Una nueva existencia no tan cruel

El enamoramiento de una súcubo

Nota del autor: Contenido sexual, +18, proceda se con cuidado.

Los súcubo en el mundo de Sefyn, son seres creado por la esencia primordial del caos, Tiamat. estos seres femeninos, pueden ser fácilmente confundida por las hembras de la especie de los demonios y esos se debe a sus cuernos, aunque pueden ser fácilmente identificada por sus ojos rojos que lleva a su víctima a un deseo desenfrenado de lujuria y placer y por sus atuendo reveladores.

Hace una noche atrás, en el cielo de la ciudad, se podía visualizar la figura de una hermosa chica con unas alas en formas de murciélago, de piel blanca, de cuerpo sexy y muy deseable, cintura de reloj de arena, ojos rojos claros, unos grandes pechos, pelo rubio y largo, que le llegaba hasta mas abajo de la espalda y un peinado que hacia relucir sus orejas, las cuales tenían unos pendientes con formas de corazón, llevaba unos cuernos de cabras sobre su cabeza.

La chica voladora, vestía con un vestuario negro, muy revelador que en la parte de abajo le llegaba hasta un poco mas arriba de las rodillas, de manga corta y con un escote que hacia notar sus grandes pechos, ella era una súcubo llamada Abrahel, perteneciente a la casa de los Lilitu, la segunda casta de los nobles de su raza y tercera hija de la familia principal, décima opción para el trono de los súcubo.

Abrahel, aunque era una noble de su raza y podía prescindir de la caza de comida, ya que podía utilizar su influencia para hacer que le traiga a sus presas, gustaba más de hacer su ronda nocturna ella misma, en busca de buenos espécimen.

Abrahel, cruzaba volando la ciudad, con cara de decepción por no encontrar ninguna buena opción, sintió un aroma delicioso, así que siguió el dulce aroma, hasta llegar a una casa, que para la súcubo, tenia mucha influencia de los elfo, entro a la casa, sin que nadie se percatasen de su presencia, así que se encamino por aquel hogar, buscando el poseedor de ese delicioso aroma y lo encontró en una pieza, en donde dormía una elfo en etapa juvenil y una humana.

La joven súcubo, camino hasta llegar al frente de la cama que era de la humana, se percato que era una terrana de piel caramelo y que de hay salia el dulce aroma.

"Esta chica, me vuelve loca", se permitió pensar la súcubo, que con una sonrisa perversa, quito la sabana de la cama de la piel caramelo y al ver el cuerpo de la chica, la súcubo, se lamió su boca y se permitió pensar, "No voy a comer esta noche, pero si que voy a disfrutar"

La súcubo, se puso encima de la joven y empezó a tocarla, primero sus pechos, luego recorrió con su manos recorrió el cuerpo de la joven y pensó "su cuerpo, es suave ", la piel morena, dio un gemido, al sentir que el toque de la súcubo.

Abrahel, acerco su rostro a la boca y la beso, esta acción, hizo que la morena abriese sus ojos y observase con sorpresa a la súcubo, la cual dejo de besar a la piel canela.

—¿Quien eres?—pregunto la chica sorprendida.
—Solo disfruta el momento—la súcubo, miro directamente a los ojos de la joven.

La joven, no sabia que le pasaba, pero sentía que su cuerpo, estaba caliente, así que sin pensarlo, ella acepto el segundo beso que le dio la súcubo, la joven, abrazo a la súcubo, y siguieron con el beso, después de aquel beso, Abrahel, bajo sus manos hasta la flor de la joven y empezó a sobarla.

La joven, entre gemido, pedía más y más, ella, no podía creer lo que estaba sintiendo, gracias a las manos de aquella desconocida.

—¿Como te llamas, lindura?—pregunto Abrahel a la chica.
—Yo... me llamo Malak—contesto la piel canela, entre orgasmos.
—Interesante nombre—la súcubo, dejo de tocar la flor de la chica y con una sonrisa, le dijo a la chica—Es momento, de que sienta algo más maravilloso.