Una nueva existencia no tan cruel

Esqueletos

Abrahel, ya estaba vestida con su típico traje y discutía con una súcubo, de piel blanca, ojos verde azulado, pelo verde claro y corto que le llegaba hasta el cuello, cuerpo esbelto y una cintura de envidia, piernas atléticas que tenia un bello contorno, grandes pechos, unos cuernos de cabra y una cola larga, que terminaba en forma de flecha, era un poco más alta que Abrahel, vestida con un leotardo revelador de escama de dragón color azul, unas botas de piel que le llegaba hasta las rodillas, una capa de color rojo, una armadura de brazo que le llegaba hasta los codos y guanteletes, ambos eran plateados.

—¿Por que, quiere darle a esa terrana la bendición de lilim?—pregunto la súcubo a Abrahel que agrego—Es como casarse con ella, y ya sabe que la terrana, pueda querer a otra mujer o hombre, al igual que usted, ya sabes, somos una raza que gusta de alimentarnos de la esencia de las otras raza y sabe, cono debemos hacerlo, no seria algo raro.
—Jaja, pareces que estas celosa, mi querida Alouqua—Abrahel, se río de la preocupación de su asistente y confidente—Sabes que me gustan las relaciones abiertas, además del poliamor, así que no me importa que ella tenga varias relaciones.
—Pero, usted debe quedarse en el palacio, ya que para la realeza, no es necesario que salga del palacio—Alouqua, al o darse cuenta que su señora, no iba hacerle caso, dio un suspiro y cruzo sus brazos—Esta bien, puede ir donde quiera, mi señora, pero yo como su sirviente más cercana, le acompañare.

Abrahel, observó con un poco de sorpresa a su asistente, pero después sonrió de manera picara y perversa.

—O vaya, vaya, esta celosa, mi querida Alouqua—Abrahel, miro a su asistente y luego sonriendo, comento—Tranquila, que aun te quiero.
—No...es eso, mi señora—reclamo la súcubo, con su cara avergonzada por el comentario de su señora—Bueno, es que...como su sirvienta, debo protegerla de todo mal, que pueda afectarla.
—A mi no me engañas, querida—Abrahel, siguió con si sonrisa pervertida y agrego—Pero, no me importa tener a dos chicas en mi vida, así que si quieres puedes acompañarme, Alouqua.

Alouqua, solo suspiro y decidió acompañar a su ama.

Ambas, salieron volando del palacio real.

El grupo de Malak, llegaron frente a un portal en forma de arco, hecho de piedra, adelante de aquel portal se encontraba el guardia del lugar, que interrumpió el paso del grupo.

—Alto—el guardia, exclamo al ver al grupo—Son del gremio.
—Aun no—Ealalis, se adelanto al grupo y agrego—Pero, queremos entrar.
—Para entrar a este lugar, debe tener al menor un nivel de 8, para adelante, así que necesito que me muestren sus documentos, para acreditar su nivel—el guardia, mantenía su postura de no dejar su puesto.

El grupo, menos el chico que había solicitado la ayuda de Malak y los demás, mostraron sus documentos. El guardia, reviso los documentos y los niveles, después de unos segundo de observación , devolvió las identificaciones a los miembro del grupo.

—Bien, todo en orden, pueden pasar—el guardia, se puso a un lado de la puerta y dejo pasar a los chicos.

Antes de entrar, la joven Malak, se acerco al niño, que le había solicitado su ayuda.

—Vamos a ayudar a tu hermanos—Malak, se puso a la altura del joven y agrego desordenando el cabello del chico—Ya lo veras.

La morena, se paro y se encamino junto con el grupo y entraron por el portal que separaba la zona de la ciudad.

La morena, estaba caminando por un sendero que estaba hecho de madera.

—Sabes, seria una buena madre—Ealalis, le comento hablándole mentalmente.
—Es algo raro, que me hablen con la mente—le contesto la morena a la elfa y agregó—Bueno, creo que te conté, que yo era un hombre de familia, así que se más o menos como tratar a un niño.
—Pero los padres, trata de forma diferente a los niños, su disciplina se basa en un lado lógico y estricto, mientras que las madres, son mas sentimentales y emocionales —le contesto Ealalis a su hermana y agrego—Por lo visto, tu eres más una madre que un padre.