Cuando todo comenzó

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-¿Es una broma, verdad?- le preguntó Sasuke sin moverse, no podía creerle. Se dio la vuelta y lo miró como pudo entre el ambiente que la noche había traído.

Naruto se pasó una mano por el cabello, mirándolo fijamente, algo tan serio no podía ser una broma. Negó con la cabeza.

-Naruto- le dijo molesto. -¿Por qué no me lo dijiste antes?-

-No voy a andar diciéndole a cualquiera que tengo cáncer, Sasuke- le respondió tratando de no molestarse también.

-¡Yo no soy cualquiera!- le grito enojado, levantándose de la arena – ¿Te das cuenta de lo grave que es?-

-Sí- le respondió sentado a sus pies.

-Y no me habías dicho nada- le recordó – ¿Qué hubiese hecho yo si no hubieses despertado de esos desmayos?-

-Aún no ha empeorado tanto- le dijo calmado.

-Y hasta has estado bebiendo en esa condición-

-Pero estoy bien- le dijo levantándose, manteniendo ambas manos en su nuca –Sabías que me estaba medicando, y no me dejaste beber casi nada-

-Y te lo hubiese negado por completo de saber que era mucho más complicado- le dijo.

Sasuke pestañeo un par de veces desviando la mirada, para luego darle la espalda. Naruto suspiró viendo como su cabello negro se movía con la brisa, dio dos pasos hasta él y lo abrazó por el cuello. Odiaba dar malas noticias, y aún más cuando era a alguien quien quería demasiado.

-¿Vas a morir- preguntó Sasuke apenas moviendo los labios. Sintiendo un nudo que le desgarraba la garganta y las lágrimas poblarse bajo sus pestañas.

Naruto bajo sus manos hasta donde él pudiera verlas, mostrándole la palma de ellas. Pálidas, con pequeñas serpentinas bajo la piel, que palpitaban suavemente.

-Estoy bien- le dijo –Y estoy aquí ¿ves?- dijo mostrándole las manos. Sasuke se mordió los labios y derramó una lágrima asustado, sabía que no le respondería sinceramente.

-Suéltame- le pidió con voz aguda. Naruto hizo lo que le pedía y le dejó que se fuera.

No podía decirle nada más. A veces se lamentaba de cargar con aquella enfermedad, no solo le hacía sentirse mal, sino que también lastimaba a las personas que quería. Era tan difícil, no quería estar siempre bajo la lástima de la gente. Esa era una de las razones por la que se lo oculto a Sasuke, eso y por qué quería disfrutar de su juventud al máximo sin estar pendiente de que algo saliera mal.

Sasuke caminó hasta la casa olvidando sus zapatos en la cerca. Estaba confundido, no sabía cómo sentirse, se había molestado en primer lugar sólo por no tener control de la situación, solo por saber que podría perderlo, sustituyendo sus sentimientos por tragedias. Entró a la casa viendo a su prima sentada frente al portátil al igual que antes, sosteniendo el teléfono y hablando con una expresión contenta.

-¡HeySasuke, ¿adivina qué?- le preguntó al verlo. Sasuke solo la ignoró y se fue hasta su habitación, dejando a su prima confundida.

Al momento entró Naruto.

-¿Y Sasuke?- le preguntó al verla.

-En su habitación- le informó. Naruto asintió y suspiró.

-¿Pasó algo malo?- le preguntó al verlo preocupado.

-Solo lo hice enojar- le dijo con una sonrisa. Mila lo miró y se convenció con esa respuesta.

-Pues, más vale que lo arregles- le dijo devolviéndole la sonrisa –Hay buenas noticias-

GRECIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora