Oportunidades

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Naruto no dejó de correr bajo la estruendosa lluvia que se enfurecía cada vez más, hasta que llegaron al hotel. Ambos respiraban agitadamente por el esfuerzo.

-¿Me sueltas ya?- le pidió Sasuke al ver que su mano seguía atrapada.

-Oh claro- le soltó avergonzado. Entró a la recepción seguido de él, pero inmediata mente recibió un regaño de la señora Liliana.

-¡Estas mojando todo el piso!- le dijo corriéndolo hasta las escaleras para que subiera hasta su cuarto. Tomo a Sasuke del brazo e hizo lo mismo. No le quedó de otra que ir hasta allá, y aún seguía enojado.

Cuando entraron a la habitación, Naruto se empezó a quitar la ropa rápidamente, quedándose en calzoncillos.

-Qué rayos...- exclamó Sasuke sonrojándose al ver el cuerpo de rubio derritiéndose gota a gota.

-Deberías hacer lo mismo, te vas a resfriar- con esto tomó el borde de la camisa y se la subió para quitársela.

Se quedó callado mientras que su camisa era deslizada por sus brazos. Cuando lo miró, desvió la mirada.

Naruto se mordió los labios, pensaba que se molestaría y lo golpearía, pero estaba quieto allí, ofreciéndose inconscientemente a las salvajadas de sus pervertidos pensamientos. Bajó las manos sin tocar su piel dispuesto a desabrochar su pantalón, pero le detuvo las manos al instante.

-Puedo hacerlo yo mismo- le indicó. -¿Dónde está el baño?-

-Am...- exclamó señalándole al baño con la mano. Sasuke asintió y se dirigió allí.

Naruto se sentó en la cama y sonrió. Si sus dedos hubiesen tocado su pálido abdomen, hubiese perdido la cabeza, y Sasuke estaría debajo de él en ese momento. Cada vez que lo miraba, lo encantaba, y su personalidad lo sorprendía siempre. Tenía que besarlo y tocarlo, quería ver la reacción inesperada en su rostro.

Mientras tanto, un sorprendido Sasuke se encontraba debajo de la ducha, con una mano tapando su boca. Por un momento sintió que su corazón se saldría por ella. Tenía a Naruto tan cerca, y en esas condiciones, sabía que él siempre jugaba de esa forma, pero pensó que pararía al llegar a su pantalón.

Cuando salió de la ducha, se miró al espejo y tocó sus labios, tenía tiempo sin besar a alguien. Sacudió su cabello y aguantó la respiración ¿pensaba que lo besaría?

-Sasuke, mandaré la ropa a la lavandería- le avisó tocando la puerta ligeramente. La abrió un poco y le pasó la ropa mojada, recibiendo a cambio un abrigo gris con letras negras en el centro.

-Cúbrete con esto, por ahora el resto de mi ropa también ira a la lavandería, así que solo tengo esto que prestarte- le avisó.

Él tomó el abrigo y se lo puso sin pensar mucho, había empezado a hacer frio. Era suficientemente ancho como para cubrir todo lo necesario. Salió del baño con cautela, dándose cuenta de que Naruto ya no estaba allí.

Suspiró cansado y se sentó en el borde de la cama. Pensó que tal vez estaba delirando al quedarse sentado allí medio desnudo esperando por otro hombre, pero al menos se sentía lo bastante cuerdo como para estar consciente de que no se dejaría violar ahí mismo. Observó a su lado la pequeña mesa de noche y tomó uno de los frascos de pastillas algo curioso, pensó que no podían ser drogas, no las hubiese dejado allí a la vista de todos.

-Oh bueno- escuchó con el sonido de la puerta. Volvió a dejar el frasco donde estaba sin haber leído la suscripción.

Naruto se encontraba con el torso desnudo y un pantalón holgado de pijama, buscando desesperadamente algunas monedas. Suspiró decepcionado, el dinero ya se le había acabado, por la mañana trabajaría sin parar en el muelle.

GRECIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora