Haber contratado a un director habían sido lo mejor que nos había pasado a Mateo y a mi, era maravilloso tener tanto tiempo libre.
Nos habíamos mudado a casa de mis abuelos. Era una casa muy grande y antigua constaba de tres pisos en el tercer piso habían estado las habitaciones de los esclavos, cuando mi bisabuelo había comprado esa casa ya no existía la esclavitud y solo las había usado como bodegas igual que mis abuelos. Yo las había reformado y había puesto en cada una las cosas de cada uno de mis familiares, cada vez acudía con menos frecuencia a visitarlas, al principio me paseaba por ellas al menos una vez al día, pero esa necesidad iba desvaneciéndose, no significaba que los olvidara solo era que no necesitaba de las cosas físicas para sentirme mejor.
En el segundo piso había cuatro recámaras, una la había convertido en un vestidor con closet y un baño muy amplio y la había conectado a la recamara que más me había gustado para hacerla la recámara principal, las otras dos permanecían cerradas casi todo el tiempo, solo una vez Nathan se había quedado y otra vez Claudia.
El primer piso era muy amplio, tenía la cocina con un antecomedor muy amplio en un área llena de plantas y con mucha luz Mateo le decía el cuarto cálido, gracias a sus grandes ventanales la luz y el calor del sol entraban de forma muy agradable, también estaba un comedor formal y un comedor en una terraza cerrada, estaba la sala, el cuarto de televisión, la oficina, la bodega y el cuarto de juegos, en la planta baja había tres baños, generalmente solo usábamos uno. En el sotano mis abuelos tenían una cava impresionante, Mateo bromeaba que aunque nos volviéramos alcohólicos nunca nos acabaríamos todas las botellas que tenían.
Conectado a la casa estaban los talleres, uno en cada extremo, yo había ocupado el de mi abuela, ella solía cocer, bordar, tejer y hacer manualidades, su taller era un cuarto casi todo con ventanas con el techo de cristal en forma de dos aguas muy acogedor, ese cuarto me había gustado mucho desde niña y era el lugar en el que había elegido montar mi taller de escultura. Cuando nos habíamos mudado Mateo había elegido el taller de mi abuelo, ese era muy diferente, había sido un granero gigante, construido en madera de cedro que olía delicioso el techo era muy alto y casi no tenía ninguna decoración, la ventilación era muy buena pero la iluminación no, había que utilizar luz eléctrica casi en todo momento, mi abuelo se había dedicado mucho tiempo a hacer adornos navideños luminosos y había mandado a cambiar las ventanas para que pudiera en todo momento estar oscuro. A Mateo le había gustado por el olor y le daba lo mismo la iluminación, allí pasaba casi todo el día trabajando en algo, sabía que era algo con madera porque un día le había llegado un cargamento muy grande de tablas y había comprado muchas herramientas, pero no tenía ni idea de que hacía y tenía prohibido entrar a ese cuarto. Había contratado a dos ayudantes para el proyecto y también tenían prohibido decirme de que trataba. A pesar de la curiosidad no me importaba que no me dijera, lo único que me importaba es que el fuera feliz haciendo lo que hacía y la mayor parte del tiempo así era, salvo unos contados días el resto estaba muy alegre por lo que estuviera haciendo.
De los quehaceres y la comida no hacíamos nada, había personal que trabajaba en la casa de los que habían trabajado para mi familia, pero el sistema era muy discreto, solo teníamos contacto con Rita y Oliver, Rita se encargaba del personal de la limpieza y cocina y Oliver de los jardines y las reparaciones de la casa, era un señor muy serio y prefería tratar todo solo con Mateo. Rita era muy platicadora y si necesitaba algo le daba lo mismo pedírselo a Mateo que a mi.
Un día soleado Mateo estaba acostado en el pasto, yo alcanzaba a verlo desde la ventana, me encantaba verlo tan relajado y feliz, éramos muy afortunados éramos muy jóvenes y podíamos dedicarnos exactamente a lo que queríamos, yo casi ya no iba a la oficina, Mateo seguía yendo al menos un par de veces a la semana y en la casa platicábamos de todo lo relacionado con la empresa, seguía al pendiente por correo electrónico y no me perdía las juntas mensuales, pero mi principal actividad era esculpir, estaba tratando con nuevos materiales, me gustaba dejarme llevar, a pesar de que los pedidos eran buenos prefería más las exposiciones en donde yo hacía lo que quería y no lo que me encargaban.
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Tu Oscuridad Es Mi Felicidad
RomanceLa luz no solo se pierde cuando se es invidente, hay cosas dolorosas en la vida de una persona que pueden robar más luz que la ceguera . Serán capaz de ayudarse mutuamente, ella lo ama por ser ciego, él la ama por poderla ayudar, pero eso sera sufic...