Capítulo 32

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Tenía mucho miedo nunca me imaginé que el día iba a terminar así Raquel parecía una buena persona , tenía temor de lo que me podría pasar a mí pero más miedo tenía de no poder rescatarlos pero ¿que podía hacer yo sola? no era posible que pudiera enfrentarme a la loca y al fulano ese que estaba con ella.

Sabía que para esa hora Mateo estaría preocupado ¿por que no le había hecho caso? ¿porque no me había esperado a que el guardia viniera conmigo? en fin si me hubiera esperado probablemente no sabría lo que sabía en ese momento eran tres niños, tres niños de menos de 6 años no podía dejarlos solos no sabía cuánto tiempo habían estado allí encerrados ni sabía por lo que habían pasado antes de que yo llegara, sentí la manita de uno de ellos que me decía:

-- Tengo hambre--

--Esperame aquí-- la niña que estaba al lado del niño me dijo con angustia

--No nos dejes--

-- Ok acompañenme--

Recorrí la casa nuevamente, era una casa que tenía una sola habitación un baño y una pequeña cocinita había inútilmente tratado de  encontrar alguna manera de escapar de ahí, no había ventanas y la única puerta estaba vigilada rebusque entre las alacenas de la cocina intentando encontrar si había algo de comida al no encontrar empecé a golpear la puerta podría ser un asesino el que estaba del otro lado, podía ser un hombre grande fuerte al que le tenía mucho miedo pero no iba a dejar a esas pobres criaturas con hambre empecé a golpear hasta que finalmente después de varios minutos abrió la puerta.

--¡Qué demonios quieres!--

-- Los niños tienen hambre--

--Y eso a mí que--

--¿Podrías conseguirles algo de comida?--

--Esto no es un hotel, no lo has entendido para que los alimento si de todas maneras los voy a matar a los cuatro--

El sollozo de la niña que estaba conmigo hizo notar que había escuchado las palabras del hombre.

--Por favor podría ser más amable podría no decir esas cosas enfrente de los niños-- se rió con una risa que me hizo erizar la piel.

--De veras crees que me importa algo si estoy aquí es porque esa puta me va a pagar mucho dinero--

-- Yo te puedo dar más, dime cuanto quieres yo te lo doy--

Por un segundo se detuvo a pensar en mí proposición le volví a insistir

--Por favor dime la cantidad lo que sea, dejanos escapar ayúdanos a llegar a un lugar seguro y te prometo que te doy todo lo que tú me pidas--

Estábamos en eso cuando a lo lejos alcancé a ver cómo se acercaba Raquel.

--Imbécil te dije que no hablaras con ella seguro te ha de estar diciendo que tiene dinero para poderte pagar más que yo pero eso no es cierto ella no tiene ni un solo centavo--

Después de decir eso cerró la puerta y por más que grité no logré que volvieran a abrir.

Raquel se me hacía conocida sabía que la había visto en algún lado antes pero no podía recordarlo, por supuesto no era ciega solo había fingido.

Pero no sabía que quería, después de haber llegado a lo que creí que era su casa, sentí que alguien me cubría la boca y la nariz con un trapo húmedo después había despertado en esa casa con tres niños viéndome fijamente les pregunte que hacían ahí y ellos me dijeron que no sabían que tenían mucho tiempo allí y que nadie les explicaba que estaba pasando que se querían ir con su mamá. Después de un par de horas y de haber revisado toda la casa y golpeado la puerta intentando que alguien hablara conmigo finalmente Raquel entró dijo que me callara que me estuviera quieta y que por si no lo había notado me mataría si intentaba hacer algo indebido.

Tu Oscuridad Es Mi FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora