Caída

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Tenía un sabor salado en la boca, y se relamió los labios al sentirlos resecos. Abrió los ojos despacio y se incorporó algo somnoliento.

Se encontraba en una habitación diferente a la del hotel, tenía el techo blanco y las paredes aguamarina, con  unos cuadros de colores abstractos y un espejo. De repente alguien entró por la puerta doble de madera que se encontraba frente a la cama.

-Oliasis- la mencionó al verla entrar con un vaso de agua. Ella le sonrió y le acercó el vaso. Naruto lo tomó entre sus manos y le dio un par de sorbos, aún se sentía algo mareado.

Cuando terminó de beber, ella salió de la habitación. Naruto escuchaba la voz de ella fuera de la habitación, hablando como un ratoncito diligente. Luego escuchó la voz de Sasuke seguido de pasos apresurados. Entró a la habitación abriendo las puertas de golpe, disculpándose en un susurro.

-¿Estás bien?- le preguntó acercándose. Se sentó en la cama junto a él, mirándolo preocupado. Antes de que Naruto abriera la boca Sasuke le tocó la frente con una mano –Ya no tienes fiebre-

Sasuke le ordenó que se acostara de nuevo sobre las almohadas, Naruto lo hizo sonriendo.

-Estuviste una hora desmayado- le dio a saber cuándo notó esa rara sonrisa –Además, tuviste un sangrado nasal-

Naruto se llevó las manos a la nariz avergonzado. Sasuke se quedó callado allí mientras veía que el color volvía a sus mejillas, esperando alguna explicación posible.

-Debió ser el cambio de horario- dijo Naruto tratando de ser gracioso. Sasuke frunció el ceño y se le acercó levantándole la camisa.

-Pensé que había sido otra broma de hacerse el desmayado- le explicó serio –Pero, estas marcas...-

Sasuke se colocó detrás de él, teniendo una vista más clara de lo que pasaba en su espalda. Extrañas marcas rojas de diferentes tamaños y tonos maquillaban la base de su columna. Pasó sus dedos por ellas, tratando de descifrar su origen.

Naruto se estremeció, se movió hacia un lado, agarrándole la mano que le estaba tocando.

-Son moretones- le dijo suspirando –Me tropiezo muy a menudo-

-No es cierto, lo tendrías inflamado- le desafió –También te mareaste cuando estabas en la montaña de la villa-

-Era la altura, Sasuke...- Naruto se bajó la camisa cansado.

-¿Qué a cerca de los frascos?- le dijo sentándose de nuevo en frente de él –Los medicamentos en tu mesa de noche-

Naruto miró hacia otro lado. Era cierto, no se acordaba de eso cuando Sasuke pasó la noche en su habitación.

-Son vitaminas- le respondió aún sin mirarlo.

-¿Con suscripciones?- Naruto le miró molesto.

-Sí, ¿podrías dejar de interrogarme?-

-Dime, ¿para qué son?-

-Basta ya-

Sasuke lo miró sorprendido. Estaba siendo molesto, pero no quería tener que escuchar malas noticias, aun que estaba consciente de que esos no eran simples moretones. Se acercó a él y lo abrazó, ocultando su rostro en su pecho. Llevó las manos hasta su espalda y acarició el lugar afectado.

-Estoy sano ¿Vale?- le respondió Naruto suspirando, abrazándolo de vuelta.

-No quiero tener la duda- le respondió. Naruto pasó las manos por su cabello, lamentando tener que ocultárselo.

Permanecieron así hasta que escucharon pisadas lentas hasta la habitación. Naruto emitió un gemido de lamento al tener que separarse de él.

-Niño- dijo la tía desolada entrando por la puerta -¿Cómo te sientes?-

GRECIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora