Boss of the cave: Linch (parte 1)

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El necromago, observaba furioso la imagen que trasmitía ma fuente, el grupo que antes estaba conformado por solo dos personas, los cuales no podía avanzar, se había vuelto más grande y estaban llegando ya a su área de la cueva.

—Es momento de sacar, mi último recurso—el necromago, se relajó en una silla  y cerro sus ojos—No me agrada esto, ya que me demoro días o incluso años, en volver a la normalidad

El anciano, empezó a recitar algo en un idioma que solo los necromances y muertos entendían. El alma del anciano salió de su cuerpo, el cuerpo del anciano, se convirtió en un esqueleto con una flama verde a su alrededor.

—Ahora procederé a esconder mi alma—el anciano se paro de su asiento.

El grupo conformado por los dos hermanos, Alfredo, Zahkrii, Ealalis, Malak, la necromaga Dante, y los miembros del círculo Lenneth, la valquiria dorada y Héctor, el rompe cráneo, proseguía su camino.

—Hay que tener cuidado, aunque el viejo sea un inútiles senil, sabe manejar el estado liche—Dante, le comentó al grupo.
— ¿Estado liche?—preguntó Malak a Dante.
—Se nota que eres una terráquea, chiquilla—Dante, miro a la piel morena, con una sonrisa y puso una cara seria—El estado liche, es cuando un necromago, saca su alma de su cuerpo y la guarda bajo llaves, su cuerpo se vuelve esquelético y su poder se amplia, si un maestro necromago, tiene el poder de manejar masas de muertos, un liche, es capaz de manejar el doble de estos, y otorgarle más fuerza, es una práctica muy común entre mis compañero de trabajo, pero a mi no me gusta.

Malak, miro curiosa a la necromaga, la cual se estaba arreglando su pelo.

—No me gusta los esqueletos, y el estado liche, no es bueno para la piel o el pelo, además cuando solo era un cuerpo sin almas, no puede volver a tu estado, hasta pasado un año y envejece más rápido de lo normal—la necromaga, le aclaro la curiosidad a Malak—Eso es asqueroso, no es nada estético, ni bello.

Malak, solo sonrió al escuchar la última frase de la necromaga, se dio cuenta que aquella mujer de piel grisácea, gustaba mucho de cuidar su piel, eso le hizo acordar de una novia/ amiga, que tuvo cuando vivía en la tierra, la cual le gustaba mucho el uso de maquillaje, bálsamos  y de cuidar su piel.

Dante, miro a la piel canela y se fijó en el threeyeux, que llevaba sobre su cabeza.

—Vaya, que se ve tierno el thereeyeux, que tiene sobre tu cabeza—Dante, le comentó a Malak.
—Gracias, si es tierno, lo encontré en el bosque—le comentó Malak a Dante.
—Oye, yo también tengo uno—Dante, saco de su túnica un Thereeyeux, el cual era negro, ojos color esmeralda y unos dientes filoso, este estaba sujetado al hombro de Dante con una correa, que para sorpresa de Malak, era blanca con varios adorno de flores verdes y rojas—Lo tengo desde pequeña, me acompañado a todos lados.

Malak, encontró un poco raro, que una mujer de vestimenta lúgubre como Dante, llevase algo demasiado colorido, pero se preguntaba si a los Thereeyeuxs, les gustaban las correas, así que quiso saciar su curiosidad.

—Sí, los Thereeyeux, le gustan las correas, en especial si estas son colorida—Dante, le sonrió alegre, por tener algo común con la piel canela y agregó —Si quieres, yo te enseño como adornar una correa.
—En serio, seria genial—Malak, estaba alegre con la idea de adornar una correa y se permitió pensar, «Espera, desde cuando me gusta esas cosas».

Ealalis, que estaba escuchando los pensamientos de Malak, simplemente sonrió, más porque su hermana menor, ya estaba haciendo más amistades con más rapidez con otras mujeres, que por sus pensamientos.

En ese momento apareció delante del grupo, otra masa de muertos vivientes, aunque estos eran más parecidos a los zombis que salía en las películas y series de televisión, o sea con piel humana, tal como era el zombi de Dante.

Una nueva existencia no tan cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora