerrando la ventana del chat.

--Tengo a la asistente más maravillosa del mundo, quedas contratada--

Eso me hacía pensar, quería pedirle ayuda a Mateo pero de forma totalmente profesional, no podía continuar administrando la empresa de la familia, no sabía nada de nada.

--Anna ¿Qué pasa? por favor dímelo--

--No quiero-- Me quejé y me arrepentí en el momento que vi la expresión de dolor, no pude decir nada más porque el portero anunció que las pizzas habían llegado.

Mateo se paró para acercarse a la entrada.

Cenamos hablando de temas diversos pero sentía a Mateo raro conmigo, sabía que le debía una disculpa por mi comentario.

A la mañana siguiente sonó mi celular, era Daniel el director suplente de la empresa, cuando mis padres y hermanos habían fallecido él se había quedado a cargo, se suponía que como era una empresa familiar yo era la directora pero nadie me hacía caso y cuando tomaba una decisión todos me miraban mal, sabía que la empresa no estaba bien, mi papá había hecho una mala inversión y apenas la estaba sacando adelante pero tras su muerte las acciones se habían desplomado y estábamos perdiendo dinero.

Daniel me había avisado que estaba en el lobby del departamento que si podíamos hablar.

Salí de la cama sin despertar a Mateo y me fui a mi departamento me vestí rápido en lo que subía Daniel.

Lo invité a pasar a la oficina.

--Isabella, me atreví a venir a tu casa para que esto no lo tuviéramos que discutir delante de los demás socios, pero creo que la empresa se hunde, lo más conveniente es que la vendas antes de que pierdas más dinero--

Ya había pensado en eso pero no quería era la cosa más preciada en mi familia, yo había sido la única rebelde en nunca haberme interesado, pero mi mamá y mi papá le dedicaban mucho tiempo, después cuando mis hermanos crecieron fue lo mismo.

Tu Oscuridad Es Mi FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora