Un ladronzuelo pícaro.

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Las chicas, estaban caminando por las veredas de la ciudad. Malak, llevaba el cajón que contenía varios frascos.

Para poder distraerse del peso que llevaba en sus manos, miraba con fascinación las casas de las ciudad.

-Vaya, que grande es esta ciudad-Pensó la joven Malak, que se sorprendió por la cantidad de cuadra que habían caminado y por los edificios y casas que había visto-Cuando fuimos al registro, no había reparado en los grande que es esta ciudad
-Esta ciudad es una de las más grande de Sefyn-le comento Ealalis a su hermana y agrego-Además es una de la ciudades humanas, que tiene mas diversidad en razas conviviendo.
-¿Espera, hay problemas entre las razas?-Malak, miro a su hermana muy curiosa por saber mas de aquel mundo.

Ealalis, sonrió al ver que su hermana adoptiva, estaba muy interesada por el mundo de Sefyn.

-Bueno hay ciudades y países, que no aceptan a otras razas, ejemplo hay un país cercano de los humanos, que odia a los elfos y no permite que los álfr, nuestra raza, entren a su país y hay otra nación de los álfr, que no permite que los humanos entren al menos que tenga el símbolo de una familia álfr-le explico Ealalis a Malak.

Malak, estaba muy interesada en lo que le hablaba Ealalis, y no se dio cuenta que era observada por unos ojos juveniles.

-Ya entiendo -Malak, había aprendido más de aquel mundo.

La morena, sitio que alguien le había tocado su trasero.

-¿que rayos?-Malak, estaba sorprendida y avergonzada por el incidente.

Las jóvenes, buscaron con la vista quien había sido el pervertido, por un momento no encontraron a nadie, pero Ealalis, se dio cuenta que alguien le había robado la bolsa a Malak.

-Oye, te ha robado tu dinero-Ealalis, exclamo a darse cuenta del robo.

Malak, maldijo por debajo al ladrón, hasta que por la vista, se dio cuenta que el ladrón, estaba tratando de pasar desapercibido.

-Hay esta-Malak, señalo a un individuo que parecía un poco más bajo que las chicas.
-He tu-Malak y Ealalis, exclamaron al unisono.

El individuo, al ver que las chicas les descubrieron, atino a correr.

-Maldita sea, si no tuviese esta caja-comento Malak, con molestia.
-Dejadme a mi-dijo Ealalis y agrego-recuerda que soy hija de una gran maga, además de una álfr.

La joven Ealalis, cerro sus ojos y recito algo en un lenguaje raro para Malak.

-Celda de hielo -termino de recitar la joven álfr y tocó el suelo.

Una estacas largas de hielo, aparecieron delante del ladronzuelo, que cayo al suelo asustado y tratando de retroceder se dio cuenta que estaba encerrado por una celda de estacas hechas de hielo.

-Te pillamos-Ealalis, se puso al lado de la celda junto con Malak-Devuelve lo robado y pide disculpa a mi mi hermana, por tu acción pervertida.
-bueno...pido perdón por tocarle el trasero, señorita-el ladronzuelo, al ver que no podía escapar pidió perdón y luego le paso la bolsa de moneda a Malak-Tome guapa señorita.

Malak, sonrió al escuchar el cumplido del ladronzuelo y lo observo bien, era un chico de tez blanca, de cuerpo delgado, ojos negros, pelo negro corto que le llegaba hasta el cuello y tapaba sus orejas, estaba vestido con pantalón, el cual tenia varios parches, una camisa blanca sin manga y unos zapatos de cuero rotos. Malak, se dio cuenta que el ladrón, era un chico de unos catorce años, con una cara magullada, además unos ojos que mostraba una ambición de querer salir de su condición social.

-Esos ojos, me recuerda a mi cuando tenia su edad, quería dejar de atender el negocio familia y crear lo mios propios, salir de la condición que mis padres me había impuesto-se permitió pensar Malak y agrego-Ese deseo, fue la razón que me hizo abandonar a mis padre e irme con mi tío, el cual me enseñó mas de lo que aprendí con mía progenitores.

Una nueva existencia no tan cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora