Lagrimas de elfo

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Malak, estaba acostada en su cama, la chica, estaba boca abajo, desnuda por la parte de arriba, ya que recién le había puesto un tatuaje.
El dolor que sentía la joven morena, era como si le hubiese prendido fuego en su espalda.

—¿A ti te dolió cuando te pusieron el tatuaje?—pregunto la pelirroja a su hermana elfo, que estaba arrodillada junto a la cama y observaba con preocupación a la chica.
—No, a los elfos no los duelen cuando nos hacen el tatuaje—le respondió Ealalis y agrego—A los humanos les afecta más la magia, pero a las chicas más sensible le duele más, como a ti, pero tranquila el dolor no dura mucho y la intensidad de dolor baja.
—Por suerte—suspiro la joven morena y agregó—Siento como si me estuviese dando vuelta, como a un pollo en una parrilla.

Ealalis, sacudió la cabeza de su hermana humana y le sonrió para tranquilizar a la joven morena, la cual observo los ojos de la elfo, aquellos ojos por alguna extraña razón, aquella mirada de la joven elfo, le daba tranquilidad y cobijo, entonces le surgió otra pregunta.

—Me he estafo preguntado, ¿Quien es tu padre?—La morena, había observado que solo había dos mujeres, excluyéndose y se preguntaba quien era el padre de Ealalis o si los elfos, eran solo mujeres.

La pelirroja, pudo observa en la cara de Ealalis, unos ojos de tristeza, pero estos cambiaron a unos ojos alegres.

—Ha veras, nosotras solo somos mujeres, nuestra diosa  concibió el don de reproducir a sus sacerdotisa—Ealalis, parecía seria y agrego—Veras cada cierto tiempo, nuestra raza se reúnen en un templo y después de una larga ceremonia, las sacerdotisa, copulan con las mujeres de nuestra raza y después, las mujeres se van para criar ellas sola a la siguiente generación.
—¿Es enserio? —pregunto Malak, con sorpresa en su cara.
—Ealalis, ni mientas a tu hermana—Vanimia, que estaba escuchando la explicación de su hija, llamo la atención de las chicas—Hija, por que no vas a comprar ingredientes para mis pociones.

Ealalis, sonrió y miro a la morena.

—Perdón, solo fue una pequeña broma—Ealalis, se levanto y fue hacer el recado de su madre.
—Mi hija es una bromista—Vanimia, se sentó en la cama de Malak y le unto un liquido azul en su espalda y dijo xon mucha tristesa—El padre de Ealalis, murió unos mesa antes que ella naciera, era un defensor de nuestra tierra o sea un guerrero, en esos tiempo también hubo un imperio a cual temer y que se expandió por casi todo este mundo, habiendo muy pocos reinos que se le oponían, tanto humanos como nuestro reinos y los hombres bestias, fueron días difíciles y fue gracia al sacrificio de ni esposo y otros héroes más, que pudimos detener esa amenaza, aunque mi hija se quedo sin conocer a su padre.
—Lo siento—Malak, estaba arrepentido por preguntar—No sabia que habían eso.

Malak, al escuchar la historia del padre de Ealalis, se puso muy triste por su nueva hermana

—Debe de ser duro para ella, no tener a su padre—comento la morena y dijo—pero…¿por que, siempre sonríe?
—Hace tiempo le pregunte casi lo mismo a Ealalis—Vanimia, suspiro y agrego mirando a Malak—Me dijo, que quería mantenerse optimista, para no hacer llorar a su padre.

Malak, estaba sorprendido por el pensamiento que mostraba su hermana, se acordó de cuando su madre humana había muerto, en aquellos días el tenia unos 36 años y ya era mayor, pero se mantuvo triste todo un mes por aquella muerte, nunca había pensado en como se sentiría su madre, si es que hubiese un mundo más allá de la muerte.

—Creo que esta noche, voy a conversar con ella—Se permitió pensar Malak.

En ese momento, se escuchó la puerta y la voz de la joven elfo.

—Ya llegue de las compras—Ealalis, entro a su casa—Traje los ingredientes.
—Bien hija, dejarlo en la mesa—Le dijo Vanimia a su hija y luego miro a su hija con una mirada materna—Bueno, te dejare descansar, lo bueno es que gracia a esta pócima, podrás dormir bien, cuando te de el sueño.

La elfo, se paro de la cama y salio de la pieza.

Ya era de noche y la joven Malak, estaba durmiendo muy bien, hasta que sintió algunas gotas caer, sobre madera. Cuando abrió sus ojos, para ver que pasaba al su alrededor, se dio cuenta que la joven Ealalis, estaba sentada en la silla del escritorio, la joven elfo, miraba un retrato, mientras lágrimas caían de sus ojos.

—¿Que sucede?—pregunto Malak, un poco soñolienta y muy preocupada, por la actitud de su hermana elfo.
—Nada—Ealalis, fingió una risa, mientras se secaba las lágrimas de sus ojos—Tengo algo de sueño.

Malak, no hizo caso a la respuesta de su hermana mayor, y con algo de dificultad más por el dolor de espalda, se sentó en la cama.

—Aunque ahora soy una quinceañera, recuerda que tuve un poco de cincuenta años, tal vez la mitad de la vida de un terrano,  y aunque no tengo la edad tuya o la de nuestra madre, por mi experiencia aprendí a identificar cuando alguien miente, sus rasgos, sus ojos , sus gestos, son diferentes—Malak, apunto con el dedo a su hermana y exclamó —Y tu estas mintiendo, además sostienes con fuerza ese marco.

Malak, al apuntar con el dedo a Ealalis y no se fijo la fuerza que ejerció y se provoco un fuerte dolor de espalda,  la expresión acusatoria que tenia el ex-hombre, se trasformo en una de dolor.

—Mi espalda—Malak, hizo una mueca de dolor tan graciosa que la risa fingida de Ealalis, se trasformo en una real.
—Tu expresión es graciosa—Ealalis,se rió tanto por tanto que le salieron lágrimas—Lo siento, se te veía tan divertida.

Malak, frunció el ceño con molestia, por las risas que su hermana, había tenido a costa de su dolor, pero después esbozo una risa.

—Admito que fue gracioso —Malak, sonrió y después cambio su cara a una más seria—Pero porque esas lágrimas.
—Estaba pensando en la pregunta, que me había hecho —le contestó Ealalis y suspiro.
—Por eso estabas llorando, mientras observa el retrato de su padre—concluyo Malak y agregó —En todo caso, supe lo de tu padre y lo siento, ya que fui yo que te abrió ese recuerdo.

Ealalis, se parón de su silla y se sentó al lado de su hermana menor.

—Malak, no fue tu culpa, admito que yo soy algo llorona—Ealalis, abrazo a su hermana menor y agrego—Yo debo pedirte disculpa, por preocuparte, a veces se me olvidan que eres mi hermana.

Malak, simplemente se dejo llevaba por el momento, el admitía que como hombre, no aceptaría un abrazo como ese, tal vez sea porque cuando era un hombre, le educaron para ser algo insensible, pero ahora, que era una chica su sentimientos era manejado por su parte sensible, la cual había suprimido si fuese hombre.

—hermana, no voy a ocultar mi sentimiento s contigo—Ealalis, soltó unas lágrimas,ahora ella era una hermana mayor, debía cuidar y preocuparse por la menor, no hacer que Malak, se preocupase por ella.

La escena estaba siendo observada por Vanimia, que miraba desde un liquido de una fuente de piedra, la cual tenia en su pieza.

—Ya se comportan como verdaderas hermanas, eso es bueno—Vanimia, sonrió y paso su mano sobre la imagen, la cual desapareció.

Una nueva existencia no tan cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora