Capitulo 37

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Cuando Anna me había dicho que había comprado una isla no había podido evitar pensar que era una locura, pero después de analizar las finanzas del hotel me pareció un negocio sorpendente, generamelmente cuando se invierte en un nuevo negocio tardas al menos cuatro años en empezar a tener ganancias, pero en ese tiempo  íbamos a recuperar el costo de la inversión total, era increíble.

--¿Anna como conseguiste esta isla?-- Le pregunté con curiosidad

--Un amigo modelo me escribió hace unos meses para decirme que necesitaba dinero, me sentía mal por él, pero no soy muy fanática de prestar dinero a quien se que no me lo va a poder pagar, él despilfarró mucho dinero y estaba en muy mala situación económica, me dijo de varias propiedades que tenía a la venta y me llamó la atención la isla, le pedí la información financiera y después de revisar las cifras vi que no era mala opción y la compré--

--Defnitivamente tienes buen ojo para los negocios muñequita es una gran oportunidad, además de que el lugar es maravilloso--

--Gracias es un cumplido muy lindo viniendo de un administrador tan precavido como tu--

--¿Qué vamos a conocer hoy?--

--Me gustaría ir a la laguna, pedí que hoy no dejaran ir al turismo para tenerla solo para nosotros--

--Me parece una idea genial, ¿Esta muy lejos?--

--Caminando si, pero hay manera de llegar en jeep y solo esta a veinte minutos, no es tan grande la isla--

Cuando llegamos el olor del aire había cambiado, olía acido y frutal pero no reconocía el aroma.

--¡Tamarindos!, que rico hace años que no como uno-- Dijo Anna yo no tenía ni idea de a que se refería --Espérame aquí deja bajo algunos del árbol--

--¿Qué haces Anna?-- Escuchaba ramas moverse.

--Estoy subida en el árbol, te recomendaría que te quites porque voy a sacudir las ramas para que caigan algunos--

--¿De verdad estas subida en el árbol?-- Le dije con sorpresa.

--Si cariño pero no muy alto solo estoy en la segunda rama como a tres metros del suelo--

--Gracias a Dios no puedo ver eso, ten mucho cuidado por favor-- Escuché como se reía y el sonido de cosas cayendo en el piso, después sus pisadas acercándose.

--¿Me ayudas? cayeron muchos, siente-- Puso en mis manos una vaina de unos diez centímetros de aspecto aspero y duro --Estos son los tamarindos, ¿me ayudarías a recogerlos del piso por favor?--

Me agaché y empezamos a recogerlos, había muchos, después de un rato Anna dijo:

--Creo que ya con esos basta, ¿Quieres probarlos?-- Asentí intrigado por el aroma, me lo iba a llevar a la boca y Anna dijo --No, así no, hay que pelarlo, truena la cascara exterior y quitala, adentro vas a encontrar unas semillas pegajosas unidas por unas venas, las venas no se comen y de las semillas solo se come la pulpa, el huesito de adentro hay que tirarlo--

Hice lo que me dijo, el sabor era realmente agradable, era la perfecta mezcla entre ácido y dulce.

--Esta muy rico--

--Además puedes hacer agua y dulces a mi me encanta--

Caminamos el pequeño tramo que faltaba hacía el lago, ella me dijo que la orilla estaba un poco resbalosa, que las piedras de al rededor estaban muy lisas, me iba guiando para meternos cuando de repente sentí que perdía el equilibrio, intentó soltarme pero como pude logré equilibrarnos.

--Gracias Mateo--

--¿Por que intentaste soltarte?--

--Para no tirarte conmigo--

Tu Oscuridad Es Mi FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora