Capitulo 25

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Habían pasado tres días y para ser sincera estaba siendo un poco frustrante el no ver nada, y no porque fuera difícil sino porque de verdad quería ver a Mateo, extrañaba ver su cara. Además de que había cosas que si me dolía no haber visto, todas las noches había shows en el teatro del hotel, habíamos ido a uno había sido frustrante escuchar los "ohhh" de la gente sin tener idea de que veían o lo que pasaba en la playa, podía ser que el guía nos los describiera pero me hacía sentir rara, porque a pesar de su exclelente descripción de lo que pasaba se oía forzada.

Estaba tumbada en la playa mientras Mateo se había ido a nadar, a pesar de que había sido maravilloso el hecho de que hubiera vencido el miedo al mar, también era cierto que quería tomar un poco de color, sentía un poco egocéntrico pensar en eso solo para mí, porque Mateo no podría verme bronceada, pero al menos si sentiría mi piel más caliente.

Escuchaba las conversaciones de los alrededores, no es que me gustara ser entrometida pero al no poder ver, era inevitable poner más atención a las conversaciones de las demás personas.

Atrás de mi estaba una señora como de unos 50 años, con sus dos hijos adultos de unos veintitantos, ella les estaba platicando todo lo que veía con lujo de detalle, ellos le respondían de forma fastidiosa que ya lo habían visto, aunque para ellos al parecer estaba siendo un tormento yo estaba disfrutando mucho con sus observaciones.

--"Mira esa pequeña, que monada es como un regalito envuelto con su trajecito de baño blanco con puntos rojos y el moñito de lado a poco no es una ricura. Tendra un añito o poquito más mira como da sus pasitos, que mona, a su mama ya le a de doler la espalda de andar todo el día tras ella, aunque lo bueno es que no se aleja mucho, solo esta dando pequeños circulitos al rededor de la misma área, upss se acaba de caer sentadita, ahora esta descubriendo la arena con sus manitas, esas diminutas y regordetas manitas, ¡Ay se va a meter arena en la boca! justo a tiempo llego su mamá para impedirlo, se ve que es buena madre, hubiera sido tu tía Gertrudis seguro le suelta un manaso esa siempre es así de impulsiva, pero lo que es la juventud, su mamá no a de tener más años que tu Paquito, ya vez así deberías de estar con tu familia, pero te da miedo el compromiso, que paso con tu hermosa novia, ¡Ay mira! que románticos se ven esos señores, así espero poder estar con tu papá cuando tenga su edad...."--

No paraba de hablar un segundo y era maravilloso, sabía todo lo que estaba pasando en la playa. Después de un rato sus hijos le dijeron que se iban a meter a nadar. Y ella se quedo sola y callada. Sentí un poco de tristeza, estaba disfrutando su descripción, la escuché suspirar, quería suponer que era con sensación de aburrimiento tal vez por no tener con quien compartir su plática.

Estaba indecisa si acercarme a ella o no, no sabía si le incomodaria, pero quería seguir escuchando su descripción por lo que me acerqué a donde la escuchaba.

--Buenas tardes-- Le dije.

--Hola bonita ¿Te molesté con mi plática?--

--No para nada-- Le dije.

--Mira nada mas a esos dos locos, yo no se que encuentran de diversión estarse revolcando en las olas, hay van corriendo ya casi llegan a donde rompe la ola y... bueno al menos se metieron de cabeza y no se dejaron arrastrar-- De repente se quedó callada y me dijo --Pero sientate bonita, ándale hazme compañía un ratito --

--¿No le molesta?-- Le pregunté con duda.

--Para nada-- Me dijo golpenado el asiento de una silla a su lado --¿Y qué te trae por aquí?--

--Vine con mi novio de vacaciones--

--¿Rubio, con buen cuerpo que esta surfeando?--

--Si-- Contesté con un poco de duda, esperaba no equivocarme, ese día el mar había amanecido mas fuerte por lo que sin salir del hotel Mateo había podido surfear o eso creía.

Tu Oscuridad Es Mi FelicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora