Pescando

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Estuvieron toda noche bebiendo, hasta que indicaron que el vecino les indicó que ya iba a cerrar. Todos se fueron a pie, o como pudieron a sus casas y Fabio se fue a dormir a su barco, acompañado de Sasuke y Naruto para evitar que cayera al agua y muriera por la borrachera. Lo ayudaron a acostarse en su cama en la parte baja del barco mientras reían por sus ronquidos.

-Ah, que cansancio- exclamó Naruto sosteniéndose sobre la baranda de la proa, mirando hacia el agua.

-Cuidado- le dijo Sasuke sosteniéndolo por la camisa.

-Definitivamente, eres mi ángel griego- le dijo Naruto sintiendo que desde que llegó Sasuke le había cuidado desde el principio.

-Soy japonés- le recordó.

-Sí, que suerte- dijo recordando que sin él no hubiese podido comunicarse, se sentó en el piso junto a él, viendo sobre ellos el cielo negro y denso. -¿Qué haces aquí?-

Sasuke suspiró profundamente y levantó los hombros, de verdad tenía pocas ganas de contarle la historia de su vida, y como llegó el ahí.

-Mi padre quería que yo fuera un programador- dijo tomando un trago de la botella que le había quitado a su primo.-Pero yo quería una vida más tranquila-

Naruto se acercó a él y se sentó cruzando las piernas como un niño escuchando un cuento.

-¿Tu padre te estaba obligando?- Sasuke asintió.

-Nosotros nunca nos llevamos bien, él quería imponerme ese estilo de vida agotador, y yo sólo quería... ir a la playa-

Naruto sonrió, ese chico se parecía mucho a él.

-Sabía que tenía parientes cercanos en ésta parte del mundo, así que cuando cumplí 18 me vine sin pensarlo-

-Ya veo...-

-Antes de entrar a la Universidad y tirar mi juventud por la borda- exclamó riendo irónicamente por estar sentados en un barco.

-¿Qué hay acerca de tu madre?- preguntó –¿Tu madre también te obligaba?-

Sasuke se quedó en silenció y miró las estrellas titilantes en el cielo, pestañeando suavemente.

-La historia terminó- sentenció Sasuke levantándose y caminando desde el muelle hasta la villa de sus tíos. Naruto le siguió los pasos, y no quiso preguntar de nuevo, presentía que su madre era parte de su punto débil.

-¿Quieres que te cuente mi historia?- preguntó viendo como sus hombros se levantaban para responderle. –Bueno, empieza por...no sé cómo rayos acabé aquí-

Sasuke se volteó y lo miró confundido.

-Ando buscando algo- le dijo sonriéndole.

-El hotel está al frente del café- Naruto rió por la respuesta.

-No es eso exactamente-

-¿Qué es?- cuestinóSasuke complaciéndolo.

-Terminar mi historia, supongo- Sasuke puso los ojos en blanco y siguió caminando levantando una mano al mismo tiempo para despedirse de él –Con una feliz historia de amor-susurró.

Caminó tarareando la escandalosa canción que el taxista cantaba con emoción, y se metió las manos en el bolsillo. Sacó un par de monedas de él y fue hacia un pequeño teléfono público frente al hotel. Marcó un número lentamente, temiendo llegar al último dígito. Suspiró escuchando el tono por el auricular.

-¡Naruto! ¡Pequeño bastardo!- escuchó la voz rasgada de su madre.

-Hey...-

-No me vengas con ningún "Hey", ¡dime dónde éstas!-

GRECIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora