Tu Oscuridad Es Mi Felicidad

Capítulo 38

Me sentía feliz a pesar de no haber firmado nada como Anna quería yo sabía que ella era mi esposa, la mujer con la que iba a pasar el resto de mi vida y eso me había dado una tranquiladad inmensa.

Como lo habíamos prometido habíamos pasado casi toda la noche de la mano, salvo el momento en el que había bailado con mi mamá y mi hermana y sin embargo Anna había estado bailando junto a mi, escuchaba su voz en todo momento y quería que el resto de mi vida transcurriera así, solo escuchandola.

-- Mateo querido se que no es una boda formal pero no quería que pasara desapercibido el deseo de tu abuelo-- Me dijo mi abuela materna en lo que esperaba que Anna saliera del baño-- Por eso quiero darles un viaje que tu abuelo tenía planeado hacer contigo y que cuando enfermo me hizo prometerle que te lo daría para el día de tu boda, no quiero hacerte sentir mal mi niño porque ... bueno tu sabes pero espero que a lado de Anna puedas disfrutarlo--

--Gracias abuela--

Salió Anna, su olor y sus pasos eran inconfundibles para mi.

--Ya te extrañaba-- Me dijo lanzándose a mis brazos. Después escuché aplausos.

--Upss olvidé abrir los ojos y estamos rodeados de gente-- Me susurró al oído riendo.

Yo la abracé sin importarme los demás.

-- Anna me encanta el perfume que estas usando-- Escuché la voz de Nathan.

--Gracias-- Dijo ella --¿Quién es tu acompañante? Se me hace conocida--

-- Se llama Greta y es la chica que te remplazo como imagen del perfume--

-- Se ven muy bien juntos-- Dijo Anna con cariño en la voz.

--Estoy muy enamorado Anna--

No pude evitar pensar que era el perfecto remplazo de Anna a pesar de todo rogaba que Nathan se enamorara de alguien para que no intentara revivir viejos sentimientos con Anna.

Gracias a las señales que me hacía Anna la fiesta se me había hecho fácil, extrañaba los lentes pero en realidad no sustituían la habilidad de ella para guiarme e indicarme que debía hacer en cada situación.

Cuando la fiesta terminó Claudia se acercó a mi y abrazándome me susurró al oído.

--Mandé a que les adornaran el búngalo de forma romántica para que pasen la noche allí hermanito--

--Gracias-- Le susurré en respuesta, esa idea había sido fantástica moría de ganas por estar con Anna a solas.

--Anna hermosa, te quiero mucho hermanita-- Le dijo Claudia abrazándola.

En eso noté que no había escuchado ningún comentario acerca de como se veía Anna, era muy común que todos le dijeran lo hermosa que se veía y suponía que así debía de haber sido ese día, pero no había escuchado ningún comentario, era raro pero no me molestaba en lo absoluto, solo me quedaba la duda de si a Anna le afectaría eso.

Mientras caminábamos hacía el búngalo le pregunté:

--Muñequita hay algo que quiero preguntarte pero espero que no lo tomes a mal--

--Dime cariño--

--¿Si sabes que hoy te ves más hermosa que de costumbre?--

--Gracias Mateo--

--No te lo decía como cumplido o bueno si pero... yo no te puedo ver pero quiero asegurarme de que sabes que todos los que te vieron seguro pensaron que estas guapísima--

--Cariño si tu me ves hermosa es lo único que necesito para sentirme la mujer más guapa del mundo-- Me dijo mientras se detenía, después puso sus manos en mi cara y empezó a besarme.