Después del alba

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Los ojos de Malak, estaba abriéndose y observaba el techo.

—Que raro sueño—se permitió pensar, la joven Malak—Soñé que me había convertido en una mujer, específicamente en una chica de 15 años y obligatoriamente debía vivir en un mundo de fantasía.

Malak, agradecido que todo era solo un simple sueño, como de con timbre se sentó en la cama, pero encontró que el colchón, era algo raro, un poco más incomodo de lo acostumbrado, cuando miro hacia abajo, observo que su cuerpo era diferente y que tenia pechos.

—No era un sueño—se permitió pensar, la pelirrojas, para luego volverse darse cuenta de su estado, y dio un grito fuerte.
—El gritón — Ealalis, se despertó por el grito y observo que su hermana, ya estaba despierta y algo avergonzada—¿Una pesadilla?
—No, bueno yo…—Malak, estaba algo deprimida y avergonzada, por el comportamiento que tuvo, y rascándose su nuca, empezó a pedir—Disculpa, es que por un momento se me había olvidado mi nueva condición y…lo siento.

Ealalis, comprendió a su hermana humana, se sentó al lado de ella y la abrazo.

—Ya, solo es cuestión de acostumbrarse—le dijo Ealalis a Malak.
—Si, es cierto—Malak, suspiro profundo, sonrió y pensó—Ser una chica, no estaba en mi planes ayer, fue hace poco que me he trasformado en mi nueva forma, por una confusión que tuvo mi nueva hermana mayor y por una extraña regla una elfo, me ha convertido en su carga y a la vez ella me adopto como su hija, incluso tengo la marca de su familia, además de vivir en un mundo que parece escrito por uno de esos autores de moda orientales, con una mezcla de esos videojuegos que mis hijos regularmente me pedían para navidad, sus cumpleaños y día del niño.
—Bueno, ya que esta todo arreglado, levantemonos y vamos al baño—Ealalis, se paro, se estiro y corrió la cortina de la ventana de su pieza y la abrió, y asomo su cabeza, para sentir el aire fresco y miro a su hermana—Ven hermana y siente el aire

Ealalis, tomo la muñeca de su hermana y la llevo a respirar el aire.

—Cierra tus ojos, y siente el aire—Ealalis, le aconsejo a su hermana y agrego—Este aire me despierta, es agradable

Malak, siguió el consejo de su hermana elfo y cerro sus ojos y sintió una Briza fresca, era verdad el aire de aquel mundo era más agradable que el sentía, en realidad una vez sintió un aire similar. En su mundo, cuando era niño Malak, viajo al campo de sus abuelos materno y sintió un aire agradable, sin contaminación, o autos que interrumpirse el momento.

—Bueno, vamos al baño—Ealalis, dejo de sentir el aire.
—Bien—le contesto Malak.

Cuando terminaron de bañarse y vestirse, fueron a la cocina, en donde estaba Vanimia, la cual ya estaba despierta hacia rato atrás.

La madre elfo, observó la vestimenta de sus hijas, en especial la de Malak, la cual estaba vestida con una falda, que la parte delantera le llegaba hasta un poco más arriba de las rodillas, mientras que la parte de atrás le llegaba hasta los tobillos, abajo de la falda llevaba puesto un pantalón corto y ajustado que le llegaba hasta las rodillas, una camisa de color azulado, con mangas anchas y botas de cuero café que le llegaba hasta un poco más abajo de las rodillas.

En cambio la joven Ealalis, vestía con un pantalón corto de color verde,  con un cinturón café, una camisa de color verde, manga corta y que le llegaba hasta un poco más arriba del obligo, que hacia notar sus pechos, unos guantes blanco que le llegaba hasta la mitad de su brazo, además de llevar puesta unas botas blanca con tacones.

Vanimia, se rió disimuladamente al ver la ropa de Malak, aquella vestimenta, hacia lucir muy femenina a la morena.

Malak, estaba algo avergonzada por su vestimenta y al notar la mirada de su nueva madre, se puso más roja de lo que estaba en aquel momento.

Una nueva existencia no tan cruelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora