El circulo

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El gremio de aventurero, una institución de gran antigüedad y que tiene varias sucursales en todo el mundo de Syfin, su política es aceptar a cualquier persona, que quiera ayudar, por algo de dinero claro está, estos gremios, están dirigido por una asamblea de 12 personas, luego están los intendentes, los cuales dirigen los gremios de un continente, después los gobernantes, que controla los gremios en un reino o un país, y por un último están los maestres, que están encargado de un gremio por ciudad, y estos deben obedecer a los gobernantes, aunque es cosa diferente en Zallamanka, ya que es un gremio aparte, no está bajo jurisdicción de la asamblea, y se financia por sí misma y por el gobierno de la ciudad.

En el gremio de Zallamanka, una edificación grande, hecha de madera, de tres piso, con una puerta de madera en forma de arco, en el interior, tenía un piso de cerámica azul, en las paredes, se encontraban las misiones, con diferentes rangos desde encontrar un gato hasta matar a un gigante de diez metros, varias mesas, en donde se sentaba los aventureros a conversar, sobre sus trabajos y a beber, y eso estaba haciendo varios aventureros, hasta que llegaron, los cuatro grandes del gremio.

Se le llamaba grande a los aventureros, más famosos y más fuertes, y a lo que han ganado premios por su hazañas, también se les llaman «El círculo».

Una de los grandes, es una joven de piel blanca, cuerpo esbelto, de estatura mediana, pelo largo y rubio, que le llegaba hasta la mitad de la espalda y tapaba sus orejas, ojos verdes oscuros, vestida de una falda valquiria, hecha de metal, dorada, que le llegaba hasta las rodillas, un peto dorado, además de unos guanteletes del mismo color de su armadura, llevaba un casco dorado con alas, y su armamento era consistente en una espada dorada y un escudo, ambos estaban encantado, su nombre era Lenneth, titulo valquiria dorada.

-¿Es cierto, lo que me contaron?-pregunto con furia, la valquiria dorada que agregó -Estaba de camino, hacía el gremio, cuando me encontré con una persona, que me dijo que dejaron a dos de los nuestros abandonados.

-Bueno, ellos son débiles, por perderse en una zona de nivel bajo-le contestó, uno de los del gremio.

La valquiria, furia por lo había escuchado, le tiro su escudo al sujeto, este instrumental defensivo, le dio de lleno la cara del desdichado, esto provoco al sujeto, la caída de varios dientes y un momento largo de inconsciencia.

-Ustedes son idiotas-Héctor, el rompe cráneo, grito con furia a los demás miembro del gremio y agregó-No hay que abandonar a los otros miembro del gremio, esto es como una hermandad, una tribu, si uno cae, se debe ofrecer el brazo para levantar al compañero caído.

Héctor, proveniente de la tribu del bosque nevado, también llamado él rompe cráneo, uno de los más viejos del círculo, era un tipo alto, de cuerpo musculoso, espalda ancha, una herida que atravesaba el otro izquierdo, con el cual no podía ver, el otro ojo tenía un color negro, él se cubría la mitad de su rostro con la piel de un lobo, la cual también le servía como capa, no llevaba nada puesto en la mitad superior de su cuerpo, pero llevaba unos pantalones puestos y unos guantes de piel de oso, no llevaba nada para cubrirse sus pies, no lo necesitaba y en su espalda portaba, un gran y largo, martillo

-Pero, ellos deberían volver pronto, la zona, es de bajo peligro-contestó el miembro del gremio, que estaba al lado del desdichado, que recibió el golpe del escudo de la valquiria dorada.

-Eso sucedería, si ese lugar fuese una zona de bajo peligro-comentó Lenneth, que levanto su mano, haciendo que su escudo, el cual estaba encima de la mesa, volviese a su manos-Pero...explícale Jenrry.

Jenrry, alía el ligero, un joven de la raza hombre bestia, tipo roedor, el cual tenía, un cuerpo delgado y que parecía algo frágil, pero era un ágil, de piel blanca, pelo castaño claro y corto, ojos de color café claro, orejas de ratón color café claro y una cola de roedor, vestido de unos pantalones negros, zapatos negros, una camisa roja sin manga, llevaba a cada lado de sus caderas unas dagas.

Una nueva existencia no tan cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora